INTERNACIONALES
4 de agosto de 1962
“No se suicidó: La mataron su pasado, su carrera y el yugo de su fama actual”, rezaba la tapa de La Mañana sobre la repentina muerte de Marilyn Monroe a los 36 años en su Los Ángeles natal.
Norma Jeane Baker, conocida popularmente como Marilyn Monroe, fue una actriz de cine, modelo y cantante estadounidense, una de las más populares del siglo XX, considerada hasta la actualidad como un icono de la cultura pop.
La Agencia AP informaba esa mañana: “su cadáver fue hallado en el lecho, probablemente se trate de suicidio. La actriz por largo tiempo con dificultades, fue encontrada con el teléfono ceñido en una mano. Un frasquito vacío de barbitúricos estaba al lado”. Finalmente, la autopsia indicaría que efectivamente la muerte fue por una sobredosis, en un “probable suicidio”.
La corta vida de la diva de Hollywood no estuvo exenta de vicisitudes. Su rápido ascenso a la fama fue posterior a una infancia poco feliz, su padre desapareció antes de su nacimiento y su madre pasó gran parte de su vida en instituciones de salud mental. Desde entonces, la niña Norma Baker estuvo en varios hogares adoptivos donde pasó difíciles momentos. En un intento de escapar de su realidad, se casó por primera vez a los 16 años, y poco después comenzó a trabajar en un fábrica, donde un fotógrafo la descubrió y le tomó sus primeras fotos.
El peso de la fama
La actriz, de destacada belleza, había quedado deprimida desde que fue despedida por la 20th Century Fox, el estudio donde llegó a la fama y ascendió rápidamente. Poco tiempo antes del fatal desenlace, “la Monroe dijo refiriéndose a los inconvenientes que acompañan a la fama: “Todo el mundo está siempre tironeando de una. Todos parecen querer un pedazo. Es como si quisieran arrancar un trozo de una. No creo que sean conscientes de ello, pero es como si dijeran “Grr, haz esto, haz esto otro”. Pero una quiere seguir intacta y parada sobre ambos pies”. Añadió: “La fama ha sido una carga especial, que bien puedo señalar ahora. No me interesa la carga de ser atractiva y sexualmente incitante. Pero lo que ello trae consigo es un yugo”.
La Mañana agregaba que “a través del cine, Marilyn Monroe había llegado a ser un símbolo de rebeldía, de la independencia, de una existencia cargada de incertidumbres. Toda su vida fue una lucha contra sí misma, un afán de superación como único modo de equilibrio, de sensatez. Marilyn terminó suicidándose anoche, cuando su vida estaba destruida y su carrera amenazaba iniciar un seguro declive”.
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