Todos por la música es un ejemplo de gestión exitosa de la sociedad civil organizada, una propuesta colectiva y barrial apoyada por el presupuesto participativo de la Intendencia de Montevideo. La iniciativa es sostenida gracias a la articulación entre la asociación civil, Centro Cultural La Experimental, la Intendencia de Montevideo, Educación Primaria y las familias de los participantes. Además, cuenta con el apoyo de la comunidad educativa, vecinas y vecinos del barrio Malvín, organizaciones y artistas de la comunidad. Su objetivo es acercar la música a niños de las escuelas públicas del barrio y recaudar fondos para comprar instrumentos y financiar el pago a docentes. Para conocer más de este proyecto nos entrevistamos con Pilar Olascoaga, presidenta de la asociación civil Todos por la Música.
¿Cómo surgió Todos por la Música y cómo te involucraste?
Surgió cuando la asociación civil Centro Cultural La Experimental resolvió presentar una propuesta en el ciclo 2016 del presupuesto participativo de la Intendencia de Montevideo.
Me involucré en el proyecto como integrante de la comisión directiva de la asociación civil. El Centro Cultural La Experimental surgió como fruto de dos presupuestos participativos anteriores (años 2006 y 2007). La asociación civil se fundó en el año 2011 y desde entonces nos interesamos por el fenómeno de la orquesta juvenil e infantil. El centro cultural funciona en el local de la ex Escuela Experimental de Malvín como parte de un convenio entre la Intendencia y el ex Consejo de Educación Inicial y Primaria. Teniendo en cuenta lo importante que es la música para el desarrollo de los niños y niñas, y vinculados a las escuelas que funcionan en el edificio, la idea fue tomando forma.
¿Cuántas escuelas y alumnos participan?
Hoy participan 147 alumnos y alumnas, que concurren a contraturno y pertenecen a siete escuelas públicas del Municipio E.
Este año se tomaron inscripciones de 2º a 6º de siete escuelas. Los instrumentos que se enseñan son violín, viola, cello, flauta y percusión. Es el único proyecto a nivel de Primaria que cuenta con la enseñanza de instrumentos de cuerdas frotadas.
¿Cómo ha sido el proceso en cuanto asociación civil?
La asociación civil se fundó con el objetivo principal de colaborar con la gestión del Centro Cultural La Experimental y desarrollar diversos proyectos de promoción de la cultura vinculados principalmente al barrio y a la comunidad educativa. La Escuela Experimental de Malvín es un ícono del barrio. El sistema de enseñanza –desarrollado por la Maestra Olimpia Fernández a partir del año 1927, basado en el método Decroly– y su edificio de carácter patrimonial, obra del arquitecto Juan Antonio Scasso, son fuente permanente de inspiración para desplegar diversas iniciativas.
¿Cuáles fueron los logros y cuáles los desafíos?
Creo que haber trabajado para recuperar un teatro con 300 localidades que estaba totalmente desaprovechado, mantener la Sala La Experimental funcionando desde el año 2009, mantener su equipamiento actualizado, posibilitar –poniendo a disposición los técnicos necesarios en luces y sonido– que alumnos y alumnas de jardines, escuelas y liceos públicos la usen para distintas actividades y muestras ya sea de teatro, música, coros, etcétera, sostener el Programa Todos por la Música durante tantos años… son grandes logros y siguen siendo también nuestros principales desafíos. Hoy el espacio físico para crecer es una limitante, soñamos con una escuela de música en el territorio del municipio. Pero también es necesario mantener vigente la asociación civil, trabajar para fortalecerla y que personas más jóvenes se vayan incorporando para sostenerla en el tiempo es un desafío muy muy importante.
¿Qué apoyos han recibido?
En relación con Todos por la Música, en primera instancia el apoyo de las autoridades e Inspección de Educación Artística de Primaria, que oportunamente apoyaron la iniciativa y dispusieron de dos docentes para el proyecto. El dinero del presupuesto participativo de la Intendencia no es para solventar mano de obra para ejecutarlo, sino para la compra de instrumentos. Por eso, para que la propuesta fuera viable, teníamos que comprometernos a que se pudiera ejecutar. Primaria se comprometió con dos docentes y la Asociación Civil firmó un convenio con el compromiso de pagar tres docentes durante dos años. Así que tuvimos que hacer una campaña para conseguir los fondos necesarios. Funciones a beneficio, paellas solidarias con el apoyo del Club de Leones, donaciones de los Rotarios, del Sunca, artistas que donaron sus actuaciones, venta de bonos, se hizo de todo, pandemia mediante para cumplir con el compromiso asumido. Y pasados los dos años, salvada la prueba, había que seguir aún. Así que formamos una comisión de apoyo de las familias participantes del programa, algo así como una comisión fomento.
¿Cómo solventan la reposición y arreglos de instrumentos y honorarios profesionales? ¿Los alumnos pagan?
Seguimos haciendo funciones a beneficio y buscando distintas donaciones. Los alumnos no pagan ninguna cuota fija. Pero a través de la comisión de apoyo se pide la colaboración voluntaria no obligatoria como cualquier comisión fomento. Con el transcurso de los años, Primaria destinó más docentes al programa, actualmente cuatro de los siete son docentes de Primaria. Desde el año pasado el Municipio E y la Dirección de Cultura de la Intendencia se hacen cargo del pago de un docente cada institución. Así que la asociación civil con el apoyo de las familias se hacen cargo del pago de un docente y de la compra y mantenimiento de los instrumentos.
Quisiera destacar que, durante la pandemia, para dar continuidad al programa, se instrumentó el préstamo a domicilio de los instrumentos, y esta modalidad se mantiene. Esto ha implicado la necesidad de comprar más instrumentos. También es cierto que muchas familias han comprado el instrumento cuando sienten que el niño está realmente comprometido. Es maravilloso.
¿Hacen evaluaciones? ¿Qué respuestas reciben?
La parte técnica del programa depende de la Inspección de Educación Artística de Primaria, que hace sus evaluaciones. Para nosotros la principal evaluación es el interés de la comunidad en sostener el programa y el interés creciente, año a año, que se refleja en el número de solicitudes de inscripción y sobre todo de reinscripciones. Hay mucho más para evaluar, por ejemplo, investigar por qué se producen algunas deserciones. También se pensó, pero no se puso en práctica, hacer un seguimiento de la influencia del aprendizaje de música en otros aprendizajes o en el comportamiento.
¿Cómo convocan y cómo seleccionan a las escuelas, a los docentes y a los alumnos?
Por las reglas del presupuesto participativo, la propuesta se orientó solo a escuelas públicas del Municipio E. Las escuelas seleccionadas deben tener turnos de cuatro horas porque los alumnos concurren a contraturno. Por lo tanto, las de tiempo completo o de horario extendido quedaron fuera de la posibilidad de participar. Los docentes de Primaria concursan, como es habitual, y los que no pertenecen a Primaria se seleccionaron en un llamado que redactó la Inspección de Primaria. Los alumnos se inscriben libremente.
A principio de cada año, se promueve el programa en las escuelas participantes. Recorremos las escuelas con los docentes que hacen una pequeña muestra y luego se abre la inscripción, también se publica en distintas redes y plataformas. Al inscribirse eligen un instrumento primera opción y otro como segunda. Se priorizan las reinscripciones y después es toda una combinación de los horarios de cada instrumento con los de la familia y otras actividades que tenga el niño, en fin, muchas veces la familia no puede llevarlo a contraturno a un determinado horario dos veces por semana (clase de instrumento y ensamble) y desiste. Algunos instrumentos tienen más convocatoria y si bien se intenta la segunda opción, no hay cupos, es todo un tema de relojería. Los instrumentos se empiezan a prestar cuando se entiende que el niño ha aprendido a cuidarlo, al principio hacíamos firmar una especie de contrato, ahora nos basamos en la confianza por falta de tiempo para administrar todo lo que implica el programa y porque no hemos tenido ningún problema. En todos estos años, solo un instrumento se rompió por un descuido, realmente estos datos son parte de la evaluación que hacemos.
¿Hacen presentaciones en público?
Sí, las muestras típicas a las familias, alguna a mitad del año o antes, y la de fin de año. Las muestras a mitad de año son muy importantes para que las familias vean lo trabajoso que es el ensamble, a veces la expectativa es que el niño al poco tiempo “esté tocando algo”. Es importante comprender el proceso para poder sostenerlo. Requiere mucha paciencia del docente y del alumno.
También se hacen muestras en otros lugares. A lo largo de los años han sido invitados a tocar por ejemplo en la Torre de Antel en el marco de la muestra del Plan Ceibal, en el Parque de la Amistad, en alguna actividad organizada por la asociación civil a nivel barrial. El año pasado tocaron en el lanzamiento del Día del Patrimonio que se hizo en el edificio de la escuela y en el 50º aniversario del Jardín Eduardo Mateo.
¿Qué repertorio hacen?
El repertorio lo eligen los docentes según el proceso que hacen. En general, hay temas del repertorio que tocan todos, y otros según el nivel del ensamble. Los docentes hacen los arreglos para adecuar la obra a los instrumentos.
¿Los niños siguen después la carrera musical?
Sí. No es el objetivo principal formar músicos, pero algunos siguen estudiando. En 2022 de los egresados, que creo que fueron seis, dos siguieron estudiando. Uno en forma particular y otra entró en la Escuela Municipal Vicente Ascone. Los egresados son alumnos que pasan al liceo.
El año pasado egresaron 19 y las familias pidieron que se instrumentaran talleres y un ensamble de egresados para poder seguir estudiando. Y así lo hicimos, fuera del horario escolar se armó el proyecto que es autofinanciado. Así que este es otro proyecto que habrá que evaluar para ver si es posible darle continuidad.
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