El domingo pasado a la noche estuve preparando todo; como cuando era un niño y me asaltaron los recuerdos.
En la víspera de Reyes tenía que buscar el pastito, bien verde y fresquito, recién arrancado, nada de hojas secas y sucias del piso de la vereda; así que iba la Plaza de las Misiones, atrás de la cancha del Club Atlético Goes, a la vuelta de casa, por allí aún había sectores con abundante vegetación.
Luego, tenía que sacarle a mi madre la palangana donde tenía la ropa lavada y proceder a llenarla de agua para los camellos.
Para Melchor, Gaspar y Baltasar debía ser muy cuidadoso, tenía que buscar tres vasos iguales, ¡no fuera cosa que alguno se sintiera menospreciado! Lo solucionaba con tres vasos vacíos de requesón que mamá guardaba en la alacena. Mi padre decía riendo que debía llenarlos de vino, para enojo de mamá que lo rezongaba y decía:
—¡Cómo le vas a decir eso al niño! —y enseguida agregaba—: Llénelos de agua, mi hijito.
Los zapatos eran algo que me preocupaba. Los championes de fútbol “Goleadores” no solían oler muy bien, y los zapatos de salir no podía arriesgarme a dejarlos a que quedarán expuestos en el patio abierto de casa, con la claraboya abierta, por si llovía o algún gato entraba. Un año decidí poner unas chancletas “Zorpasso”, que tenían mucho uso, a lo mejor me dejarían otro par nuevo al ver el estado calamitoso de estas.
Con estos elementos prontos, me disponía a escribir la cartita.
Así fue mi niñez en estas fechas allá por los sesenta.
En estos tiempos que corren tengo un poco de miedo de alentar estas prácticas con los chicos. Tengo temor de que me acusen de que soy un mentiroso y se disparen acciones legales de parte de algún grupo en defensa de los derechos de los niños, alguno así como “Anti Reyes Magos” o grupos radicales en defensa de los animales que salgan a evitar el abuso de camellos y su explotación y tenga un escrache en la puerta de casa, con la famosa Irma Leites a la cabeza y sus compinches de rostro cubierto.
Pero hay algo que si podría escribir como antaño, la lista de deseos, así que me puse manos a la obra.
Como toda carta tiene que empezar con el clásico “Queridos Reyes Magos”.
“Me porte bien los últimos quince años y quisiera pedirles lo siguiente:
-Salud en primer lugar, sin eso nada es posible
-Trabajo para Constanza, Rafael, Silvana y varios más que se quedaron sin él
-Una brújula para la nueva oposición, parecen que están perdidos
-Criterio al PIT CNT
-Autocrítica para Bonomi
-Humildad, sobre todo para aquel que dijo: “Nos vemos en las urnas”
-Que se termine la violencia, toda, sobre todo los femicidios
-Lentes para los nuevos legisladores, para que vean bien las necesidades del país
-Una balanza nueva para la justicia y de paso una venda nueva para los ojos
-Una buena lupa para los auditores
-Dignidad para el gobierno
-Regocijo para el pueblo
PD: si pueden, un campeonato para Peñarol y otro para Goes.”
Ayer descubrí que los Reyes existen, me dejaron una cartita diciendo que el último punto era bravo de cumplir: “Somos Reyes Magos, para lo último precisas un milagro”.