El director, fundador y docente de la Escuela del Actor, Ricardo Beiro, destaca la importancia del teatro en la sociedad. “Te obliga a ser libre”, dice y esto es “un problema porque la gente no quiere ser libre, quiere que le digan a dónde ir”.
Cuando nos ponemos frente al televisor a ver el informativo o vemos una película, hay un editor que “muestra la imagen de lo que él quiere que yo vea, pero en el teatro me siento, miro y presto atención a lo que quiero, la edición la hace el espectador”, señala. “Mientras un actor habla puede estar observando lo que otro hace sobre el escenario, o escuchando la música. No hay ‘domesticación’ como puede haber con una imagen”.
Según Beiro, “el espectador de teatro tiene que tener la cabeza y la sensibilidad para meterse en ese mundo. Tiene que estar dispuesto a armar esa historia, imaginar (lo que está sucediendo”.
“En la sociedad, si dejás, te domestican en lo que comés, lo que tomás, en lo que mirás. Prendes el informativo y sobre determinado hecho te dicen ‘es eso’. ¿Pero si no es como te lo cuentan? Yo tengo que tener la posibilidad de elegir en todo, de no seguir un eslogan, de no seguir un verso, de no ir en esa dirección solo porque los demás van”, expresa.
Beiro además destaca cómo el teatro aleja a las personas de una actitud pasiva. “El teatro entre otras cosas te cuestiona. Cuestiona la condición humana, cuestiona todo el tiempo. ‘¿Está bien lo que está pasando o tengo que ponerme a pensar?, ¿hay algo por detrás?, ¿por qué me lo quieren poner en blanco y negro?, déjame pensar un poco’. Eso es lo que genera el teatro”.
En su visión, el teatro, la libertad y la democracia están unidos. “Hay que acordarse del vínculo que el teatro tiene con la democracia”, comenta Beiro. “La democracia la inventaron en el siglo V antes de Cristo. Fueron Pericles, Clístenes, Solón quienes se plantearon cómo hacer para que el pueblo entendiera la democracia. Y ¿qué hicieron? Inventaron los anfiteatros (por) el concepto griego de que el ciudadano ejercía la convivencia social en un teatro; se inventaron las tragedias griegas, la comedia”, surgieron “Esquilo, Sófocles, Eurípides que planteaban todos los temas de debates filosóficos, religiosos, humanos, y la gente votaba cual era la mejor tragedia, la mejor comedia. La democracia se inventó con el teatro”, subrayó.
Además “antes de que se escribiera la Biblia se escribió Medeas y Electra que son obras de teatro. Eso muestra la importancia del teatro, y algunas sociedades lo saben”.
El teatro y los audiovisuales en Uruguay
Respecto a lo que sucede con el teatro a nivel local, Beiro dice que hay mucha actividad de gente que “hace teatro”, pero aclara que “una cosa es hacer teatro y otra ser actriz o actor”.
Destaca que es “imperioso” lograr la profesionalización de los actores y dice que cada vez tienen que estar más preparados técnicamente. “Me preocupa que el público no se actualice. No podemos quedarnos atrás”, dice y aclara: “El público debe recibir las cosas que pasan en el mundo, que son universales. Si la orquesta del Sodre toca la novena de Beethoven, tiene que tocarla bien como la toca la filarmónica de Berlín. Y si se hace Hamlet hay que hacerlo bien. Para eso hay que ayudar al público y actualizarlo”.
Para eso los actores deben “tener más sensibilidad” y para lograrlo “hay que estar en contacto con todas las artes: la buena música, los buenos artistas plásticos, la buena pintura, esas cosas que realmente puedan afinarte con la sensibilidad”.
“Las grandes sociedades tienen teatros muy fuertes”, Viena, Londres, incluso “en Broadway cada vez más se ve un tipo de teatro que antes no se veía, uno lo relacionaba más a las comedias musicales que están todavía, pero de repente te encontras con William Shakespeare, (Antón) Chéjov, (Eugène) Ionesco, (Samuel) Beckett, todos autores que antes no era tan fácil encontrar porque antes era mucho más comercial; ahora están esos autores y las salas se llenan”, asegura.
En Uruguay “no es que estamos lejos de eso, pero tenemos que ponernos al tanto porque eso es lo que está pasando y los grandes actores que ves en el cine y la televisión son grandes actores de teatro”.
Un ejemplo de eso es Sylvester “Stallone que tiene un master en Bellas Artes, sabe lo que hace; lo ves actuar o armar guiones y sabe, sabe mucho”, aunque “lo que hace es masivo y comercial”.
“Otro ejemplo es (Steven) Spielberg”, quien viajó a Londres en busca de un director de teatro para dirigir cine, eligió a Sam Mendes no porque supiera de cine sino porque sabe de actores y lo puso a dirigir una película que luego fue reconocida, Belleza Americana, “una película inolvidable, impresionante, con grandes actores”.
Pero en Uruguay los actores de teatro no se toman en cuenta en los audiovisuales. Lamenta que cuando hacemos un audiovisual, “quienes lo hacen no incorporan al teatro. Uruguay hace mucho audiovisual y está muy bueno… Sería más interesante que supieran más de actuación, que entren más a los teatros, porque si Spielberg entró a uno a buscar un director que nunca dirigió cine, por algo es.”.
Beiro cita a “La lista de Schindler” como otro ejemplo de Spielberg, quien ve a Liam Neeson en una obra de Eugene O’Neill en el teatro y luego lo convoca para la película. “Si Spielberg convoca actores de teatro, ¿por qué esos señores (que hacen audiovisuales en Uruguay) no entran al teatro?”, cuestiona. “Te dicen esa frase de que ‘los actores son muy teatrales’ y sí, todos los grandes actores son muy teatrales”.
Eso es “no saber lo que está pasando” en el mundo; “no saber que Helen Mirren y Meryl Streep se formaron con Shakespeare. Pero creo que lo audiovisual va a mejorar en la medida que mejore artísticamente, y creo que sí, que va a mejorar, pero tenemos que ponernos al tanto de lo que pasa en el mundo”, concluye.
Exigir e incentivar más
“Se habla de educación, educación, educación, pero se mantiene el arte aparte. ¿No deberían incentivarlo más?”, cuestiona Beiro. “Al teatro, ¿no deberían apoyarlo más para que los actores no tengan que trabajar todo el día en otra cosa y hacer teatro de noche? ¿No deberían exigirles a los actores y a los teatros ser mejores?”
Considera que debería haber un fondo de teatro y dárselo “al que trabaja mejor, al más competente, más profesional, y van a surgir porque hay teatro y gente muy buena. Pero hay que exigir e incentivar más”.
“Hay fondos de este tipo de la Intendencia, el Parlamento, ahora hay una ley que están buscando cómo financiar, pero siempre corremos detrás de la petisa y solo alcanza para pagar la luz, el agua y al técnico. Capaz que ahora con esta ley surge algo más, estos años hubo ayuda pero si mirás los grandes presupuestos te morís”.