¿Cómo comenzó el vínculo con la música?
Todos los 12 de octubre, el conservatorio hacía un festival en algún lugar. En marzo de 1971 fue mi ingreso al conservatorio, y el 12 de octubre del mismo año canté por primera vez en público. Las dos primeras canciones fueron “Cosas de Artigas” de Víctor Lima y “A José Pedro Varela”, versión de Los Olimareños.
Años después la vida me encontró siendo docente como Varela -además nací un 19 de marzo igual que él-, y siendo el precursor del canto historicista artiguista de los últimos 10 años. Una década después de cantar por primera vez presenté el disco “La Memoria de los Ceibos”, el cual hace un rescate del canto historicista de todas las fechas patrias, orientado a los niños para que aprendan cantando el significado de una fecha.
¿Cómo siguió el vínculo con la historia a través de la música?
Luego de sacar aquel disco, y usándolo como base, inventé el proyecto “tres pilares”: el canto, la poesía en un libro y el video. El maestro tenía esas tres columnas en las que apoyarse para la enseñanza de aquellas fechas, es decir que lo creé pensando como material didáctico.
Con ese proyecto me fue muy bien, entonces comencé una saga de canciones historicistas, que incluye jefes artiguistas de la Patria Vieja, un disco que se llamó “Canto Artiguista” y después comenzaron a llegar solicitudes. Desde la Armada, algunos almirantes e historiadores me sugirieron la posibilidad de hacer canto de historia naval, ya que no tenían un folclore que rescatara algunos eventos, como el desembarco del 19 de abril. Entonces nació “Canto Naval del Uruguay”.
Posteriormente se fueron agregando otros elementos que poco tenían que ver con la historia heroica, y empezó por el lado de la paz y religión. A pedido de un padre hice una canción para la virgen de Lourdes y a partir de allí me interesó cantar a la advocación histórica de las vírgenes y santos. Allí fue que nació otro disco, el cual fue entregado por Carlos Enciso al Papa Francisco en un paseo que el intendente había realizado.
La parte historicista siempre estuvo presente en los discos y tuve el atrevimiento de indagar sobre los hechos de la historia reciente, porque entendía que hay mucho de una sola versión y me pareció bueno contar la historia cantada sobre personas que fueron mártires, como Pascasio Báez, Ricardo Braida o los cuatros soldados caídos. Investigué y dejé
documentados musicalmente momentos relevantes como la explosión del bowling de Carrasco, el asalto al Club de Tiro Suizo, entre otros hechos.
He sacado unos 39 discos en total, para profesores de geografía, también se utilizó mi música en producciones cinematográficas. Saqué un CD interactivo que ilustra la vida del caudillo Saravia, entre otros que en total suman más de 400 canciones.
¿De qué trata el próximo disco que saldrá este año?
Me di cuenta que tenía grabados más de 29 temas vinculados a actividades y hechos criollos. Esta vez me pareció bueno plantear diferentes formatos para que las personas accedan a la música ya que la industria discográfica está perdiendo peso en el formato CD a beneficio de plataformas. Por eso se están terminando de subir mis temas a Spotify, así como a un blog donde estarán los videos de las canciones, además del formato físico en CD en una pequeña cantidad, así como el formato pendrive.
El disco se llamará “Código 2020”, porque la idea fue crear una plataforma en la que se pudiera leer en el código QR y descargar video y canción.
Está vinculado a la educación desde el inicio de su carrera, ¿cómo ve, a nivel nacional, el desarrollo de la cultura musical en la misma?
Hace unos años, al recibir un premio entre muchos músicos destacados y artistas, al subir al escenario, en los agradecimientos pedí que se hiciera una revisión de la forma de enseñar música en Uruguay. Creo que en este campo estamos bastante equivocados, estoy 100% en desacuerdo con los programas musicales que se plantean hasta hoy.
La realidad es que en el primer año de la escuela, un porcentaje importante de niños llegan sin aprender a leer, aprenden en el correr a dominar la lectura y en algunos casos llegan a segundo sin dominarla por completo. Entonces, si un niño no puede leer tampoco va a poder dominar la simbología, por ende no se le pueden enseñar escalas pentatónicas o hablar de corcheas que valen medio tiempo o hacerlos dividir.
Sin embargo, cuando se mira el programa educativo nos encontramos con este tipo de cosas. En colegios y liceos el programa es patético, se usan libros muy antiguos en primaria y conceptos muy livianos en secundaria. ¿Cómo hacés para enseñar música en 40 minutos semanales a personas con cero conocimiento instrumental? Eso es una debilidad.
¿Entonces hace falta implementar cambios en ese sentido?
Sí. Para mí la canción es el vehículo fundamental de la enseñanza, es tan importante la matemática como la música, además la música es matemática pura, tiene una lógica a la que se le agrega la impronta del músico. Los programas pueden y deben mejorar y ameritan un mayor tiempo de clase de música. Se necesita un programa que llame el interés del alumnado, porque si al chico no le interesa se nota en el salón.
Para mí la creación es la base de la cultura. Estamos en una sociedad de chicos que les falla el sentido de pertenencia, que repiten estructuras y que les cuesta redactar el idioma español y crear situaciones. Es necesario generar espacios de creación que están opacados, y ayudar a la individualidad también, no está mal fomentarla dentro del compañerismo.
¿Según su experiencia cómo se puede lograr lo que plantea?
El “te canto y te cuento” es la base. Con los más chicos siempre implementé el llevar un cuento y luego cantarles una canción referencial. Pero este año quiero que los propios niños traten de decirme con sus palabras en un ritmo lo que dice el cuento, porque de esta manera el niño siente propias sus palabras y se involucra, eso es lo que se necesita, ser parte, sentirse identificado.
Las distracciones hoy son muchas para los chicos, por eso es imperativo que los docentes tengan el respaldo de las autoridades para encontrar los caminos que permitan al niño encontrarse con la historia, con la cultura, con ellos mismos.
También ha realizado grandes donaciones en la educación…
Doné más de 900 CD a las escuelas públicas. Viajé yo mismo a escuelas muy lejanas y lugares increíblemente abandonados. El año pasado fui a una escuela en Cerro Largo, había que llegar a Santa Clara de Olimar y entrar por un camino de tierra de 55 km, solo se llega con los camiones del ejército o con autos adecuados. En total eran 13 niños.
Descubrí un mundo en el que no tenían internet pero tenían la ceibalita. No tenían cuadernos, lápices, tizas, los muebles estaban deshechos, la puerta del baño se enganchaba con un alambre. Ellos hacían lo que podían.
Fue tal la indignación que hice una gran colecta en la que participó mucha gente y les enviamos varias cajas de material didáctico. Cuando le entregué un cuaderno a una de las maestras, mira a un alumno y emocionada le dice: “ahora vas a tener cuaderno”. Esto habla de lo mal administradas que están las cosas. ¿Cómo puede ser que tengan una ceibalita que no pueden usar, pero no tengan cuaderno y lápiz? No tener una puerta para cerrar el baño habla de la dignidad humana. Se falló enormemente en los últimos tiempos.
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