Sarmiento y Artigas. Dr. Alfredo L. Palacios. MUSEO SOCIAL URUGUAYO. Montevideo. 1945, 24 págs.
La columna de “Hallazgos” intenta cumplir con la misión de recuperar textos pocos habituales, dignos de divulgación en este contexto en que está toda la información disponible, pero es difícil discernir qué es música y qué mero ruido. Hoy nos acercaremos a un folleto que muestra las estratagemas y las argucias deleznables de ciertos sectores.
El Dr. Alfredo Palacios (1878-1965) fue un abogado, legislador y político argentino socialista. Su derrotero de acendrado militante comprometido con las reformas sociales comenzó a entrar en crisis con la irrupción del justicialismo en la palestra política y social, pues su marco teórico le impedía ver cómo se construían mejores condiciones de vida para enormes sectores promovidas por actores políticos diferentes a los tradicionales del juego liberal. Se hace eco de las peores infamias al peronismo, al igual que el Partido Comunista el Partido Socialista argentino, ingresa en el vórtice de la confrontación ciega con las causas populares aliándose a los sectores más reaccionarios. Justifican los alzamientos militares contra Perón, incluida la masacre en la Plaza de Mayo en la cual cientos de trabajadores son asesinados desde los aviones de Isaac Rojas. Cuando se impone la autoproclamada “Revolución Libertadora” o, mejor dicho, la “Fusiladora”, Palacios es recompensado con el cargo de embajador en Uruguay.
Este es el contexto desde el cual Palacios brinda una conferencia signada por sistemáticos aplausos en el Paraninfo de la Universidad de la República en el cual se propone hilvanar un discurso que homologue a Sarmiento y Artigas. A Sarmiento, el mismo que aconsejaba no escatimar sangre de gauchos porque no servía ni para regar la Pampa. A Artigas con su compromiso hasta las últimas consecuencias con la causa federal, con los gauchos, con los negros, con los indios…
Pero el desafío está asumido y Palacios intenta presentar a Sarmiento como una víctima del feroz tirano Rosas, que quizás se hubiese extralimitado en su adjetivación sobre Artigas, un gaucho bueno que al menos prefiguraba en estas tierras los avances constitucionalistas de EE.UU.
Una lectura interesante para analizar cómo muchas veces los enemigos de la causa de la Patria Grande no vacilan en tomar a Artigas como referente para legitimar sus proyectos.
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