Sobre la felicidad. Un viaje filosófico. Frédéric Lenoir. ARIEL. 230 págs., 2014. $ 1.200.
Sociólogo, historiador de las religiones y filósofo: ese es el perfil de Lenoir. El tema que asume, la búsqueda o la construcción de la felicidad, había sido prácticamente dejado de lado por la reflexión filosófica, siendo relegado a una temática casi menor de libros de autoayuda.
Pero en épocas signadas por visiones casi apocalípticas puede ser un buen ejercicio, casi de salud mental, evaluar cómo desde la antigüedad, la humanidad ha enfrentado desafíos dramáticos, los ha superado y se ha dado tiempo para reflexionar sobre sentidos de vida más plenos.
Pero fue con la Ilustración que proliferaron los tratados sobre la felicidad, incluso la Declaración de Independencia de EE.UU. hace referencia al tema. Pero, a partir del siglo XIX, con el auge del Romanticismo, surgen duras críticas a la búsqueda de la felicidad individual; se relegitima una estética de la tragedia y del sufrimiento, la infelicidad parece más auténtica y más emocionante.
Tanto es así que Flaubert, irónicamente diría: “Ser bobo, egoísta y gozar de buena salud, esas son las tres condiciones para ser feliz. Mas, si carecemos de la primera, todo está perdido”.
Schopenhauer dirá que depende de la sensibilidad del individuo, Marx que depende de las condiciones económicas y sociales; Freud que es un fenómeno episódico. Con las tragedias del siglo XX, los intelectuales europeos se volvieron aún más pesimistas y la angustia pasó a ser el eje central de sus obras (Heidegger, Sartre), mientras que la conquista de la felicidad fue relegada al rango de las utopías obsoletas.
Pero Lenoir, al igual que una nueva pléyade de pensadores, asumen el desafío de releer el tema de la felicidad a la luz de los clásicos de la filosofía.
Nos propone, entonces, un fascinante paseo por la historia del pensamiento en compañía de los pensadores de oriente y occidente: “El jardín de los placeres de Epicuro, la serenidad de Montaigne o de Chuang Tze, las sonrisas apacibles de Buda y de Epicteto o la búsqueda del bienestar de Spinoza”.
Como bien sabían los clásicos, el camino cuenta más que la meta: la felicidad llega haciendo el camino.
Frédéric Lenoir nos invita, entonces, a emprender la marcha hacia una vida más promisoria.
TE PUEDE INTERESAR