Stasiland. Historias tras el Muro de Berlín. Anna Funder. ROCAEDITORIAL, 2019. 333 págs., $690.
Un libro pesadillesco pero más que necesario. Una periodista y abogada australiana logró dar forma a una investigación atrozmente impactante sobre cómo Alemania Oriental, la República Democrática Alemana, se convirtió en el terreno de experimentación social por parte del Ministerio de Seguridad del Estado, más conocido por el nombre por su abreviatura Stasi.
La presente obra, rechazada por decenas de editoriales, fue publicada en el 2003 y con la conmemoración de los 30 años de la Caída del Muro fue reeditada a nivel mundial. Su valor reside en desmontar la peculiar maquinaria de dominio asentada más que en la represión directa de todo atisbo de oposición, en una muy elaborada tecnología de delación y traición que fue envenenando a toda una sociedad. Cada capítulo nos va acercando a los diversos aspectos de la operativa de la Stasi, siendo por demás impactantes cómo se infiltraron en los más insólitos lugares. De la mano de Markus Wolf, “el hombre sin rostro” y Erich Mielke se constituyó el servicio de inteligencia más eficaz del Pacto de Varsovia, pasando a ser los organizadores de otras organizaciones similares como la del Vietcong y la de los cubanos.
“Después de la caída del Muro, los medios alemanes dijeron de Alemania del Este que había sido el ‘Estado-espía’ más perfecto de todos los tiempos”. En total, la Stasi tuvo 97.000 empleados, más que suficientes para vigilar un país de 17 millones de personas. Pero también disponía de más de 173.000 confidentes repartidos entre la población. Se estima que en el Tercer Reich de Hitler hubo un agente de la Gestapo por cada 2.000 ciudadanos, y en la URSS, un agente de la KGB por cada 5830 personas. En la RDA había un agente o un confidente de la Stasi por cada 63 personas. Si incluimos a los confidentes ocasionales, algunos estiman que había una proporción de un informante por cada 6,5 ciudadanos”.
Anna Funder plantea lo peculiar que una investigación de dichas características haya sido abordada inicialmente por una extranjera y eso la lleva a preguntarse las razones por las cuales la sociedad alemana prioriza un modelo de pueblo disciplinado y educado para obedecer órdenes. La descripción de la primera presentación del libro en público, años más tarde de la caída del régimen, implica cuestionarse, asimismo, cuántos demonios continúan hoy merodeando en Alemania.
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