La Biblioteca Nacional es la responsable de guardar, ordenar, preservar, difundir y promover la investigación del acervo de impresos realizados en todo el territorio nacional, así como la salvaguarda de otros objetos artísticos que ha reunido a lo largo de su historia. También debe cumplir de forma solvente con las disposiciones legales de registro de impresos que le corresponden. Como toda institución ha debido adaptarse, actualizarse, reformularse. Para saber más, nos entrevistamos con su director desde 2020, Valentín Trujillo
Valentín Trujillo (Maldonado, junio de 1979) es escritor, profesor y periodista uruguayo. Hijo del pintor José Trujillo y de Adriana López, se crio en un ambiente imbuido por las artes plásticas, la literatura y el cine. Su padre fue un reconocido pintor fernandino que falleció prematuramente, aunque dejando una fantástica obra.
Valentín Trujillo Se graduó como profesor de lengua y literatura en el Centro Regional de Profesores del Este, en Maldonado, su ciudad natal. Estudió cine en Cinemateca Uruguaya y periodismo en la Universidad Católica del Uruguay. Ha sido profesor de secundaria y columnista de El Observador entre 2005 y 2015. En 2020 asumió como director de la Biblioteca Nacional del Uruguay.
¿Cuál era tu premonición respecto a lo que te iba a deparar el cargo de director de la Biblioteca Nacional? ¿Se cumplió algo o la realidad superó tus expectativas (para bien o para mal)?
La realidad siempre supera todas las expectativas. Era inimaginable pensar en algo de la dimensión de la pandemia, por ejemplo, y ya de entrada tuvimos que rearmar la estrategia de gestión. Yo tenía años como usuario de la Biblioteca Nacional, como periodista e investigador, consultando material aquí, y desde ese lugar sabía de algunas mejoras que eran necesarias. Pero siempre pasar al otro lado del mostrador tiene sus sorpresas.
¿Cuáles fueron los grandes logros y desafíos de tu gestión?
Creo que uno de los principales logros fue poner a la Biblioteca Nacional en la agenda cultural y nacional. Hicimos un proyecto de comunicación, porque uno puede hacer cosas relevantes puertas adentro, pero si no se comunican bien es casi como si no existieran. Luego desarrollamos cada aérea de la Biblioteca Nacional, creamos una sección de Gestión Territorial, desde donde lanzamos un ambicioso proyecto de digitalización de prensa, que se desarrolla en 14 departamentos en paralelo, para prensa del siglo XIX y XX. Conseguimos un espacio anexo, que la Biblioteca Nacional reclamaba desde hace 50 años. Estamos restaurando la fachada, la imprenta La Galatea, publicamos varios libros importantes… en fin, mucho trabajo.
¿La dedicación que implica el cargo provoca obligadamente un alejamiento de la parte creativa, en tu caso de la escritura?
A pesar de todo el trabajo, estoy avanzando, lentamente, en mi escritura personal.
Solo la limpieza exterior sale unos 7,5 millones de pesos. ¿Qué presupuesto anual aproximado requiere la Biblioteca?
Esta administración aumentó el presupuesto global de la Biblioteca Nacional para el quinquenio. El presupuesto, entre inversiones y funcionamiento, suma unos 25 millones de pesos. Es una cifra importante, que permite un campo de desarrollo interesante.
Dentro de la gran diversidad de actividades que se realizan en la institución, ¿cuáles han ido incrementándose o que resultan más necesarias?
Por suerte, todos han ido incrementándose. Muy necesario es el espacio, el sitio para colocar los nuevos materiales que ingresan cada día. Gracias a una coordinación con la Dirección Nacional de Cultura conseguimos un anexo en Montevideo.
Muchas familias tienen colecciones o libros de sus antepasados y no saben qué hacer con ellos. ¿Hay algún protocolo para gestionar donaciones?
La Biblioteca Nacional no recibe donaciones de bibliotecas familiares, porque en el 99% de los casos ya posee los libros ofrecidos. Solo recibe archivos de escritores.
¿Ha crecido el número de usuarios y préstamos?
Desde 2020, y con la reapertura física de la Biblioteca Nacional, las cifras han crecido en todos los rubros. Los estudiantes vienen a pedir material a nuestras salas, otros consultan por internet, y miles cada año realizan las visitas guiadas a nuestro edificio. El año pasado, nos visitaron más de 7 mil personas.
¿Ingresan mensualmente revistas nacionales y extranjeras?
La Ley de Depósito Legal obliga a las imprentas a mandar dos copias de todo lo que se imprime en el país, desde libros, diarios, revistas, semanarios a volantes con ofertas de supermercado.
¿Qué es lo más requerido: libros, diarios, revistas, fotos? ¿Nacionales e internacionales?
Las principales solicitudes están en las colecciones de prensa del siglo XIX y XX.
¿Cómo se desarrollas la labor en el territorio, cómo funciona el servicio de bibliotecas públicas?
Se activó el Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, con 116 bibliotecas en todo el país. Se desarrollan varios proyectos en paralelo, no solo el de digitalización. Se realizan encuentros temáticos, se coordina con los departamentos, se capacita a los bibliotecarios, se hace extensión cultural. Es un trabajo intenso en todo el país.
¿Qué sientes que le hace falta a la Biblioteca? ¿Más recursos humanos, tecnología, espacio?
Son necesarios algunos recursos humanos, porque creció el ritmo de jubilación luego de la pandemia. Y el espacio, que ha sido solucionado.
¿Cuáles son los tesoros? ¿Siguen existiendo objetos, láminas, etcétera? ¿Qué les muestran a los visitantes en las visitas guiadas?
Son demasiados para una respuesta concreta. La sección Materiales Especiales tiene muchos incunables, libros antiguos medievales de antes de la imprenta, ediciones de la época de Gutenberg, minilibros, además de la pinacoteca, numismática y un largo etcétera. Archivo Literario tiene casi 180 colecciones de papelería personal de los principales intelectuales de nuestra historia. La Hemeroteca tiene todos los diarios…
¿Cuáles fueron los cambios en los hábitos de los usuarios que se pudieron satisfacer?
Se intensificó el envío de materiales por correo, a distancia.
¿Cómo se ordenan las colecciones? ¿Se señalizan las calles? ¿Cuántos pisos se usan?
Esas son decisiones de los técnicos bibliotecólogos y los criterios están preestablecidos. Se usan todos los pisos del edificio.
¿La Biblioteca sirve de depósito, es destino de donaciones, presta y también compra?
La Biblioteca Nacional compra ejemplares nacionales, cuando los quiere difundir a través del Sistema de BBPP, y algunos volúmenes extranjeros cuando la ocasión lo amerita.
Si tuvieras todo el tiempo y todo el presupuesto a disposición, ¿qué harías?
Una gran reforma hacia arriba, que le agregara tres pisos a este edificio, y que incluyera una tienda y una cafetería. Y otra gran reforma hacia abajo, poniendo a nuevo los subsuelos.
¿Qué le aconsejarías, cuando llegue el momento, a tu futuro sucesor?
Que tenga mano firme en el timón de este gigantesco buque, y que nunca olvide que la Biblioteca Nacional tiene más de dos siglos de historia, que la memoria de lo que somos está aquí, y que hay que preservarla y al mismo tiempo difundirla lo máximo posible.
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