Las costas de Galicia, con el ariete del cabo Finisterre adentrándose en el Atlántico, el antiguo “Fin de la tierra” de los romanos, son de las más peligrosas del mundo. No solo por las rocas empinadas que enfrentan milenariamente el oleaje incesante y bravío, sino por los arrecifes y bajos fondos que se extienden a lo largo y le confieren el poco honroso sobrenombre de “la costa de la muerte”. Y contra esa costa salvaje, matizada de naufragios y catástrofes marítimas desde tiempos inmemoriales, batallan las poblaciones costeras dedicadas a la pesca y la marisquería.
Una de las tantas ciudades, la localidad de Camarinhas, cerca de Carballo, guarda estrecha relación con el mar que la circunda, por lo que las historias marítimas son temas de todos los días.
Gastronomía, turismo y vida marítima
Una de las propuestas más curiosas, pero de mejor resultado y éxito de público ha sido la de crear una Ruta das tapas dos naufraxios, la que se celebra todos los años en la sede de la municipalidad. La Ruta das tapas propone que cada bar de la localidad presente una “tapa” (pequeño plato para ser acompañado con un vaso de cerveza o una copa de vino) inspirada en el nombre de algún barco hundido en la zona. El año pasado, la ganadora fue la Tabernetta da Ponte, vencedora por dos años consecutivos con su célebre Pincho de Cazón, tras una reñida votación en que intervinieron lugareños y turistas.
Esta vez coincidió con un homenaje al aniversario del naufragio del HMS Serpent, de la flota británica, crucero de tercera clase de la Royal Navy, construido en Devonport, entre 1885 y 1888, y botado en marzo de 1887. El crucero desplazaba más de 1700 toneladas y estaba armado con cañones y tubos lanzatorpedos. Tan soberbia arma de guerra naufragó el 10 de noviembre de 1890 frente a la costa gallega, inmediaciones de Camarinhas, mientras navegaba bajo el mando del comandante Harry L. Ross, causando la muerte de 172 de sus 175 tripulantes. Todos los años la gente de la costa, pescadores y marinos y visitantes ingleses con parentesco lejano en aquellos tripulantes, visitan la localidad y realizan ofrendas florales sobre la playa.
Pero esta iniciativa gastronómica no era suficiente para reflejar la vida marítima y las tragedias de la zona. Por lo que se presentó un proyecto mucho más amplio destinado a conmemorar los naufragios ocurridos en la costa cercana. Los miembros de la llamada Asociación Naufraxios Galegos, acompañados por la regidora, explicaron el programa de actos que se llevará a cabo en el correr de este año en homenaje a otro de los naufragios famosos, el del City of Agra, con una exposición, recreaciones históricas, homenajes, música, un mercado marinero y charlas por especialistas.
Esta noticia la relaciono con otra aparecida en estos días en un diario de Galicia, de que la Junta de Camarinhas, consciente de la incidencia del tema y la atracción de turistas de otras regiones, quiere darle buen destino a un viejo edificio que se ubica frente al puerto. Se pensó en su rehabilitación para fundar en su interior un museo de naufragios, con anexos de información náutica y un complejo cultural con cafetería y venta de libros.
El edificio en sí resulta muy interesante ya que albergó, en su momento, a una cofradía de pescadores y en otra etapa a una fábrica de hielo, pero lo que importa es su ubicación estratégica y su relación con la vida marítima de la zona. El memorándum del proyecto, redactado por el arquitecto Víctor Hermo Sánchez, puede consultarse en la web de Portos.
La denominación prevista sería la del Museo do Mar en Camariñas, aunque para otras opiniones sería mejor el de Museo dos Naufraxios.
La lectura de estas iniciativas, nos trae a la consideración de que Punta del Este bien merecería la fundación de un museo que rindiera homenaje a su vida marítima, a su contacto con la historia y con los centenares de naufragios, algunos de importancia histórica y valoración arqueológica que se encuentran hundidos en la bahía de Maldonado. No solo representaría un homenaje a su vida, sino un nuevo atractivo turístico a considerar, con resonancia en varios lugares del mundo. Sin contar con la incidencia de los estudios arqueológicos, desarrollados en la zona a través del Cure, que les darían resonancia universal a algunos de los resultados o iniciativas a desarrollar. Volveremos sobre el tema con nuevas sugerencias.
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