Una biblioteca en el oasis (Magníficat) reúne comentarios de Juan Manuel de Prada acerca de obras fundamentales escritas por autores que, a menudo, han sido deliberadamente silenciados en el mundo de hoy.
La biblioteca sugerida y reseñada proviene, entre otros, de escritores tales como Gilbert K. Chesterton, Robert Benson, John Henry Newman y el jesuita argentino Leonardo Castellani. Todos ellos comparten una visión trascendente de la vida humana y de la historia, que puede hasta llegar a ser profética y que en cualquier caso resulta incómoda a la intelectualidad contemporánea.
Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) ha tenido un temprano éxito como escritor y desde entonces su sostenida creatividad le ha llevado a publicar más de diez novelas y otros tantos ensayos. Ha recibido numerosos premios, muchos de ellos de gran importancia, como el Planeta, el Nacional de Narrativa y el Biblioteca Breve de Seix Barral. Su actividad como periodista no ha sido menor y sus firmes convicciones filosóficas, por él libremente expresadas, le han dado fama de escritor contestatario.
Una biblioteca en el oasis comenta libros de sesenta autores, desde Calderón de la Barca, Cervantes y Dickens hasta otros mucho menos conocidos. Si bien las obras comentadas no pueden considerarse apologéticas ni de temática exclusivamente religiosa, algo las diferencia de la literatura pagana y de la predominante en la posmodernidad, y es su trasfondo teológico, el juego dramático por el cual el mal puede ser vencido, el gran aporte que la literatura recibió del cristianismo.
Mucho Chesterton, Belloc, Castellani, Lewis, Benson… y más
Uno de los comentarios se refiere a El hombre eterno de Gilbert K. Chesterton, quien, según dice de Prada, “es de los pocos autores católicos que ha pasado por las aduanas de la aceptación pública”. Reconocimiento desde luego que muy merecido para un escritor en que la calidad estética de su prosa va unida al rigor y profundidad de su pensamiento. El hombre eterno tiene varios capítulos que analizan profundamente el misterio de la Navidad, incluido el papel de Herodes, “la amenaza de la Iglesia militante, desde el principio perseguida y obligada a luchar por la vida”.
De Robert Hugh Benson destaca la novela Señor del mundo, centrada en la figura del Anticristo y en el fin de los tiempos. Benson, al igual que Chesterton, se había convertido al catolicismo, siendo su caso aún más llamativo ya que era hijo de un antiguo arzobispo de Canterbury. La citada novela fue escrita en la Universidad de Cambridge, adonde había sido destinado como capellán luego de su ordenación sacerdotal. Escrita en 1907, describe con precisión muchos elementos y circunstancias que se concretarían en el futuro, tales como las armas de destrucción masiva, el uso de aviones con fines bélicos y la pervivencia del colonialismo. La acción transcurre a comienzos del siglo XXI, cuando se percibe a la religión como marginal y el mundo está dominado por el humanitarismo totalitario. Destaca el personaje del Anticristo, que no es como suele imaginarse un ser siniestro de manifiesta maldad, sino una figura seductora y carismática.
El tema del fin de los tiempos también se trata en los escritos de John Henry Newman. Sus Cuatro sermones sobre el Anticristo se basan en las profecías bíblicas del Libro de Daniel y en el Apocalipsis.
Leonardo Castellani: sacerdote y escritor rioplatense
Otro brillante pensador y literato rescatado por la pluma de Juan Manuel de Prada es el sacerdote jesuita argentino Leonardo Castellani, quien dedicó mucho tiempo al estudio del Apocalipsis. Su libro ¿Cristo vuelve o no vuelve? trata de un tema que Juan Manuel de Prada se pregunta, el por qué la Iglesia desde hace décadas ha dejado de predicar. Castellani, que además de abordar temas religiosos se ha destacado como autor de numerosos ensayos de corte político y novelas policiales, trata con gran rigor teológico el curso de los acontecimientos que se suponen previos a la segunda venida de Cristo, entre los que está la concentración del poder económico político en pocas manos, el odio a Dios y la adoración del hombre, la manifestación del Anticristo y el azote de las Siete Plagas.
Los escritos de Castellani, escritos con una soltura que tal vez hoy día no hubiera sido posible por los corsés que impone la corrección política, muestran una clarividencia asombrosa para adelantar situaciones que ya cincuenta años más tarde empiezan a perfilarse.
Podemos, por ejemplo, leer en sus páginas que una de las señales será “la unión de las naciones, primero en grandes grupos y después en un solo Imperio mundial”, así como también esta suerte de profecía: “lo que solo puede hacer Dios, y que hará al final, según creemos, conforme está prometido, el mundo moderno febrilmente intenta construirlo sin Dios, apostatando de Cristo, abominando del antiguo boceto de unidad que se llamó Cristiandad y oprimiendo férreamente incluso la naturaleza humana, con la supresión pretendida de la familia y de las patrias”.
Escrito con la prosa inteligente y fluida que caracteriza al autor, Una biblioteca en el oasis es un camino hacia el descubrimiento y la reflexión, que puede ayudarnos en la interpretación de la realidad presente.
*Columnista especial para La Mañana desde Madrid
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