En una reunión de camaradería que tuvo lugar en la Liga Marítima del Uruguay tuve la oportunidad de conocer al ingeniero James Coubrough Botto. Se encontraba en medio de un semicírculo de media docena de personas que lo escuchaban con atención. Me despertó la curiosidad el tema de que hablaba, sobre el que algunos estaban de acuerdo y otros no tanto.
En principio me resultó una idea fantasiosa la de construir un puerto multifuncional en el banco Inglés, es decir en medio del Río de la Plata, pero a poco de darle vuelta empezó a parecerme plausible. Por lo tanto, decidí entrevistarlo para conocer a fondo sobre su proyecto, que ve viable en un futuro no tan lejano.
James Coubrough es ingeniero civil graduado en la Udelar en 1971 y ha tenido una larga actividad técnica en oficinas públicas y empresas privadas. Basta decir que fue colaborador técnico en el departamento de Hidráulica con tareas de replanteo del cauce del río Uruguay. Y que entre 1979 a 1986 se desempeñó en la Administración Nacional de Puertos como director de las obras de construcción de la explanada de contenedores de 5 hectáreas ganadas al Río de la Plata, entre otras tantas funciones.
De “bajo de los Castellanos” a “banco Inglés”
Primero hablamos sobre el banco Inglés, el más peligroso escollo ubicado casi a la entrada del Río de la Plata. En los primeros mapas figuraba como “bajo de los Castellanos”, pero después del naufragio de la pinaza de John Drake en 1582 pasó a ser conocido como del Inglés. Bajo sus procelosas arenas se destrozaron centenares de naves desde la dominación española hasta el presente.
Coubrough lo describe como un afloramiento rocoso que emerge del fondo marino coronado por un banco de arena. Durante grandes bajantes se convierte en una extensa playa que atrevidos marinos han sabido recorrer a pie e incluso mandarse alguna picada de buen fútbol, pero cuando estalla la tormenta se transforma en un torbellino infernal.
Se lo ubica a unas 10 millas náuticas al sur de la Isla de Flores y tiene un perímetro de 75 kilómetros y una superficie de 17.000 hectáreas (unos 170 kilómetros cuadrados). De acuerdo al Tratado del Río de la Plata, el banco Inglés se halla en aguas de uso común para Argentina y Uruguay pero la exploración y explotación de los recursos del lecho y el subsuelo corresponden a este último.
El proyecto
En segundo lugar hablamos de su proyecto, que lo viene pensando desde años. Este apunta a transformar el banco Inglés en una isla mediante la construcción de escolleras perimetrales y con relleno de material refulado proveniente del dragado próximo. Del punto de vista constructivo no existirían problemas técnicos, pudiéndose realizar la obra en etapas.
La idea nos parece maravillosa y solucionaría muchos problemas no solo del Uruguay sino de toda la región pero planteamos nuestras dudas. Para el ingeniero la idea podrá parecer una quimera pero existen antecedentes internacionales de semejante o más difícil envergadura.
China y Holanda han dado el ejemplo. Entre diciembre de 2013 y octubre de 2015, en menos de dos años, el país asiático construyó islas artificiales con una superficie total de 1.400 hectáreas o sea 14 km. cuadrados, en 7 arrecifes coralinos conocidos como las Islas Spratly que se encuentran en medio del Mar del Sur de la China, a casi 900 Km. de la isla de Hainan próxima a tierra firme. En dicha superficie se han construido una importante pista de aterrizaje, muelles y galpones, constituyendo una importante base aérea y naval.
Y Holanda, por su parte, mediante la construcción de polders, ha ganado al Mar del Norte la cantidad de 18.000 km. cuadrados, aproximadamente la mitad de la superficie del país.
El aeropuerto de Hong Kong, por su parte, fue construido sobre terrenos ganados al mar con una superficie de 9 km. cuadrados.
Entusiasmados por la idea, lo despedimos con la pregunta de si pensaba que sería viable en breve tiempo o se trataba de un proyecto para un futuro lejano.
Una isla multipropósito
Para Coubrough, si bien se trata de una obra monumental y de mucho costo, requiriendo acción internacional, se volverá necesario dentro de 30 o 40 años cuando la producción de la cuenca del Plata sea tan grande que el puerto de Montevideo no tendrá la suficiente capacidad.
Es cierto que la realidad actual, tanto mundial como del cono sur, no hacen viable este proyecto, ni seguramente en los próximos años. Pero la idea fermental que mueve esta iniciativa es dejar planteada para generaciones futuras la posibilidad de construir una isla multipropósito en el banco Inglés.
Vale la pena, recurriendo a la historia, recordar que ya en 1830 se planteaba la posibilidad de construir muelles para el puerto de Montevideo como forma de eliminar los lentos y costosos trasbordos a lanchones. Y que por 1910 ya existían anteproyectos para Salto Grande. Y tanto el puerto de Montevideo como Salto Grande son hoy hermosas realidades.
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