Escribo estas líneas sin saber el resultado del segundo partido de fecha FIFA del Uruguay de Bielsa ante Cuba. Ningún resultado significará nada, como tampoco lo significó el 4 a 1 ante Nicaragua. De hecho, tal cual lo había anunciado el DT rosarino en su primera conferencia de prensa, la lista de convocados fue integrada por futbolistas a los cuales conoce menos y quiere claramente ver con cuáles de ellos puede contar para las eliminatorias de setiembre.
El caso de Matías Vecino es una curiosidad. Podríamos decir que de los supuestos consagrados fue el único citado, pero el DT aclaró a su entorno que lo hizo para probarlo de zaguero. Es decir que para Bielsa el futbolista Matías Vecino no tiene lugar en su mediocampo y lo mantendría solamente si se adapta como back central. Lamentablemente se lesionó y no pudo venir a los partidos.
Lo demás es ver qué pasa. Del primer partido varios jugaron bien ante un rival inexistente (Nicaragua), pero el más destacado fue Rodrigo Salazar. De hecho, para el segundo partido cambió todo el equipo y a Salazar hasta lo liberó, como diciendo “ya está, me sirve, estuve bien en convocarlo”.
Queda claro que la convocatoria de los partidos de Uruguay por el hecho de ser dirigido por Bielsa fue inexistente. En el primer partido se habían vendido apenas 6000 entradas hasta que Uruguay ganó el Mundial Sub 20 y con muy buen criterio se decidió convocar a los hinchas a un homenaje para los campeones previo al partido. Eso disparó la venta de ingresos a 45 000 personas. Igual estimo que cerca de 10 000 eran invitaciones, pero igual así la convocatoria de los dirigidos por Marcelo Broli fue acorde a lo logrado y salvó el papelón de jugar contra “nadie” con tribunas vacías después de anunciar con bombos y platillos que el descomunal esfuerzo económico de traer a Bielsa significaría sponsors (que siguen sin aparecer), rivales como Alemania (que juega con Perú, con Colombia, con cualquiera menos nosotros) y televisaciones al mundo que esta vez no se dieron ya que es impresentable ofrecer partidos ante Nicaragua y Cuba.
Ya el segundo partido, sin homenaje y nuevamente con un Uruguay que en ambos encuentros fue una mezcla de equipo B, C y hasta D de nuestro fútbol, la venta previa llegó a 13 000, con varios millares de invitaciones que dieron un marco apenas digno, aunque reconozco demasiado para la calidad del encuentro.
En definitiva, la doble fecha le sirvió y mucho a Bielsa para depurar futuras convocatorias, pero también para reafirmar lo que habíamos anunciado en cuanto al “humo” que pretendía venderse sin éxito. El público uruguayo concurre cuando se gana (homenaje a la Sub 20) y el del resto del mundo no tiene tiempo para ver por TV a nadie que no sea su propia selección ante la saturada oferta televisiva.
Hace un tiempo estaba en Irlanda con el contratista español de origen vasco que organizó ese partido y también Uruguay vs Italia en Niza, Francia. Le dije “qué lindo negocio”, me respondió lacónicamente “no existe el gran negocio, en Europa a Suárez, Cavani y a las estrellas italianas o de otros países las ven todas las semanas jugando a muerte en sus ligas o por la Champions. Nadie paga por verlos en amistosos FIFA por lo general repletos de cambios, equipos B y ensayos varios”. De hecho, el partido de Niza entre uruguayos e italianos fue un fracaso de taquilla y el partido con Irlanda tuvo la particularidad que se jugaba cuatro días antes del partido clave de los locales para ver si podían clasificar al Mundial de Rusia 2018. Entonces vendieron un abono para los dos partidos. Los hinchas irlandeses regalaron la entrada del partido amistoso con Uruguay a gente que nunca va al fútbol, y a pesar de estar vendidos todos los abonos, el estadio estaba con un tercio de su capacidad. El resto no fue ni con entrada ya paga o regalada. Así son los amistosos FIFA en el mundo.
Ya que estamos con Marcelo Broli…
Ya que estamos con Marcelo Broli, recibió una oferta de Peñarol que rápidamente rechazó con delicadeza. Peñarol vive un momento de crisis deportiva tremendo. Lo raro es que ganó el Apertura, o sea que está a uno o dos partidos de ser campeón uruguayo, ganó el clásico y está primero en la anual. Pero… se gastó toda la ventaja de la anual al perder los dos primeros partidos del Intermedio. Un punto sobre Nacional a 20 fechas del final del campeonato uruguayo no es ventaja, cuando hace poco eran cinco o siete. Igualmente, lo que más preocupa a su sufrida hinchada es que armó un plantel con nombres rimbombantes para el medio, y perdió los cinco partidos que jugó en la Sudamericana, ante equipos similares en poderío, y todos por goleada de local y visitante.
Los resultados fueron tan malos que si me dijeran que por algún acto de magia mañana invitaran a Peñarol a jugar en la Champions y el sorteo le deparara el “grupo de la muerte” con el Manchester City, Real Madrid y Bayern Munich, podríamos decir “bueno, un plantel que vale US$ 23 millones no puede competir con planteles que son selecciones mundiales y valen mil millones de dólares cada uno. Con rivales que tienen jugadores que valen 50 veces más (no que ganan, QUE VALEN, ¿se entiende la diferencia?) perder todos los partidos por 3 y 4 goles, de local y visitante, liquidados casi siempre en el primer tiempo y a veces en los primeros 15 minutos, sería lógico y aceptable. Pero contra Defensa y Justicia, Millonarios y América de Minas Gerais es incomprensible.
Esto le costó el cargo a Alfredo Arias que pudo encontrar la fórmula para evitar perder feo con La Luz o River en lo local siquiera, pero también le quitó crédito a un ídolo como Pablo Bengoechea a quien se acusa como gerente deportivo de elegir mal, y puso al presidente Ignacio Ruglio enfrentando casi en solitario a una interna feroz de una oposición que es mayoría (7 a 4) y que ve en las próximas elecciones de diciembre la oportunidad para ganar el poder y conducir el club, supuestamente a un mejor destino.
Esto es el fútbol: RESULTADOS.
La gente llenó el Centenario para aplaudir a la Sub 20 campeona del mundo y no al debut del promocionado Bielsa, Marcelo Broli hace bien en no darse por aludido y alejarse de este caos en el que está sumido Peñarol, en espera de mejores oportunidades para aprovechar su presente victorioso, y un ídolo con monumento y todo en Los Aromos como Bengoechea es criticado con una inusitada violencia por parte de la mayoría de los hinchas.
Podemos creernos cualquier historia, pero lo cierto es que mientras no cambien las reglas del fútbol, el hincha valorará al que hace más goles, gana más partidos y conquista más copas. Lo demás será puro cuento. La recompensa siempre será la copa. Como la que ganaron los botijas de la Sub 20.
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