Uruguay como país deberá decidir si invertirá entre US$ 80 y 100 millones por un partido ante un rival nivel Isla Feroe, Tahití o como mucho Albania. Cero turismo, cero repercusión presagia la segunda edición de El Baño del Papa sin siquiera César Troncoso.
El martes 4 sorprendió un tuit del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez.
“Sale otro bailecito porque se viene algo mundial para todos los fanáticos del fútbol. ¡Quédense atentos!”.
Eran las 9:52.
Luego supimos que un rato antes había habido un zoom entre Conmebol y FIFA, Asunción y Zúrich.
El ejecutivo de FIFA liderado por Infantino le pidió a Conmebol una definición. ¿Se van a presentar en el Congreso de 2024 para respaldar la candidatura de Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile? La respuesta de Conmebol fue lacónica: “Nos bajamos”. Pero… “para bajarnos hoy y allanar el camino a España, Portugal y Marruecos, precisamos algo a cambio”.
Y ese “algo” fue concedido rápidamente. La Copa del Mundo 2030, al igual que la de 2026, será con 48 equipos nacionales. En total se jugarán 104 partidos. Hasta ahora se jugaban 64, o sea 40 menos.
Entonces la FIFA canjeó tres partidos por dejarle libre el camino a UEFA y África para 2030 y darle el 2034 a Arabia Saudita.
El canje fue así de simple, Conmebol se baja de la posibilidad de organizar 2030 o 2034 y recibirá los tres juegos.
Los partidos serían los debuts de Uruguay, Argentina y Paraguay. ¿Chile? Para Chile nada. Justo a quien preside la Corporación JUNTOS 2030 y puso el dinero para financiarlo. La traición fue fácil y rápida.
Ahora el tema era cómo dar la noticia a la “gilada”.
Las verdaderas noticias eran:
1) La Copa del Mundo 2030 se jugará en España, Portugal y Marruecos.
2) Conmebol se baja de la candidatura.
3) Conmebol logra tres partidos para celebrar los 100 años de la primera copa, jugada por Uruguay y obviamente también ganada.
4) La Copa del Mundo 2034 será en Arabia Saudita.
Era muy simple dar esa noticia.
Pero la Conmebol sintió que era una derrota y como la gente es tonta, se la podía engañar.
A las 10:53, ansiosos desde la Conmebol, a través de su presidente tuitearon:
“Creímos en grande. El Mundial Centenario 2030 comienza donde todo se inició. ¡Uruguay, Argentina y Paraguay serán sede de los partidos inaugurales del Mundial Centenario!”.
El aviso fue tan confuso, podríamos decir engañoso, que los medios sudamericanos comenzaron a titular “La Copa del Mundo 2030 se jugará acá”. Todos festejaban aunque algunos reparamos que podrían ser solamente los partidos inaugurales. ¿Partidos inaugurales? Una nueva denominación. La inauguración no es una sola, pueden ser tres… raro.
Hasta el presidente de la República tuiteó festejando que Uruguay tendría la inauguración del Mundial. Muchos fueron, a mi criterio, llevados al engaño, a equivocarse por querer tapar el cielo con las manos.
¿Por qué Conmebol se baja de la candidatura 2030 y regala la de 2034? Los argumentos pueden parecer obvios. La FIFA pone exigencias desmedidas e innecesarias que determinan que para países del tercer mundo sea un imposible. Eso es razonable motivo para bajarse.
Lo otro es que, en FIFA, como en casi todos los organismos del mundo que pretenden ser democráticos, se vota y existe la disciplina partidaria. La unión entre UEFA y África al incorporar a Marruecos garantizaba 105 votos de un lado (55 Europa, 50 África) contra diez nuestros. En 211 votos y sin poder votar los siete involucrados (todavía estaba Chile) aseguraba una derrota estrepitosa.
Conmebol hace 20 años peleó con Grondona a la cabeza por organizar la segunda edición de la Copa de Oro, cosa que se cerraba perfecto cuando España ganó la Copa de Sudáfrica 2010. Ahora habría ocho campeones y con dos grupos en el Río de la Plata con Uruguay y Argentina de cabezas de serie, se jugaría en 10 días y listo el homenaje en enero de 2030 de los 100 años sin tener que tocar las Copas que se juegan cada cuatro años.
Incluso ya estaba pensado que para evitar incidentes Inglaterra y Brasil jugaran en Uruguay. Pero Grondona murió y Conmebol se enfrascó en ir por todo y se quedó con casi nada.
Con el correr de las horas los tuits iban bajando el nivel de expectativa. Para entender el proceso, voy a repasar cómo fuimos digiriendo la noticia los “giles”.
a) La Copa del Mundo de 2030 vuelve adonde todo empezó. Pero no.
b) La Copa del Mundo de 2030 tendrá tres ceremonias inaugurales en los tres países de Conmebol. Pero no.
c) La Copa del Mundo de 2030 se inaugurará en el Estadio Centenario. Pero no.
d) Conmebol organizará los tres primeros partidos de las series de Uruguay, Argentina y Paraguay y se harán fiestas de Celebración de los 100 años de la primera copa. Eso sí.
Si se hubiese presentado como que perdimos la organización, pero nos dieron tres partidos, hubiese sido muy bueno, además de cierto. Pero presentado de mayor a menor hizo más estruendosa la derrota y el fracaso.
Conmebol quiso imponer con bailecito burlón de Domínguez, ante el asombro del resto del mundo, como victoria una derrota dolorosa. Dolorosa por las formas, por mentir, por traicionar, por subestimar. Mintieron a todos hablando de gran logro, traicionaron a un socio como Chile y subestimaron a la gente que recibió la noticia.
Alonso por Uruguay, Tapia por Argentina y Harrison por Paraguay prestaron su presencia en el zoom con FIFA y luego en la conferencia de prensa en donde ratificaron el engaño al que querían someter a la gente por un rato. Es que por algo cobra un sueldo generoso de decenas de miles de dólares mensuales cada uno. No daba para contradecir al jefe.
Sobre las 12:03, pleno mediodía llegó el tuit de FIFA diciendo:
“El Consejo de la FIFA toma decisiones clave sobre las ediciones de la Copa Mundial de la FIFA en 2030 y 2034: la candidatura conjunta de Marruecos, Portugal y España es el único candidato para albergar la Copa Mundial de la FIFA 2030”.
En ningún lugar FIFA nombra siquiera a Conmebol. Según supimos, el enojo de Infantino era gigante. La noticia estaba preparada para las 12 de Uruguay y la Conmebol quebró confidencialidad anunciando antes y mal. La Conmebol ni nombró a los verdaderos organizadores.
Durante 48 horas la FIFA fue enviando a la opinión pública nuevos datos, confirmando el engaño y aclarando cosas obvias:
Los únicos clasificados directos eran los tres organizadores (España, Portugal y Marruecos).
La ceremonia inaugural, aun haciendo tres, serían en España, Portugal y/o Marruecos, aunque todo indica que el estadio de Real Madrid llevará las mejores partes, sin dejar al rey Mohamed VI de lado.
En una de las comunicaciones, FIFA llamó a licitación y solicita a Uruguay, Argentina y Paraguay que se presenten, y si cumplen las exigencias serán confirmados en el congreso de 2024 y allí sí se clasificarán al Mundial.
Como resumen:
Destrozaron la próxima eliminatoria, dejando siete participantes para tres plazas y media, arruinando el negocio televisivo y las recaudaciones en partidos de menor interés.
Cambiaron tres partidos de baja monta a cambio de desistir de organizar dos Mundiales.
Traicionaron a Chile a cuyo presidente de la federación el Presidente Domínguez le aviso un minuto antes del tuit con bailecito mostrando su desparpajo, burla, insensibilidad e impunidad.
Quisieron pasar derrota de 101 partidos a 3 por dos horas de que “La copa vuelve adonde todo empezó”. Dos horas. Qué poquito.
Cambiando de tema, sepan entender. ¡AM ISRAEL JAI, EL PUEBLO DE ISRAEL VIVE!
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