Nadie más parecido a los uruguayos que los rosarinos. Los de afuera son de palo.
Terminaron las especulaciones. La Asociación Uruguaya de Fútbol, en una jugada de nivel mundial, decidió firmar el contrato con el rosarino Marcelo Bielsa.
No es un dato menor que Bielsa sea rosarino. Es una escuela futbolística tremenda, casi única en el mundo. Rosario tiene hoy más o menos la misma población que Montevideo siendo la tercera ciudad argentina en cantidad de habitantes a solo 300 kilometros de Buenos Aires.
Algunos de los cracks de los últimos años nacidos de esa ciudad son nada menos que Lionel Messi, Ángel Di María, Javier Mascherano, Ezequiel Lavezzi y Maxi Rodríguez. Si vamos más atrás encontraremos a Roberto Abbondanzieri o al mismísimo Gabriel Batistuta (llegado del norte de Santa Fe).
Por si fuese poco también existe una lista prestigiosa de directores técnicos reconocidos internacionalmente como Marcelo Bielsa, Jorge Sampaoli, Mauricio Pochettino, Eduardo Berizzo, Edgardo Bauza, Gerardo ‘Tata’ Martino, César Menotti, Jorge Valdano y el flamante campeón del mundo, Lionel Scaloni.
De las tres copas del mundo ganadas por Argentina, dos fueron dirigidas por rosarinos como Menotti y Scaloni (llegado de una localidad a 30 km de Rosario).
También Rosario ha sido la cuna futbolística de dos grandes del fútbol cordobés como Mario Kempes (figura de la primera copa mundial ganada por Argentina) y Juan Eduardo Hohberg, que de Rosario Central fue a Peñarol y se transformó en ídolo en la época en que Uruguay era campeón del mundo, nacionalizado uruguayo defendiendo y dirigiendo a la celeste en históricas jornadas.
El fútbol en el Río de la Plata tuvo tres ciudades porteñas (ciudades que tenían puerto) claves para la llegada del balompié desde las Islas Británicas.
Montevideo, Buenos Aires y Rosario
Desde comienzos del siglo XX, las tres ciudades rivalizaron por la supremacía regional, siendo en su conjunto el mejor fútbol del continente y proyectando a uruguayos y argentinos a los primeros planos del mundo.
Durante 20 años, entre 1900 a 1920, se disputaron dos copas rioplatenses anuales, verdaderas antecesoras de la Libertadores, que se definían en las tres ciudades, dependiendo del torneo con históricas semifinales y finales en donde uruguayos, rosarinos y porteños llenaban estadios, provocaban éxodos de hinchas de un lado al otro y llenaban de ríos de tinta los diarios de la época.
Además, hasta 1960 la Liga Rosarina tenía su propia selección y disputaba copas anuales con la selección uruguaya en inolvidables enfrentamientos.
Rosario es una verdadera cuna del fútbol, como toda la provincia de Santa Fe, y genera una admiración solo comparable por tamaño y población al llamado “milagro uruguayo”. Seguramente si Rosario hubiese sido una federación independiente durante todo el siglo XX y lo que va del 21, podría haber logrado títulos internacionales como los que posee el fútbol uruguayo.
Repasemos lo que escribía a fines de los años 60 del siglo pasado, el historiador Eduardo Gutiérrez Cortinas en el fascículo 5 de la colección 100 años de Fútbol, verdadera biblia del fútbol dirigida por Franklin Morales. Ese capítulo se llama “Uruguayos y argentinos” y repasa la historia del clásico entre selecciones más antiguo fuera del Reino Unido (superado solamente por Inglaterra vs Escocia) y más veces jugado entre todos las selecciones.
Esto se decía en 1969 sobre la similitud entre uruguayos y rosarinos:
“Ya es un partido para el recuerdo. Rosarinos y uruguayos hicieron escuela conjunta en el Río de la Plata, con similar fervor y coraje, con idéntica dedicación al pase corto, a la
jugada medida… de esa emulación entre rosarinos y uruguayos, que se fue
diluyendo en el siglo, se acentuaron valores legítimos del carácter nacional rioplatense. Porque Montevideo dio cabida inmediata en sus combinados a futbolistas del pueblo. Y Rosario, también un medio reducido tuvo en la gran oportunidad del partido con los uruguayos, el medio para hacer lo mismo, para foguear valores auténticamente criollos que en Buenos Aires hubiesen quedado postergados. Rosarinos y uruguayos hicieron culto a la ‘garra’, a ‘nacer sabiendo’ a ‘vencer al gringo’. Fueron los dos núcleos más importantes de creación del gran fútbol en América. ¡Y se parecen! ¡claro que se parecen!… Era el fútbol con pueblo detrás, era el fútbol que América esperaba para llevarlo a la cima del mundo”.
Hecha esta presentación del fútbol del cual es hijo prodigio Bielsa, como Menotti, Scaloni, Messi o Batistuta y tantos otros, nos permite mirar el futuro con optimismo.
Bielsa, director técnico de Uruguay
No es hora de discutir montos (caro para nosotros, pero barato para ese nivel de técnico en el mundo). No es hora de discutir premoniciones que difícilmente se cumplan (“Alemania quiere jugar con nosotros”, pero al final jugaremos de local con Cuba y Nicaragua). No es hora de poner la lupa en los sponsors que vendrán (por ahora son los mismos de siempre y nada indica que habrá más porque el DT sea Bielsa). No es hora de discutir si se venderán más entradas (la celeste llena el estadio siempre cuando va bien o pelea, y apela al 2 x 1 cuando va mal, siempre igual).
Lo importante es que se viene una generación que supera a la que fue seleccionada por Diego Alonso para Catar 2022.
Ya no estarán los históricos que tanto dieron, pero no estaban para un gran mundial hace seis meses, y los nuevos valores siguen creciendo, siguen madurando y se siguen sumando jóvenes para que Bielsa se haya visto seducido por la posibilidad de lograr cosas importantes en esto del fútbol.
Ya hemos dicho de la crueldad de todo esto. Cuando todo es ilusión llueven frases hechas como “no me importan los resultados, sino cómo se jugará, como se llegará a ellos” … y si nos toca perder “no nos importa si la forma es atacando, siendo protagonistas”.
Ninguna de estas frases se hará realidad si las victorias no acompañan el futuro de este nuevo proceso. Pero hay buenas razonas para pensar que un gran DT como Marcelo Bielsa, con una cabeza diferente al resto en el mundo, pero al fin de cuentas rosarina, argentina, rioplatense y por ello tan uruguaya, podrá sacarle jugo a los Valverde, Araujo, Darwin, De Arrascaeta, Bentancur y tantos más.
Tabárez demostró que cerrando el Complejo Celeste a cal y canto, prohibiendo que periodistas y dirigentes pretendan armarle el equipo, se consiguen resultados. En el último año un buen DT como Diego Alonso lamentablemente no tuvo espalda para que exjugadores y otros que se resistieron a dejar su lugar le dejaran plasmar su idea. Puede que mereciera una revancha, pero el camino buscado por AUF es irreprochable desde lo futbolístico. Con Bielsa todo puede pasar y nosotros comenzamos ya la cuenta regresiva.
Estamos a 26 partidos de la quinta estrella.
Le tenemos fe, pero no nos comeremos los versos del entorno directriz y periodístico que predomina hoy.
Esto lo sacarán adelante el cuerpo técnico y los jugadores.
Los de afuera son de palo.
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