En 1990 mi padre me regaló una cámara de video, de aquellas de casetes, que era mucho más chica que las que usaban los camarógrafos “de verdad” de los canales de televisión.
A su vez, como mi actividad se repartía entre el periodismo y la agencia de viajes de mis padres, eso me permitió presentarme a licitaciones que gané para organizar varios viajes de Peñarol, Nacional y la selección uruguaya al exterior en competencias internacionales.
Mi situación privilegiada en cuanto a tener la información precisa en épocas sin internet ni celulares, viajando en los mismos aviones y hoteles, cuando las limitaciones eran menores, y hasta compartíamos ómnibus en algunos casos, me permitió usar esa cámara (mucho más grande que un celular, pero mucho más chica que las de los canales) y registrar para mi incipiente programa en canal 5 (La Hora de los Deportes) parte de los viajes e incluso situaciones de festejos en vestuarios, etc.
Allí descubrí (años 90) que a la gente le fascinaba ver lo que no se veía en la transmisión de los partidos.
Ese segmento se llamó “Los ojos y oídos del hincha”. Con el siglo XXI y las cámaras aún más pequeñas nació Cámara Celeste.
Y allí todo se disparó. Eliminatorias, amistosos en fechas FIFA, Mundiales con grandes victorias, sorteos de fixture de Copas, congresos, hicieron lo suyo.
Se transformó en un clásico para los hinchas y con este siglo se incrementó con la ida de cientos, miles de hinchas uruguayos viajando por el mundo y también la presencia en los viajes de cientos de uruguayos que viviendo durante mucho tiempo fuera del país, encontraron siempre en los partidos de la selección uruguaya una excusa de reencuentro con sus raíces.
La posibilidad de verse reflejado en la Cámara Celeste en épocas en que los celulares aún no tenían camarita, ni roaming, ni internet rápido, hizo lo demás.
Así se fueron agregando otros eventos importantes a los cuales fui invitado a asistir.
Quiero aclarar que esas invitaciones nunca incluyeron pasajes ni alojamientos, pero me permitieron estar presente con el apoyo de sponsors y de las empresas para las que trabajo (en especial Tenfield).
Por citar algunos ejemplos emblemáticos quiero destacar:
- Entrega de la Bota de Oro a Diego Forlán en Madrid como goleador de Europa por segunda vez, en este caso defendiendo al Atlético Madrid en 2010
- Peñarol recibe el título de Campeón del Siglo en Londres junto a Fernando Morena, Néstor Goncalvez y Juan Pedro Damiani en 2010
- Nominación del “Loco” Abreu como ciudadano ilustre de Río de Janeiro en 2011 por su trayectoria en Botafogo
- Homenaje a Pintos Saldanha (campeón de América y del Mundo en 1988) en Nueva Jersey en 2016 por parte de la Filial Bolsos de NY-NJ
- Homenaje a dos campeones de América y del Mundo en 1980 como Rodolfo Rodríguez y Arsenio Luzardo en 2019 con motivo de los 120 años de Nacional en Miami y Nueva York por las Filiales Bolsos
- Nominación en 2022 de Sergio “Manteca” Martínez como Personalidad Destacada de Buenos Aires por su trayectoria en Boca Juniors en los años 90
Hoy escribo desde Nueva York donde estamos cerrando una gira que incluyó Miami con Juan Ramón Carrasco. La Agrupación Saquen los Pañuelos de Miami y la Filial Bolsos de Nueva York-Nueva Jersey fueron las anfitrionas.
Como en los anteriores casos que reseñé más arriba, fue muy emocionante reencontrarnos con una gran cantidad de uruguayos que están fuera del país en su mayoría desde hace 20 hasta 50 años.
Historias increíbles, recuerdos imborrables, experiencias diferentes de tanto uruguayo por el mundo que encuentra en estos eventos un momento para sentirse por un rato en Uruguay.
Juan Ramón Carrasco fue recibido como lo que fue y lo que es: un ídolo de Nacional, el que rivalizaba en los 70 y principios de los 80 con Morena y Peñarol.
Carrasco fue campeón sudamericano juvenil con la celeste en 1975. Se fue y volvió a Nacional en cinco ocasiones como futbolista y dejó una huella imborrable por su calidad en Racing de Avellaneda y River Plate argentino en épocas de grandes cracs. Empezó siendo el 8 en Nacional y luego fue el 10. Con cualquier número en su espalda fue dueño de un remate poderoso que lo hizo convertir muchos goles inolvidables de tiro libre. Gambeteaba, eludía y asistía como nadie. Además, era goleador, aunque disfrutaba más dejando a sus compañeros solos para el gol.
Como técnico logró con River uruguayo y Fénix resultados asombrosos con un estilo de juego conocido como el “tiki-tiki” que llevó a que miles de aficionados siguieran a esos clubes sin ser hinchas de otra cosa que del estilo de JR. En ambos casos sus clubes hicieron casi 100 goles por temporada, una cifra inusual para cualquiera, pero más para equipos que no son los grandes. Los hizo destacarse en copas internacionales.
Sus partidos con nuestro River ante los grandes llenaron el Centenario más de una vez. Su presencia y su forma de hacer jugar generó esas masivas concurrencias.
Dirigió la selección uruguaya en las eliminatorias del Mundial de Alemania 2006. Podía golear, pero también ser goleado. Rescató un empate ante Brasil en Curitiba tras ir perdiendo 2 a 0, dándolo vuelta en 19 minutos y estando a poco de ganarlo. El partido terminó 3 a 3.
No se le perdonó la derrota con Venezuela en el Centenario en épocas en que la vinotinto no había ganado nada aún y a pesar de que faltaba mucho, fue cesado y no se le permitió lograr el objetivo.
Siempre generó polémica por su forma frontal de ser y generó adeptos y detractores. En Nacional algunos le recriminaron el gol a Defensor en 1997, que permitió a Peñarol no quedar eliminado anticipadamente en el año de su quinquenio. También se le reprochó haber vestido la camiseta aurinegra en una temporada, molesto porque Nacional en ese año no lo quería.
A pesar de todo, lo que vivimos en Miami y Nueva York fueron muestras de cariño y respeto impresionantes. En el caso del picnic realizado en Queens con la filial neoyorquina se batieron los records de concurrencia a este tipo de festejos que ya habían tenido varias ediciones con distintos ídolos.
Sigue pidiendo cancha como DT. Quiere volver algún día a Nacional y por qué no, a la Selección. Cree tener la clave, habiendo aprendido de errores anteriores, para conseguir que Uruguay sea campeón mundial.
Podríamos escribir páginas y páginas de anécdotas de su trayectoria como futbolista y como técnico. Pero lo que quería destacar hoy es lo que significó para los uruguayos de Nacional y algunos colados de otros clubes, esta visita que fue recibida con amor y devoción.
Para el final un dato que me parece interesante de su carrera. En Nacional jugaron 2231 jugadores a lo largo de 124 años de historia. Además, Nacional tuvo 73 directores técnicos. De todos los futbolistas que vistieron la blusa tricolor hubo 25 que también fueron técnicos del club.
De esos 25 apenas 11 fueron campeones uruguayos como jugadores y como técnicos. La lista la engalanan Héctor “Manco” Castro, Marcelo Gallardo, Juan Martín Mujica, Martín Liguera, Alvaro Gutiérrez, Hugo De León, Víctor Espárrago, Aníbal Ciocca, Ricardo Faccio y Enrique Fernández. Esa lista de 10 se completa con Juan Ramón Carrasco, que además dirigió a dos de ellos como el argentino Gallardo y el floridense Liguera.
Fue un privilegio registrar para mi Cámara Celeste lo vivido allí para compartirlo en mis programas de televisión (La hora de los deportes, Buscadores y El diario del fútbol), para comentarlo en mi programa de Sport 890 (¿Usted qué opina?), mis redes sociales y esta página que generosamente me ofrece La Mañana para que quede inmortalizado en el papel y en la web.
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