La llegada del joven Matías Arezo a Peñarol lleva a buscar comparaciones y referencias inevitables.
Es claro que nuestro fútbol es exportador, por lo que resulta raro que nuestros equipos puedan reforzarse con futbolistas jóvenes, que estén en plenitud y que incluso tengan nivel de selección.
Todo esto sucede con Matías. Surgido en el club 3 de Abril de Paso de la Arena y luego el club Pesca de Belvedere, llegó al fútbol infantil de River Plate en AUFI cuando apenas tenía ocho años.
Con 16 años lo hizo debutar Jorge Fossati en primera división y llegó a jugar en casi 100 partidos con 37 goles y 14 asistencias. Además, jugó con la celeste en los sudamericanos sub-15, sub-20 y también en el preolímpico anotando 11 goles en 16 encuentros oficiales.
Su capacidad goleadora llevó a que el “Paco” Casal lo vendiera al Granada de la segunda división de España por casi US$ 6 millones y un 50% del pase aún queda a favor de River.
En España jugaba poco, el DT no contaba con él y Peñarol logró un préstamo por seis meses con opción a quedarse un año si el club no lo requiere.
Tras años de búsqueda de goles que nunca llegaron con el español Xisco, el argentino Nahuelpan y ni siquiera con el regreso del también argentino Viatri, llega alguien uruguayo y en edad de realidad e incluso de crecimiento.
Queda claro que nuestra liga, que está deprimida en cotización por el éxodo permanente de las mejores figuras y la imposibilidad de contratar extranjeros de nivel, cuando surge este tipo de excepciones los resultados llegan rápido.
Ya el año pasado Peñarol había logrado el concurso de Brian Lozano quien, por motivos personales, quería jugar un tiempo en Uruguay. Pero tampoco resultó y jamás aparecieron los goles del futbolista que ahora volvió a México y tiene 29 años. Peñarol consiguió además este año el concurso de Abel Hernández de 32 años, Carlos Sánchez de 38 y Diego Rolan de 29. Todos con grandes trayectorias. Abel jugó varios partidos ya y se lo vio falto de fútbol y de forma física, a lo que ahora sumó una lesión. Rolan casi ni debutó, también perseguido por lesiones rebeldes, y el que andaba bien en mi criterio es el “Pato”. Pero justamente al marcar un golazo de afuera del área se lesionó y quedó fuera por unas semanas.
Sánchez seguramente llegó para jugar una de sus últimas temporadas de su gran historial. Estaba cumpliendo para su edad. Tiene un físico privilegiado y una gran inteligencia en la cancha. Abel y Rolan deberán recuperarse y allí tienen que poder rendir. No tienen edades tan altas, su pasado reciente fue de poca actividad, pero sus historias demuestran que merecen ser esperados. Claro está que si estuvieran en su mejor momento serían como Stuani o tantos otros goleadores uruguayos por el mundo a los que no se les puede ni arrimar una oferta acorde.
Volviendo a Arezo, su inicio no pudo ser mejor. En siete partidos lleva 11 goles y hasta se dio el lujo de errar dos penales. Ya tiene dos balones en su casa por sus tripletes conquistados y demuestra en cada jugada que es mucho más que el promedio de los que pueden jugar en nuestra liga. Es evidente que no podrá sostener este promedio de 1.57 gol por partido (en uno de los partidos jugó apenas 30 minutos e hizo un gol), pero merece ser destacado.
Al futbolero le cuesta mucho aceptar las comparaciones. Hay quienes dicen que las comparaciones son odiosas y estamos los que creemos que a cada futbolista hay que juzgarlo en su tiempo.
Pero… 11 goles en siete partidos es un gran comienzo. Además, ya fue reservado para los partidos que Uruguay debe jugar en Corea y Japón tras el fallido periplo mundialista del 2022.
Fernando Morena en 1973 llegó a Peñarol desde River con 23 años. Matías Arezo tiene 20 y llegó de Granada, aunque su origen sea también darsenero.
En ese 1973 Morena hizo 8 goles en sus primeros seis partidos. Los mismos que Arezo. Los otros 3 fueron por la Sudamericana ante su exequipo River.
En 1975 Morena batiría el récord de goles en un campeonato profesional, llegando a 34 goles por sobre los históricos 33 que había convertido el también aurinegro “Tigre” Young en el lejano 1933. En esa temporada el Nando hizo 11 goles en las primeras seis fechas.
Los números de Arezo nos obligan a estas referencias. ¿Es Arezo como Morena? Claro que no. Aún no. Tal vez nunca lo sea. Pero eso lo sabremos en 10 o 12 años. Ahora nos obliga a revisar números.
Otro caso de un goleador llamativo fue el de Antonio Alzamendi que jugó medio campeonato, una sola rueda y fue goleador del torneo con los aurniegros.
Por supuesto que Peñarol ha tenido muchos número 9 de enorme jerarquía cuyas historias y copas ganadas no deben olvidarse.
Lo que digo es que este comienzo de Matías Arezo está por encima de los promedios habituales, llama la atención, confirma que no debería estar acá porque nadie lo puede pagar, y si con el tiempo se diluye o desaparece será otra historia a la cual haremos referencia. Hoy es esto y mantiene entusiasmado a los hinchas carboneros y asombrado a los periodistas.
En lo personal debo decir que cuando comencé a ver los refuerzos que traería Peñarol para el 2023, siempre creí que algo así podía suceder.
Viendo a muchos ex Peñarol triunfando por el mundo a nivel internacional es que nos permitimos volver a reflexionar sobre qué diferente sería todo –y no solamente en los aurinegros– si en Uruguay pudiésemos mantener más tiempo a los cracks y encima arrimarles alguna estrella del exterior.
Así era cuando las copas internacionales venían un día sí y otro también. Pero ese ya es otro tema.
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