Cada vez que hay un gran acontecimiento, sea por victoria o por derrota, es tradición que se dispare el debate en la búsqueda frenética de culpables o responsables. Alguna vez alguien dijo: “La victoria tiene muchos padres y la derrota es huérfana”. Pero no es tan así, al menos en la consideración popular o periodística.
La inesperada eliminación de la selección sub-20 para defender el título mundial ganado en Argentina en 2023 despertó muchas consideraciones. Todos los argumentos pueden ser válidos o no, pero a veces me parece que se reiteran en el tiempo dependiendo del resultado final. El triste privilegio de los años, como decía el inolvidable periodista César L. Gallardo, me permite casi saber exactamente lo que vamos a decir todos en coro en caso de victoria y también en caso de derrota.
Cuando ganó Uruguay el Mundial de 2023 en la aplastante actuación en la final ante Italia, surgieron los coros de “tenemos una cantera inagotable, respiramos fútbol, nacemos con una pelota debajo del brazo, para la Celeste no hay imposibles, metieron con garra y calidad como nadie, la leyenda continúa, siempre en las difíciles aparecen los nuestros, tenemos que jugar con nuestro estilo con técnico uruguayo, etcétera”.
Un año y medio después, una generación que no repetía ni un solo futbolista ni tampoco el técnico, quedó fuera del mundial tras una muy buena primera fase y una deplorable fase final. El coro ahora dice que “lo botijas ya no juegan al fútbol porque no hay campitos, los entrenadores de divisiones juveniles no saben enseñar, los chicos piensan solamente en la plata, ya no sienten la camiseta como nuestro mayores, Brasil y Argentina siempre nos ganan, les pesó la responsabilidad, físicamente se fueron cayendo, siempre nos pasa lo mismo, tenemos que jugar como se juega en el mundo con un técnico extranjero, etcétera”.
Analizando estas frases tan leídas y escuchadas nos damos cuenta de que son absolutamente contradictorias. No tiene sentido, hacia un lado o hacia el otro, tanta disparidad de visiones en un año y medio.
No me parece el momento de analizar en profundidad tantas frases hechas que se repiten siempre y sin tener en cuenta cada caso en particular. Sí abro la posibilidad de marcar algunos datos estadísticos que se reiteran. Creo que cuando algo se da muchas veces seguidas debe tomarse nota de ello y debería servir de insumo para analizar cosas que no aparecen en la superficie.
Comenzaré con datos generales para ir llegando a los que claramente tienen relación con lo sucedido en Venezuela.
Uruguay es potencia juvenil
- En 23 campeonatos mundiales sub-20 jugados Uruguay clasificó 16 veces, ganó 1, fue finalista en 3 y llegó a semifinal en otras 4 ocasiones. O sea que 7 veces quedó entre los 4 primeros del mundo siendo el último la consagración máxima.
- En la tabla de puntos general de toda la historia en mundiales sub-20 Uruguay está cuarto detrás nada más que de Brasil, Argentina y España.
- En 30 sudamericanos sub-20 Uruguay ganó 8, solamente superado por Brasil.
- En la tabla de puntos general en sudamericanos Uruguay está segundo detrás de Brasil.
Esto es la historia, y si se quiere agiganta claramente el fracaso. Uruguay es potencia mundial en la categoría.
Buscando coincidencia con lo sucedido pasemos a otros datos:
- Uruguay llevaba 20 años sin quedar eliminado, siendo el único que clasificó a los 9 últimos que se jugaron. En los recientes 5, llegó 3 veces entre los 4 mejores ganando la copa en 2023, perdiendo la final por penales en 2013 y siendo semifinalista en 2017.
- La última eliminación fue para el mundial de 2005 y en ese plantel estaban Muslera, Godín, Palito Pereira, Cebolla Rodríguez y Stuani, entre otros. De ese plantel surgieron jugadores claves y titulares para llegar a semifinales de la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 y la Copa América ganada en Argentina 2011 entre otras cosas. O sea que quedar fuera de un mundial sub-20 no elimina la posibilidad del surgimiento de grandes jugadores.
- Los 8 últimos campeones del mundo no clasificaron al siguiente mundial, y lo que es aún peor no pasaron la primera ronda en sus torneos clasificatorios. Un poco en broma y otro poco en serio, podemos decir que al menos esta sub-20 pasó al hexagonal final.
Para entender la dimensión de lo sucedido con los 8 campeones del mundo les paso la lista:
2007 Argentina
2009 Ghana
2011 Brasil
2013 Francia (nos ganó la final por penales)
2015 Serbia
2017 Inglaterra (Uruguay semifinalista)
2019 Ucrania
Además de estos casos consecutivos, que sumando al Uruguay 2023 eleva a 9 campeones del mundo que no clasificaron para el siguiente mundial, debemos ir al de 1981, ganado por Alemania y al de 1999 por España. Tampoco ellos clasificaron al siguiente mundial.
Esta maldición de los campeones mundiales que estamos manejando, como puede verse, involucra a los 4 primeros de la tabla histórica de los mundiales de la categoría sub-20.
Pero si nos vamos a los únicos países campeones mundiales de mayores, podemos decir que todos en juveniles padecieron de esa maldición. A saber: Argentina, Brasil, Francia, España, Alemania, Inglaterra y Uruguay. El único campeón de mayores que no le pasó esto que manejamos en juveniles es Italia. Casualmente Italia nunca fue campeón mundial sub-20 y fue derrotado por Uruguay en la única final a la que llegó, justamente en el reciente 2023.
Todo lo que manejé son datos. No es opinión. Opinión, o mejor dicho opiniones, son las frases hechas que se dicen en momento de triunfo o de derrota.
Mis opiniones
- Uruguay tuvo una muy buena primera fase porque le tocó los rivales más débiles que fueron elegidos por el local Venezuela. Fueron 3 victorias y nos pudo llevar a engaño.
- Esta generación a esta edad (lo destaco porque en el futuro no quiero que me digan que le erré en el pronóstico) es inferior a la campeona del mundo del 2023 con Marcelo Broli y a la campeona sudamericana del 2017 con el mismo Fabián Coito.
- El partido con Brasil fue clave y terminaba en empate. Un error garrafal del arquero generó el gol en la única llegada de los brasileros, que jugaban con 10.
- Ante Argentina el partido era parejo, pero errores insólitos nos pusieron dos veces 3 goles abajo. A pesar de ello hubo reacción y se perdió 4 a 3 en dramático final.
- Fue pobre el partido con Chile, fue empate, no fue clave, pero hundió más al equipo en lo anímico.
- El partido que había que ganar era ante Paraguay. Se jugó mal, tuvimos alguna chance, pero otra vez increíbles desatenciones nos dejaron fuera de combate.
- No podemos contar los partidos ante Venezuela ya clasificados y ellos eliminados en primera fase ni contra Colombia, cuando tampoco nadie se jugaba nada.
Fue pobre lo nuestro, quedamos quintos, pero como Chile fue el sexto, quedamos afuera. El tema es que la distancia con el cuarto puesto fue de 8 puntos. Demasiado.
Temas para revisar
- Apenas terminado el mundial ganado en la categoría, la AUF eliminó uno de los torneos cortos de todas las divisionales y se acortó la cantidad de partidos que juegan por año los juveniles. Eso fue en 2024 y se repetirá ahora. No fue determinante ahora, pero en el futuro se sentirá. No es lo mismo jugar 30 partidos por año que jugar 40. El argumento es económico. Para jugar más no hay dinero.
- La elección de Fabián Coito fue tan correcta como tardía. No hubo proceso, se lo trajo 6 meses antes, contrastando con procesos de años anteriores de la mano de Tabárez. La AUF ahorró sueldos, como quiso hacerlo cuando se le hizo una propuesta indecente al campeón mundial Broli.
- A diferencia de lo sucedido en la era Tabárez, el DT Marcelo Bielsa no le ha dirigido la palabra a Coito antes, durante o después del sudamericano sub-20. Nadie sabe lo que piensa. Pero es el que se lleva una fortuna.
- Cuando Uruguay ganó el mundial sub-20 se le planteó a Bielsa la idea de que Broli se integrara al Complejo Celeste para crecer rumbo al Mundial 2030. El rosarino dijo que no.
- A la eliminación de Uruguay al mundial de Chile 2025 en sub-20 hay que sumar los fracasos de la mano del ayudante de Bielsa, el chileno Reyes, y Preolímpico dirigido por el argentino. Como se sabe en estas dos instancias fue peor. No se pasó ni la primera fase.
- Esta vez el cuerpo técnico se completó por separado. Es decir que Coito no eligió a sus colaboradores. No significa que ellos sean los responsables, pero debe sumar que los equipos técnicos sean equipos y no una simple suma de indivdualidades.
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