Hay países sin tradición futbolera en donde es muy común encontrarse con aficionados al fútbol que se jactan de ser hinchas y hasta fanáticos de clubes de otro país, sobretodo de las grandes ligas.
Si bien eso sucede también en Uruguay, Argentina y Brasil, este fenómeno está muy atenuado en nuestros países ya que lo razonable es que las aficiones naturalmente se alineen a sus grandes equipos, o incluso a los que sin ser grandes, son representativos de países sabedores de lo que es ganar torneos continentales y mundiales en todas la categorías posibles, tanto de clubes como selecciones.
¿A qué va todo esto? A que no soy, al igual que la mayoría de los uruguayos, hincha de ningún cuadro fuera del país, y presto mi adhesión momentáneamente en la medida en que haya uruguayos y punto.
Dicho esto, quiero contar que vi la final de la Libertadores con cierta preferencia por Boca ya que apostó una vez más a dos uruguayos a lo más importante del fútbol que es el gol. De los tres uruguayos boquenses, Merentiel y Cavani fueron la doble punta titular y Sarachi casi siempre tuvo minutos en el lateral. En Fluminense estaba Leo Fernández, talentoso futbolista que tuvo pocos minutos en Copa, aunque juega bastante en la liga local.
Algunas conclusiones que entiendo pueden llevar a la reflexión.
En el fin de semana vi perder, a distintos niveles, a dos equipos en medio de climas triunfalistas.
La ida de más de 100.000 argentinos a Río, la mayoría sin entradas, generó en los futbolistas dos sensaciones. Por un lado, se creyeron campeones antes de jugar, por el otro se sintieron sobreexigidos para no defraudar. Y no les alcanzó la nafta, no había fuerza para lograrlo.
Peñarol por su parte salió a la cancha a un colmando estadio Campeón del Siglo con más de 300 mascotitas. El equipo salió a la cancha a las 20 en punto. El partido debía comenzar a esa hora, pero organizar una multitudinaria salida repleta de menores y bebés seguro complicó. A los 5 minutos el campo de juego estaba desalojado, pero todo ese tumulto previo a la salida al campo y comienzo del juego fueron de absoluta desconcentración. Mientras tanto el DT de Liverpool Jorge Bava arengaba a sus futbolistas. Por un lado un grupo concentrado en el partido, por el otro un grupo tratando de que salieran en la foto sus mascotitas. Imagino a Bielsa, Tabárez o un técnico europeo sugiriendo ese tipo de salida.
Se pareció demasiado a un festejo de campeonato ganado cuando faltaban aún ocho fechas. No digo que Peñarol perdió por eso, pero seguramente perdió también por eso.
Otra curiosidad del fin de semana fue el recibimiento que realizó la afición de Boca a sus jugadores al retornar el domingo a su país.
Durante muchos años, desde 1997, vengo discutiendo que Uruguay no festejó el segundo puesto en el Mundial sub 20 de Malasia. He sostenido siempre que la gente no salió a la calle a festejar sino a reconocer la gran actuación celeste.
Hace 26 años escucho esa “cantarola” y también la de Sudáfrica 2010. Dicen que en México 70 tomamos el cuarto puesto como derrota y en el 2010 festejamos como si hubiésemos sido campeones. Ni tanto ni tan poco y quienes vivimos todas esas instancias sabemos que no fue tan así. Ni fueron recibidos con indiferencia en 1970 ni hubo festejo en el 2010. Hubo, al igual que con Malasia en el 97 y Boca Juniors el domingo pasado, una manifestación de reconocimiento que no es lo mismo.
Por si esto fuera poco, he tenido que soportar argumentos débiles impuestos como la verdad revelada con afirmaciones como que “claro, como hace tiempo que no ganamos nada, nos conformamos con un segundo puesto (Malasia) o un cuarto puesto (Sudáfrica)”. A esto los eruditos agregaban “ni Argentina ni Alemania ni ningún país verdaderamente grande en fútbol lo haría”.
Incluso algunos cuestionaron el festejo de la Copa del Mundo sub 20 ganada este año en La Plata. Otra vez las frases despectivas: “claro, festejamos juveniles porque no le ganamos a nadie en mayores”.
Bueno, voy a pasar a responder a aquellos necios que repiten cosas que no son tales. Disculpen mi falta de humildad pero me veo obligado a retrucar cada caso con HECHOS y no con OPINIÓN.
Hecho número 1
En 1979 Argentina gana en Japón el Mundial juvenil sub 20 de la mano de Maradona y Menotti. El festejo popular fue del nivel de los mundiales de mayores. ¿Era porque nunca habían ganado nada? No, Argentina era campeón mundial de mayores 1978 y Boca campeón mundial de clubes vigente. O sea, fue reconocimiento valorando lo logrado. Fue el mismo logro que el de Uruguay este año dirigido por Marcelo Broli. Lo festejaron sin complejos. Nosotros… más o menos.
Hecho número 2
Sobre festejar derrotas en finales del mundo recordemos que en 1990 Argentina perdió la copa con Alemania en Italia. Al llegar a Buenos Aires fueron recibidos por una multitud aún mayor que la de 1986 cuando volvieron con la copa en mano. Maradona, Bilardo y Menen terminaron festejando en el balcón de la Casa Rosada con la Plaza de Mayo repleta. ¿Fue festejo? No, fue reconocimiento a un esfuerzo de una selección que llegaba en inferioridad de condiciones. ¿Fue porque no le ganaban a nadie? No, justamente eran campeones del mundo y acababan de perder la corona.
Hecho número 3
Alemania organiza el Mundial de 2006 y quedó tercero. Luego de ganar el bronce una multitud recibió al plantel en la alcaldía de Stuttgart ante 100.000 personas en un marco de fiesta total. ¿Estaban contentos? No, era reconocimiento al esfuerzo de una selección más bien joven que sería la base del campeón mundial de 2014 en Brasil.
Hecho número 4
Este sábado Boca Juniors juega muy mal y pierde la final de la Libertadores con Fluminense casi sin rematar al arco. Además, no pudo ganar ninguno de los últimos siete partidos, pasando siempre por penales. Al día siguiente miles de hinchas de Boca dieron la bienvenida a sus futbolistas. ¿Fue porque Boca nunca gana nada? No, tiene seis Libertadores en su haber, tres de ellas ganadas en este siglo. ¿Los argentinos nunca ganan nada? No, los hinchas de Boca y los de los demás clubes argentinos están empachados por ser campeones de América y del Mundo y todo les sonríe.
O sea, espero que ante estos DATOS que pueden ser googleados, y tienen registros en youtube y diarios de la época, entendamos que vivimos en un país en donde muchos hacen alarde de ser campeones del “hablemos sin saber” y no solamente pasa con el fútbol.
Ojalá haya quedado claro y que no tenga que volver a rezongar a quienes creen cosas que no son. Recuerden, la ignorancia de la historia no es un derecho, es un abuso, ¡NO ABUSEN!
TE PUEDE INTERESAR: