Apenas ocho días nos duró el Mundial. Errores propios y ajenos sellaron el fracaso
Fue todo muy cortito. En apenas ocho días todo se esfumó. Insisto que no siento decepción, sino dolor. Uruguay no estaba entre los favoritos, es cierto. Pero estaba entre los que podía dar pelea y ligando en los cruces podía hacer lo que está haciendo Portugal, por ejemplo.
Esa era la clave. No era imposible salir primero en el grupo. Uruguay llegó a esta copa con un plantel cuyo valor total lo colocaba en la novena posición. Pero errores propios y ajenos nos llevaron a un fracaso.
Sí, fue fracaso. Una camiseta como la celeste si no pasa la primera fase simplemente FRACASA. Un plantel que es el noveno en valores de sus jugadores entre 32 equipos, sino se mete entre los 16 FRACASA, y para elogiarlo debe como mínimo jugar cinco partidos, como en Rusia 2018 cuando terminamos quintos.
¿Qué pasó?
Primero, contra Corea y durante los primeros 70 minutos ante Portugal no jugamos. Fueron 160 minutos desperdiciados. Sobre todo los 90 ante Corea que condicionaron lo demás. Corea no tenía nada, salvo un maltrecho Son que poco hizo en esta copa. Uruguay debió colocar el equipo que colocó ante Ghana y era muy difícil no ganar el grupo de esa manera.
Defiendo que Uruguay apueste a la defensa. Es lo que por ejemplo hizo Marruecos contra España y eso está bien que suceda cuando claramente sos menos. Si el rival es mejor, no podés salir a intercambiar ataques, salvo que tengas una precisión fuera de lo común para definir en las primeras de cambio y luego sí, defenderse. O bien apostar directamente al alargue y los penales.
Pero en primera fase, ante una débil Corea no se entiende el planteamiento, mucho más que la integración. Vecino debió ser el 5 más retrasado, y Valverde y Bentancur jugar más sueltos. Pellistri jamás debió jugar todo el segundo tiempo de lateral derecho. Y debió ser titular el mejor 10 de Brasil y de Conmebol, Giorgian De Arrascaeta. Pero el planteamiento condenó a que varios jugasen fuera de puesto, incómodos e ineficientes. La línea de 5 en la segunda mitad ante los coreanos se entiende solamente para proteger a Godín que llegaba con 36 años y sin futbol oficial, además de una intervención en una rodilla.
Claro que con un poco de liga el capitán pudo ser el héroe, porque además de jugar un gran partido, metió un cabezazo en el palo en una de las dos o tres situaciones que tuvieron los celestes. La otra fue un remate de Valverde, la única vez que se lo autorizó a pasar la mitad de la cancha y hacer algo de lo que sabe hacer.
Ese empate a 0 condicionó todo y a los coreanos le dio la clasificación ya que a nuestra propia inmolación regalando el empate ante un rival inferior, disfrutó luego el ganarle a los suplentes de Portugal cuando sabían que estaban clasificados. Solo así podía Corea lograr cuatro puntos.
Todo lo regalamos en el primer partido. En el segundo se hicieron algunos cambios pero se acentuó el regalo de la cancha. Ante Portugal tiene más lógica, es más que Uruguay y no podíamos regalarnos, pero se precisaba algo más para no llegar mal en la tabla a la última fecha. Cavani por Suárez, Coates por Cáceres y Varela por Pellistri, afianzó una línea de 5, otra vez para proteger el 0 y a Godín, pero se resignó cualquier posibilidad de remate el arco rival.
Una gran jugada de Bentancur, el mejor celeste de esta copa, en donde se jugó la personal durante 50 metros en forma maradoniana hasta obligar al arquero rival a una salvada magistral fue lo único. A los 20 del segundo tiempo llegaron los cambios. Justo después de que Portugal lograra un gol casi blooper. Fue un centro que CR7 buscó para cabecear pero le erró y la pelota que siguió de largo descolocando a Rochet que hizo la lógica.
Perdiendo 1 a 0 y sin gol, entraron Suárez, Maxi Gomez, Giorgian y Pellistri y el partido cambió. Varias situaciones favorables, un nuevo tiro en el palo, esta vez de Maxi, marcaban que el camino debía ser este. Un penal sobre el final, que el mundo reconoció como error grosero del VAR nos dejó 0 a 2 y complicó en la diferencia de goles, lo que sería fatal.
Una sola cosa debía pasar contra Ghana. Había que golear. El equipo entró sin Godín, con línea de 4 y otra vez fue el mejor juego de los celestes. Vecino jugó de 5 y Bentancur y Valverde se dedicaron a impulsar a un Giorgian incontenible y un Pellistri peligroso. Dos goles del mejor jugador de Brasil (que obligaba a los colegas brasileños a ironizar con que sería titular en Brasil y era suplente en Uruguay lo que resultaba una locura) marcaron la agenda.
Uruguay ganaba 2 a 0, Suárez fue clave en ambos goles demostrando ser el mejor de los históricos. Y cuando todos sabíamos que se precisaban uno o dos goles más para no depender de un gol de Corea que empataba con Portugal, el DT sacó a Suárez y Giorgian y pareció querer cerrar el partido. Y lo cerró, en un escueto 2 a 0 que fue fatal. El gol de Corea nos dejó afuera.
Dos penales clarísimos no cobrados hicieron el resto. En el de Darwin el VAR llamó al árbitro alemán, pero después de verlo lo desestimó. Todas las veces que el VAR avisa al juez que se equivocó, este lo mira y corrige. Pero esta vez no.
En el penal a Cavani fue peor, ya que el VAR ni lo llamó. En un Mundial que se anularon goles por offside de una axila o una nariz larga como la mía, en un Mundial en que se cobraron en la primera fecha penales que no fueron para que Messi y CR7 aseguraran goles ante el Jeque, aunque el argentino lo erró, a los nuestros se les impidió marcar el gol que faltaba con dos penales a favor mientras nos complicó un absurdo penal cobrado a Josema ante Portugal.
Uruguay jugando mal debía estar entre los 16. Si no se especulaba contra Corea, nuestra selección podía salir primero y enfrentar a Suiza y Marruecos para intentar estar entre los cuatro mejores del mundo. Ese era el camino. Solamente había que ganarle a Corea.
Pero nada de eso pasó, cuando salimos a la cancha contra Ghana éramos la única selección de las 32 que no había hecho goles. También la única con tres pelotas en los palos.
Podíamos perfectamente con este plantel, ligando un poquito en los cruces, llegar entre los cuatro mejores.
La nueva generación tomará la posta y estará a punto para el 2026 con Ronald Araujo, que no debió ocupar un lugar para no jugar, Federico Valverde, Rodrigo Bentancur, Giorgian De Arrascaeta y otros más que serán los líderes de lo que será un gran Mundial para los celestes dentro de tres años y medio.
Este no era fácil, pero tampoco para este tamaño de fracaso. Diego Alonso cometió errores que lo alejan de una candidatura. Creo que estaba atado por compromisos con algunos jugadores que pensaron más empatar el record de cuatro Mundiales que en su real nivel para ser parte de un Mundial. El que se salva es Suárez y si Muslera debía jugar lo hubiese hecho bien. Los demás no lograron ser ni cerca de lo que fueron y condicionaron la estrategia y la táctica que debía usar Alonso para suplir esas deficiencias.
Lo sucedido luego con los futbolistas que se pusieron violentos no lo voy a justificar pero lo voy a interpretar. Suárez declaró que siente que no somos defendidos en FIFA. Me consta que no es sencillo, que FIFA trata diferente a Alemania y a Francia a quienes explicó la pelota de Japón o el gol anulado a Francia, pero no dijo nada públicamente sobre los tres penales que cuestionamos nosotros. Y eso lleva a que, equivocadamente, los futbolistas salgan a hacer justicia por mano propia. Godín, Cavani y Muslera ya no iban a volver, pero una suspensión a Josema será un daño importante.
La seguimos la semana que viene, pero deberemos VOLVER A EMPEZAR….
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