Para luchar contra la inflación, la Fed ha estado vendiendo bonos del Tesoro de su activo y ha subido significativamente las tasas de interés para reducir la oferta monetaria. Si bien esto puede haber contribuido a frenar el alza precios ocasionada por el exceso de dinero, estas acciones también han aumentado el costo de capital y, por tanto, han reducido la actividad económica, contribuyendo al actual ambiente recesivo. Esto aumenta las tasas de interés de la deuda de los consumidores, como las hipotecas. Estas acciones también aumentan las tasas de interés de los préstamos a las empresas y de la deuda federal. La Fed espera que la reducción de los niveles de comercio se vea compensada por la reducción de la tasa de inflación. Sin embargo, mientras la Fed trabaja para deshacer la inflación creada por los niveles imprudentes de gasto federal, está dificultando el correcto funcionamiento de la economía. La Fed ha trabajado para elevar drásticamente la tasa efectiva de los fondos federales (Fed Funds) del 0,08% al 4,57% entre febrero de 2022 y febrero de 2023. Entre el 26 de febrero de 2020 y el 9 de marzo de 2022 (justo antes de la primera subida del tipo efectivo de los fondos federales), la Reserva Federal adquirió una media de US$ 136.000 millones de deuda federal al mes. En total, la Fed casi duplicó la base monetaria entre febrero de 2020 y diciembre de 2021, pasando de US$ 3,45 billones a US$ 6,41 billones. Esto representó una tasa de creación de nueva base monetaria de aproximadamente US$ 135.000 millones mensuales durante el periodo, similar a la tasa de aumento de las tenencias de deuda federal por parte de la Reserva Federal. Sin embargo, desde diciembre de 2021 hasta agosto de 2022, la Reserva Federal redujo la base monetaria en US$ 831.000 millones, una tasa de reducción de aproximadamente US$ 103.000 millones al mes.
Mientras que la primera parte de esta historia –un rápido aumento de la creación de dinero– condujo a la crisis inflacionaria, la segunda –una rápida contracción de la oferta monetaria– está causando el estancamiento económico. Aumentar la tasa efectiva de los fondos federales, restringir la oferta monetaria y permitir que los déficits del gobierno federal desplacen la inversión privada ha provocado un aumento de los tipos de interés para los hogares y las empresas en todo el país y en todos los sectores económicos. Esto ha aumentado los costos para los estadounidenses, sumándose a la crisis inflacionaria que afecta a las billeteras de todo el país. La cruda realidad del costo impuesto a los estadounidenses por estas alzas de los tipos de interés puede verse en los mercados de vivienda. La tasa hipotecaria antes mencionada aumentó del 3,05% a un máximo del 7,08% y ha dado lugar a abrumadores pagos de intereses para los estadounidenses que esperan ser propietarios de una vivienda. Un propietario con una hipoteca sobre una vivienda de precio medio a un tipo del 7,08% pagaría US$ 11.000 más al año en intereses, y US$ 332.000 más en intereses a lo largo de la vida de la hipoteca que un propietario con un tipo hipotecario del 3,05%…
El círculo vicioso creado por esta situación intensificará la presión de la creciente deuda federal sobre la inversión privada, ya que la necesidad del gobierno federal de cubrir sus déficits seguirá succionando el oxígeno restante de la economía. Una comparación de los costos netos de intereses federales proyectados entre las líneas de base de marzo de 2021 y febrero de 2023 de la CBO (Oficina Presupuestal del Congreso) añade una nota inquietante a lo que está sucediendo en los mercados financieros. Las estimaciones de marzo de 2021 de la CBO preveían unos US$ 4,4 billones en costes netos de intereses federales durante el periodo presupuestario comprendido entre el año fiscal 2024 y el año fiscal 2033. Sin embargo, la estimación actual (febrero de 2023) de la CBO prevé más de US$ 10,4 billones en costos netos de intereses federales durante el periodo presupuestario comprendido entre el año fiscal 2024 y el año fiscal 2033, un aumento de US$ 6 billones, un 136%, en menos de dos años de inflación y tipos de interés elevados…
La presión creada por los enormes déficits federales deja a la Reserva Federal ante “la decisión de Sophie”: tratar de controlar la inflación arriesgándose al colapso de los bancos o salvar a los bancos dejando que la inflación se desmadre. En realidad, sólo hay una solución positiva a largo plazo: recortar drásticamente el gasto federal.
David Ditch y Richard Stern, en “The Road to Inflation: How an Unprecedented Federal Spending Spree Created Economic Turmoil”, Heritage Foundation (21 de setiembre 2023)
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