¿A quién le sigue importando el programa Francia 2030? El Plan de Inversiones Futuro (PIA), anunciado a mediados de octubre por Emmanuel Macron, parece haber desaparecido del debate público tan rápidamente como entró en él. Los 30.000 millones de euros del programa tienen como destino una bonita ambición: reindustrializar Francia, dirigiéndose, en palabras de Macron, “o bien a sectores en los que podemos tomar la delantera, o bien a sectores en los que nos hemos quedado atrás, y que no tenemos derecho a abandonar”. Sin embargo, a Francia 2030 le falta una encarnación política para existir. El ejecutivo es consciente de esta fragilidad y espera poder dotar rápidamente a Francia 2030 de un líder.
Le Figaró, Francia
Al final de la conferencia sobre el clima celebrada en Glasgow (Escocia), Alok Sharma, presidente de la 26ª Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas (COP26), se resistió a soltar las lágrimas cuando anunció que 197 países solo habían podido acordar la “reducción progresiva” del uso del carbón, en lugar de la “eliminación gradual” de una de las principales fuentes de calentamiento global. China e India, dos grandes contaminantes con poblaciones que superan los mil millones de personas, se negaron en el último momento a comprometerse a renunciar al carbón. La incapacidad de Sharma para lograr un consenso que acabe con el reinado del carbón no habría sorprendido a nadie que observara los mercados de materias primas. La pandemia ha despertado múltiples fuerzas económicas que ponen en entredicho la idea predominante de que la fuente de energía más sucia está en vías de desaparición.
National Post, Canadá
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