Se trata de un aniversario, más que de un balance. Los diez primeros territorios de la experiencia “Cero Desempleo de Larga Duración” (TZCLD) acaban de cumplir cuatro años de existencia. Lanzado en 2016, el programa tiene por objetivo utilizar el dinero que antes se pagaba bajo la forma de múltiples prestaciones sociales (RSA, APL, ASS…) para crear puestos de trabajo para personas que de otra forma serían acreedores estas prestaciones, ya ha logrado los objetivos deseados. La segunda ley que permite su ampliación a 50 nuevos territorios se votó –por unanimidad tanto en la Asamblea Nacional como en el Senado– el pasado mes de diciembre y ya han sido presentado 15 solicitudes.
Le Figaró, Francia
Cobrar por los servicios que el banco presta es una práctica cada vez más habitual; el ‘todo gratis’ en la operativa bancaria es ya prácticamente cosa del pasado. La urgencia por mejorar la rentabilidad y obtener ingresos para compensar la caída de los tipos de interés propicia un escenario en el que subirán las comisiones por los servicios y productos bancarios. La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, pronosticó hace varios días en un foro organizado por ABC y Deloitte que el cobro de comisiones por servicios hasta ahora gratuitos continuará al alza. “Estamos observando una tendencia hacia negocios con una mayor generación de comisiones recurrentes, lo que constituye una fortaleza que complementa al negocio tradicional”, avisó Delgado, quien destacó que el cobro de estos cargos está ligado a una normativa de conducta y pidió toda la transparencia en la comunicación con el cliente.
ABC, España
Mientras se multiplican los calificativos de “histórico” y “sin precedentes” para celebrar el acuerdo logrado el pasado viernes en el seno de la OCDE para fijar una carga fiscal global sobre las grandes empresas, el día después aparece la letra pequeña que relativiza el pacto suscrito por 136 países que aspira a cambiar para siempre la fiscalidad internacional. Uno de los resultados más significativos ha sido el establecimiento de un tipo impositivo mínimo de sociedades del 15%. Sin embargo, si bien es cierto que estarán sujetos a ello compañías que representan el 90% de los ingresos mundiales, también es verdad que entre el 80% y el 90% de las multinacionales no lo pagará. En efecto, el gravamen se carga a aquellas empresas que tienen una facturación superior a 750 millones de euros. Otra incógnita sobre este tributo es el llamado “periodo de gracia” o de “transición” para la aplicación completa del impuesto, un lapso de tiempo que puede oscilar, según deducciones y excepciones, hasta los diez años. Varias oenegés critican además que este impuesto acabe llenando las arcas públicas de los países más ricos, que es donde tienen su sede el 60% de las grandes corporaciones.
Piergiorgio Sandri, en La Vanguardia de Barcelona
TE PUEDE INTERESAR