Las tasas de inflación están aumentando. En la zona euro, alcanzó el 2,2% en julio, el nivel más alto desde 2018. En Alemania saltó al 3,8% y en Estados Unidos llegó incluso al 5,4% en junio. A pesar de esta evidencia, el Banco Central Europeo se sigue aferrando a su política monetaria laxa. ¿Es la hora de que Christine Lagarde rectifique y adelante esa subida de tipos que había postergado al menos para dentro de cinco años? El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, piensa que sí. “El BCE no está ahí para cuidar la solvencia de los estados”, ha dicho en una reciente entrevista. Es uno de los pocos críticos internos con la política del BCE y considera que los países del euro más endeudados, como es el caso de España, ya no pueden confiar en la política de dinero barato. Weidmann es partidario de trazar desde ya mismo una línea temporal para limitar los controvertidos programas de emergencia del BCE. “El Consejo de Gobierno también ha dicho que el rumbo se endurecerá si las perspectivas de precios para la zona euro se sitúan claramente por encima del dos por ciento en el futuro”, recuerda el presidente del Bundesbank, con la esperanza de que Lagarde reconsidere sus posiciones.
ABC, España
Las economías de Chile, Colombia y Perú están mostrando fuerza aun cuando la pandemia de la covid-19 continúa, pero sus climas políticos están aportando a la volatilidad en los mercados, de acuerdo con diferentes bancos de inversión, así como la calificadora de riesgo crediticio Fitch Ratings. En reportes publicados esta semana, analistas expresaron preocupaciones por políticas populistas, presiones en las finanzas públicas y malestar social. “El intenso ciclo electoral de la región andina aumenta la incertidumbre fiscal en medio de las crecientes presiones del gasto social”, escribieron analistas de Fitch Ratings en un reporte publicado este jueves. Chile celebra elecciones a finales de este año, Colombia lo hará a principios de 2022 y recientemente ha asumido un nuevo gobierno en Perú. “La tensión política y el descontento social, que pueden obstaculizar el crecimiento o la consolidación fiscal, se estaban acumulando antes de que la pandemia pusiera de manifiesto la debilidad de los sistemas de salud y las redes de seguridad social, y la desigualdad de ingresos.”, apunta el informe de la firma.
El País, Madrid
Tras el fracaso de las normas incluidas en la Ley de Estabilidad de 2014 y en el Decreto de Dignidad de 2018, es ahora el Gobierno de Draghi el que se embarca en la tarea de establecer un marco legal que ponga freno a las deslocalizaciones productivas. El ministro de Trabajo, Andrea Orlando, y la viceministra de Desarrollo, Alessandra Todde, proponen un proyecto inspirado en la ley Florange aprobada en 2014 (Francia) para responder a la “fuga” de ArcelorMittal de la acería del Mosela. Pero incluso esa ley, como reconoció el año pasado en el Senado el entonces titular del Ministerio de Desarrollo Económico italiano, Stefano Patuanelli, ha resultado en gran medida ineficaz como elemento disuasorio de aquellas multinacionales que deciden trasladar su producción a otros lugares. Por otra parte, sin la intervención de Bruselas, los principios de libertad de empresa y de libertad de establecimiento en la Unión Europea sólo pueden hacer inútil cualquier intento unilateral de oponerse a la competencia de países que ofrecen ventajas fiscales y salariales.
Il Fatto Quotidiano, Italia
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