En los últimos meses el mundo ha sido escenario de mayores niveles de subas de tasas de interés producto de una política restrictiva de los bancos centrales que buscan la contención de la inflación. Esta situación es bastante similar a la ocurrida a inicios de los 80 que terminó con una de las mayores crisis de deuda de los países en desarrollo. Podemos ver muchas similitudes, pero estamos 40 años más adelantados con lo cual hay diferencias tanto en las medidas, como en los instrumentos para evaluar el grado de exposición de los países como el contexto en el cual transcurrimos. La pregunta que surge es si estamos en la antesala de una nueva crisis de deuda y qué indicadores y referencias se deben tomar hoy para evaluar esa posibilidad.
En el análisis de la realidad económica y las perspectivas, siempre es bueno analizar qué pasó en situaciones similares en el pasado. Para Mark L J Wrigt y Amy Smaldone analizan en un artículo si los países en desarrollo se enfrentan a una posible crisis de deuda observando los principales instrumentos que se consideran para evaluar la misma como ser el diferencial de bonos y los rankings que realizan las consultoras y organismos multilaterales como en Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Cualquiera de los instrumentos mencionados muestra que existe un relativo nivel riesgo ya que existe un porcentaje alto de los países que tienen problemas. Todas las mediciones como modelos de análisis tienen sus limitaciones, pero lo importante es poder entender las mismas, las limitaciones y el contexto en el que se dan.
Un instrumento que se ha puesto de moda son las calificaciones de riesgos realizadas por empresas consultoras, de las que unas tres que son las más destacadas y de referencia. Con la calificación de deuda se genera un rating que mide en forma periódica a través de un conjunto de indicadores la capacidad que un país tiene para hacer frente a su deuda. A mayor riesgo peor calificación y va de la mano en forma inversamente proporcional con el tipo de interés ya que se debe hacer atractivo asumir el riesgo de comprar esa deuda. Para ello se toman muchos aspectos donde la realidad política, estabilidad y aspectos macro también juegan un rol. Este tipo de trabajo se realiza desde 1949 pero ha tomado relevancia en las últimas dos décadas mejorando sus mediciones y ampliando la base de paises a los que integra. Las principales agencias de calificación de riesgo son Moody’s, Standard&Poor’s Y Fintch. Las calificadores son un servicio para los principales inversores que disponen de una evaluación de riesgo y calidad de la deuda que compran. Se ha visto que se ha agudizado la calificación crediticia, pero respecto a la tendencia es importante destacar que a medida que pasa el tiempo se viene ampliando la cantidad de casos que se integran, y siempre en países con peor perfil, lo que puede alterar las tendencias. Pero lo que está claro es que en los últimos tiempos en la creciente dificultades por la pandemia, los shocks de oferta, la suba de precios de materias primas y el crecimiento histórico de las tasas de interés, la realidad es que muchos están peor y con mayores riesgos en deuda. En los hechos, los autores mencionados destacan que las calificaciones crediticias muestran un panorama mucho más amplio de sobreendeudamiento para los países emergentes. Y si se compara estos resultados con otro tipo de medidas como el diferencial de tasas los resultados son peores y de mayor dimensión.
Otro análisis y más abarcativo, como mencionamos, lo realiza el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Estos organismos con programas para análisis y revisión de procesos de endeudamiento llegaron a evaluar que la situación era de complejidad y que un amplio grupo de países debía entrar en un programa de suspensión de deuda producto de la pandemia, situación que se prorrogó.
Existe una sucesión de hechos y de política económica que muestran un escenario futuro complejo de endeudamiento, en una situación mundial diferente a la de los 80 y donde existen indicadores como los resultados de las calificadoras de riesgos que destacan una realidad complicada y que no solo se da como un diferencial de tasas de interés, sino un conjunto de dimensiones que al ser evaluadas determinan unas dificultades a futuro. El endeudamiento es una situación compleja de los países emergentes donde la suba de interés pasa por el incremento de la deuda en un contexto de restricciones. En términos generales las calificaciones y los indicadores de evaluación están peor y todo indica que los riesgos aumentan.
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