Chile evalúa un impuesto negativo al ingreso como forma de estimular el empleo formal
El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio de Chile (CPC), Juan Sutil, levantó el tema del ingreso mínimo garantizado en el marco de la Enade 2021 llevada a cabo la semana pasada. La idea fue destacada por diversos sectores y también logró el visto bueno del gobierno chileno. El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, sostuvo que “me parece bien” lo planteado por Sutil, e incluso aseguró que “es en lo que Chile ha estado avanzando”, recordando que el año pasado el gobierno comenzó a entregar un ingreso mínimo garantizado como complemento del salario mínimo. Briones subrayó además que la intención del Ejecutivo es “amplificar” aquello, en base a un subsidio que sea “decreciente en el ingreso”, es decir, que se vaya extinguiendo a medida que el ingreso alcance cierto umbral y que sea “condicional a ingresos formales. Hay que incentivar la formalización”.
La propuesta se basa en un trabajo del economista uruguayo Claudio Sapelli, quien en 2019 publicó un trabajo titulado “Ingreso Garantizado o Impuesto Negativo al Ingreso: Políticas públicas para sobrevivir al desafío futuro”. El trabajo del economista uruguayo promueve la implementación de un Impuesto Negativo al Ingreso (INI), que según el mismo Sapelli es “un pariente del Ingreso Básico Universal (IBU)” y que tiene ventajas como “promover la formalidad y la productividad al tiempo de promover un seguro a las personas contra diferentes riesgos”.
El Mercurio, Chile
La inversión en infraestructura puede ser la solución al problema de demanda generado por la pandemia
Aunque la pandemia se asemeja más a un desastre natural que a un shock económico, los desastres naturales también pueden afectar la propensión a ahorrar. De hecho, las tasas de ahorro tienden a ser más altas en los países con mayor incidencia de terremotos y huracanes. El resultado es que no podemos jugarnos a una recuperación dirigida por los consumidores de EE.UU., una vez que el despliegue de las vacunas COVID-19 se haya completado. Y si el gasto privado sigue siendo moderado, será necesario el apoyo continuo del gasto público para sostener la recuperación. Pero poner cheques de 2.000 dólares en las cuentas bancarias de la gente no resolverá este problema, porque el dinero que no se gasta no estimula la demanda. Con tasas de interés cercanas a cero, la disponibilidad de fondos adicionales ni siquiera estimulará la inversión.
Afortunadamente, hay una alternativa: El plan de infraestructura de 2 billones de dólares del presidente electo Joe Biden significaría empleos y demanda adicionales, que es lo que la economía postpandémica realmente necesita. Mejor aún, con las bajas tasas de interés actuales, esta opción estimularía la creación de empleos sin desplazar a la inversión privada.
Barry Eichengreen, en columna de Project Syndicate
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