Los gobiernos pueden y deben servir de seguro de última instancia ante un catastrófico shock en la demanda agregada global. Pero solo pueden desempeñar esa función crucial si nos aseguramos de que disponen hoy de los recursos necesarios. Esto es especialmente cierto en las economías emergentes y en desarrollo, que enfrentan serias limitantes en su capacidad de aumentar la deuda pública.
Andrés Velasco, exministro de Hacienda de Chile
La preocupante acumulación de deuda en los Estados Unidos
Estados Unidos no solo se enfrenta a la enfermedad, sino también a la quiebra. El déficit fiscal en 2020 rondará el 18% del PIB, y el ratio deuda/PIB pronto superará la marca del 100%. Cifras como estas no se veían desde fines de la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo fue que se solucionó la monumental deuda de la guerra? Tres factores se destacan. En primer lugar, la economía estadounidense creció a buen ritmo. La tasa promedio de crecimiento de Estados Unidos entre fines de los ´40 y fines de los ´50 fue alrededor de 3,75%, y eso canalizó cuantiosos recursos al Tesoro. En segundo lugar, cuando en 1946 el gobierno derogó los controles de precios, la inflación se disparó. Entre marzo de 1946 y marzo de 1947, los precios aumentaron un 20% al acomodarse a los costos reales de la actividad empresarial. Pero como el rendimiento de los bonos del gobierno fue muy inferior al 76% de inflación entre 1941 y 1951, hubo una marcada reducción del peso de la deuda en términos reales. En tercer lugar, Estados Unidos se aseguró un costo de endeudamiento fijo por mucho tiempo.
¿Qué enseñanzas nos deja esto para el momento actual? ¿Habrá que reducir la deuda apelando a un alza sideral de precios? Yo no lo recomiendo. Los inversores ya no son la audiencia cautiva que eran en los ´40. Los “vigilantes” del mercado de bonos anticiparían el plan de devaluación y presionarían al alza las tasas, lo que debilitaría el valor del dólar, y con él, el poder adquisitivo de los estadounidenses.
Todd G. Buchholz, en Project Syndicate
Se aceleran las expectativas de inflación en los Estados Unidos
Según el último informe de inflación en Estados Unidos, el índice de precios al consumidor (IPC) se incrementó un 1% en los últimos 12 meses hasta julio, algo que para la mayoría de los analistas indica que la inflación se encuentra bajo control. Pero estas mismas cifras evidencian una historia diferente cuando se anualizan las variaciones mensuales del índice. En efecto, a medida que la economía empezó a reabrirse en junio y julio, la inflación mensual pasó a crecer a un ritmo que supera el 7% anualizado. Las expectativas de inflación también muestran una tendencia a la aceleración a partir de marzo. La última vez que el IPC marcó alzas como las experimentadas en junio y julio fue en julio de 2008, lo que puso en alerta a la Reserva Federal sobre un rebrote de la inflación, a pocos meses de la crisis financiera mundial.
Paul H. Kupiec, American Enterprise Institute (AEI)
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