Las políticas económicas en EE.UU. y Occidente en general necesitan desde hace tiempo una revisión. Las ideas dominantes desde la década de 1980 –llamadas de diversas maneras: Consenso de Washington, fundamentalismo de mercado o neoliberalismo– ganaron fuerza originalmente debido a los fracasos percibidos del keynesianismo y la excesiva regulación gubernamental. Pero cobraron vida propia y produjeron economías altamente financializadas, desiguales e inestables que no estaban preparadas para hacer frente a los retos más importantes de la actualidad: el cambio climático, la inclusión social y las nuevas tecnologías disruptivas. El cambio de paradigma necesario podría empezar por la forma de enseñar economía. Los economistas tienden a enamorarse del poder de los mercados para promover la prosperidad económica general.
Afortunadamente, existe un nuevo paradigma para la enseñanza de la economía. El Proyecto CORE es una herramienta de enseñanza en línea, con un libro de texto gratuito de libre acceso. Dos destacados economistas: Samuel Bowles, del Santa Fe Institute, y Wendy Carlin, del University College de Londres, son los visionarios detrás del proyecto. Pero un amplio grupo de economistas de todo el mundo ha colaborado en su desarrollo, que ya se utiliza en la mayoría de los departamentos de economía en universidades del Reino Unido. Una de las principales ventajas del enfoque CORE es que aborda directamente cuestiones como la desigualdad y el cambio climático. Pero lo más interesante desde el punto de vista pedagógico es que sustituye los puntos de referencia habituales de la economía por otros más realistas y útiles. Por ejemplo, a diferencia de la economía convencional, CORE asume que los individuos son prosociales y miopes, en lugar de egoístas y previsores. La competencia es imperfecta, con características de “el ganador se lo lleva todo”, en lugar de perfecta. El poder está siempre presente en forma de relaciones agente-principal en los mercados de trabajo y de crédito, en lugar de ser tratado como difuso o exógeno. Las rentas económicas son omnipresentes y a menudo se requieren para el buen funcionamiento de las economías, no son raras ni el resultado de un error político.
Dani Rodrik, en Project Syndicate
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