El economista y consultor Ramón Pampín, gerente de PwC, quien fuera además asesor del Ministerio de Economía durante el primer año de gobierno, en entrevista con La Mañana habló sobre el complejo escenario mundial y las perspectivas económicas a futuro.
Durante la entrevista se refirió también a la realidad que atraviesan los comercios del litoral debido a la diferencia cambiaria con Argentina, evaluó la política económica de la actual administración y remarcó que “siempre hay ganadores y perdedores” en lo que respecta al tipo de cambio.
¿Cómo ve el panorama económico mundial?
Estamos con China complicada, que ya viene con procesos anteriores de desaceleración económica y con un sector de real estate bastante comprometido desde hace muchísimo tiempo. La economía china seguramente tiene sus tiempos y formas de procesar que quizás no son tan occidentales. En el caso de Estados Unidos, llamale más en el hemisferio occidental, en el último tiempo el gran tema ha sido el de las políticas monetarias, es decir, después del impacto del covid-19, cómo reaccionaron los bancos centrales, cómo enfrentaron ese proceso de inflación mundial. Hoy Estados Unidos está llegando a una proximidad de los aumentos de la tasa de la Fed, se suponía que quedaba un incremento en lo que falta del 2023, aunque ahora hay pocas probabilidades de que eso se dé. Eso no implica que empiecen a bajar las tasas relativamente pronto. También tienen un problema con la hoja de balance como cualquier banco central cuando hace una política monetaria muy expansiva: se llenan de papelitos y luego tienen que establecer un plan para sacarse esos papelitos, entonces están enfrentando eso. En estas últimas semanas las subas de las letras del Tesoro han sido muy importantes, el dólar ha subido en todos lados del mundo. Y Europa siempre está rezagada, va más lenta y reacciona a las crisis con mayor lentitud que Estados Unidos, en general, porque tiene mercados más inflexibles. Ese es el panorama general del mundo y que, visto desde la ventanita chiquita de un país como Uruguay, nos pega vía precio de commodities y vía tipo de cambio.
¿Cuáles son las perspectivas económicas mundiales?
Que Estados Unidos procese esa política monetaria que es lo que nos va a afectar. Hacia el año que viene no creo que haya grandes cambios respecto de lo que dije. Después, siempre pueden surgir cambios que uno no percibe o no supo interpretar. Desde el punto de vista de la historia económica venimos de dos golpazos fuertes, de la crisis de 2008 de Lehman Brothers y del covid-19. En todos los casos, los gobiernos occidentales fueron muy activos en cuanto a sus políticas, sobre todo fiscales, pero monetarias también. Hoy estamos ante un mundo que abandonó una política de dinero barato. Por más que la tasa deje de subir, se mantenga igual y luego baje, da la sensación de que no va a bajar a cero. Si vos graficás la tasa de los fondos federales, la tasa de los depósitos, vas a ver que desde 2008 en adelante esas tasas estuvieron pegadas a cero. Fueron 15 años donde las tasas estuvieron mucho tiempo en valor nulo y eso fue un esfuerzo muy grande para los gobiernos. También vimos un esfuerzo muy grande desde el punto de vista fiscal, entonces, aunque sea historia económica, las economías están con sus motores un poco agotados.
Yendo a la realidad de la región, ¿qué efectos fiscales cree que podría tener para Uruguay si la moneda argentina sigue subvaluada por un tiempo extendido?
Puede haber efectos, pero no los tengo cuantificados. Entiendo que en los niveles generales del país no tiene un gran impacto, sí lo tiene en las economías locales. Como todo, requiere acciones, pero es bastante complejo y tiene un origen en un fenómeno inflacionario, de crecimiento de precios, y en un fenómeno de niveles de precios.
¿Hay algo que se pueda hacer desde el punto de vista fiscal justamente para aliviar la situación del comercio del litoral?
Siempre algo se puede hacer. Si uno fuera hacedor de política, debería ver la forma, porque son circunstancias que afectan mucho a economías locales, pero también los desequilibrios que existen del otro lado son mayúsculos, entonces a veces es muy difícil revertir todas las consecuencias. Es una situación bastante compleja. Entiendo que algo se tiene que hacer. Hay que tener todos los instrumentos arriba de la mesa y medir muy bien el impacto y el costo-beneficio de cada medida.
¿Cómo evalúa en términos generales la política económica actual y qué diferencias ve con respecto a las administraciones anteriores?
Desde el punto de vista fiscal se ha introducido una institucionalidad fiscal, antes existía en la medida en que había metas sobre el techo de la deuda, pero ahora ha habido un avance que es bueno y sobre eso hay mucho para crecer. Se ha seguido con la política monetaria por parte de metas de inflación y se apunta a crecer sobre las cosas que están bien hechas y a mejorar lo que no está bien hecho. Tenemos la continuidad de los Consejos de Salarios, donde se ha dado algún tipo de separación entre pequeñas empresas y el resto. Son señales que hay que empezar a ver en la negociación salarial para poder separar a los diferentes y juntar a los iguales. El Banco Central (BCU) no ha intervenido, eso es una señal importante, con un tipo de cambio que ha permanecido bajo. Eso ha sido un cambio. En las administraciones anteriores, el instrumento de compra de divisas era una herramienta.
¿El tipo de cambio bajo genera una preocupación, tal como advierten desde algunos sectores de actividad?
El tipo de cambio es un precio bien difícil de analizar en el sentido de que dependiendo de qué sector lo mire, va a estar más contento o más triste. Lo que los analistas podemos hacer es tratar de entender las causas del nivel en el que se encuentra y que eso contribuya a comprender el análisis de cómo se está comportando. Nosotros lo que vemos es que hay factores internos que son sectores a los que les está yendo bien como los exportadores de servicios, y la inversión extranjera directa, que son elementos que están trayendo dólares hacia el Uruguay y en cierta forma eso hace que ese precio esté más abajo. Esa realidad no la ven otros sectores que no están teniendo ese éxito, entonces quizás no es perceptible. Siempre hay ganadores y perdedores. Las políticas tienen que ser coherentes, es decir, la política monetaria, la política fiscal, la política de ingresos.
¿Hoy ve esa coherencia? Hay quienes critican que no la hay.
Sí, siempre puede ser mejor. La política monetaria evidentemente ha sido contractiva, ha estado con la tasa de política monetaria por el 11%, ahora está bajando. La política fiscal se ha deteriorado un poco en los últimos meses, es una realidad. La analizamos en función de las metas que se están poniendo justamente en la institucionalidad fiscal. Veremos cómo cierra el año. Y en los Consejos de Salarios es bien interesante lo que sucede, tenemos claro que el tipo de negociaciones en general es indexatorio, es medio paradójico que ahora que estamos en una inflación tan baja que es 3,8%, no se hayan ajustado las pautas de negociación a este nuevo escenario inflacionario. Quizás ahí hubiera sido un buen momento para poder validar expectativas más bajas. Es deseable que estén alineados. La política monetaria ha hecho el esfuerzo de ser muy contractiva, la política fiscal ha estado poniendo un cumplimiento fuerte sobre la institucionalidad, lo que ha pasado es que hemos estado con años donde la sociedad ha necesitado a la política fiscal.
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