La inflación se ha convertido en uno de los grandes temas de la economía mundial por el crecimiento de los países más desarrollados y su incidencia en productos claves como alimentos y energías. El interés por ella persiste, una vez que se ha moderado, por los niveles de incertidumbre y las dificultades de llegar a proyecciones relativamente certeras. ¿Qué está pasando con la inflación, que no solo se ha vuelto más compleja de combatir desde las diferentes autoridades monetarias, sino que se está haciendo difícil de entender en su comportamiento y realidad? Para esbozar una respuesta se vuelve necesario indagar en algunos aspectos relevantes del fenómeno.
A nivel de los organismos internacionales, los bancos centrales y diversos actores del sector privado, se reconoce la inflación como fenómeno macroeconómico global que viene siendo, ya desde hace tiempo una de las principales preocupaciones. Ya pasaron dos años de la pandemia y sigue surgiendo como tema, incluso cuando se están controlando los aumentos y ante el mantenimiento de presiones que surgen de la realidad geopolítica y de los conflictos recientes.
¿Qué ha pasado en estos últimos dos años que hemos tenido aumentos de inflación que han superado los registros históricos? Ha habido importantes aumentos de las tasas de interés por parte de los bancos centrales, como herramienta para combatirla, pero la realidad es que ha llevado más tiempo del deseable y se han generado dificultades en términos de crecimiento, endeudamiento y hasta a nivel de los mercados financieros. Los efectos para el control de la inflación han demorado más de lo esperado y se mantienen altos niveles de incertidumbre y dificultades en las previsiones. En Estados Unidos y Europa hay tasas de subas de precios nunca vistas, que han tenido una contundente y sostenida respuesta de una política monetaria restrictiva, que a su vez ha sido objeto de fuertes críticas. También en nuestra región, América Latina, se ha visto una respuesta fuerte de parte de las autoridades monetarias, con aumento de los niveles de interés de referencia, que han tenido bajas en las tasas de interés, pero con algunas dificultades en otros planos que no logran ser controladas por los gobiernos.
Se trata de una inflación diferente, fenómeno de la “inflación de oferta” y algo más. La pandemia y los conflictos de los últimos tiempos han generado efectos nuevos sobre los mercados; de todas formas, revisar la historia económica siempre es un aporte. El diagnóstico más inmediato que se maneja es que la inflación fue producto de la parada que se dio con la pandemia y los conflictos que vienen afectando la producción, actividades y el funcionamiento de los mercados en general.
El FMI, en enero pasado, en sus informes de previsiones destacaba las dificultades en el crecimiento mundial con tasas inferiores a los promedios históricos de 3,8 por ciento entre 2000 y 2019, teniendo como explicación las elevadas tasas de interés de política monetaria para combatir la inflación, el repliegue del apoyo fiscal en un entorno de fuerte endeudamiento que frena la actividad económica y el bajo crecimiento de la productividad subyacente. Pero el informe del organismo destacaba que “la inflación está disminuyendo más rápidamente de lo previsto en la mayoría de las regiones, mientras se disipan los problemas en el lado de la oferta y se aplica una política monetaria restrictiva”. Para el FMI se prevé que el nivel general de inflación a escala mundial descienda a 5,8 por ciento en 2024 y a 4,4 por ciento en 2025”. Las mismas previsiones vienen bajando.
Pero ¿qué pasa con las previsiones? Se han visto dificultades y todos hablan de los niveles de incertidumbre. Demanda, tensiones geopolíticas, cambio en los mecanismos de fijación de precios, políticas monetarias restrictivas, dificultades en las cadenas de suministros, nueva realidad de los mercados, etcétera, son parte de los elementos para considerar por quienes arman y presentan proyecciones. Pero en general están siempre presente las dificultades y las correcciones. ¿Qué está pasando con las posibilidades de predecir la inflación y así mejorar las medidas para abordarla? Lo primero que se puede decir es que existen shocks nuevos que no estaban dentro de la órbita de los fenómenos que siempre ocurrían. Pero esa es la realidad económica: “nunca te bañarás en las mismas aguas” y es lo más novedoso o desafiante del análisis y de hacer proyecciones. Debería existir la capacidad y las posibilidades de generar nuevas formas de mirar el tema y nuevos abordajes. Tuvimos tiempos en los que se debían hacer revisiones al alza y luego se tuvieron que hacer a la baja.
De alguna manera hay dificultades, por lo que un elemento es ver qué aspectos fueron considerados y cuáles quedaron con necesidad de ajustes. En un artículo reciente en Project Syndicate se señala cómo el propio FMI viene midiendo los errores de estimación en las tasas de crecimientos de precios y muestra el aumento de los errores. Un ejemplo destacado es la propia Reserva Federal, que en junio del año pasado proyectaba una inflación de 3,9 por ciento que termina siendo de 3,2.
Están faltando elementos para mejorar las previsiones, por ejemplo, revisar los procesos como la naturaleza, magnitud y durabilidad de los shocks. También revisar la fijación de precios y salarios y revisar sus procesos de ajuste. Se ha mostrado cómo las empresas en sectores claves aprovecharon las restricciones de los mercados para subir en forma exorbitante los márgenes de beneficios. Pero de alguna forma la normalización se dio más rápidamente de lo esperado. También es una realidad que existe un aumento del peso del sector financiero que se posiciona en todos los mercados en relación con el sector real. Otra nueva realidad es el peso de las cadenas de suministros, que implica entender mucho más las cadenas de valor y sus eslabones, lo que requiere revisar a nivel de sectores diferentes y sus vínculos con los propios procesos y actores de las cadenas de suministros.
La realidad es que tenemos una nueva inflación, que estalló en una muy alta, que muestra una nueva economía que requiere innovaciones en análisis y medidas.
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