El Fondo Monetario Internacional publicó hace muy pocos días su informe sobre perspectivas económicas globales donde destaca la relevancia de las divergencias globales y la fragilidad que existe teniendo en cuenta un crecimiento menor de lo esperado. Al respecto el informe destaca que “la recuperación mundial sigue siendo lenta, con crecientes divergencias regionales y poco margen para errores de política”.
El FMI baja la estimación de crecimiento, de 3,5 % en 2022, a 3% en 2023, a 2,9% en 2024. Estas previsiones están por debajo del promedio histórico de los últimos 10 años del 3,8%. Los más avanzados vienen con dificultades importantes en términos de crecimiento y de hecho se espera que se desaceleren del 2,6% en 2022 al 1,5% en 2023 y al 1,4% en 2024. Estos serían los resultados que se esperan por las fuertes políticas de endurecimiento y restricciones en contextos globales de dificultades. Por su parte, las economías emergentes y en desarrollo también bajan su crecimiento en 2022 al 4,0%, tanto en 2023 como en 2024. Se pronostica que la inflación global disminuirá de manera constante, del 8,7 % en 2022 al 6,9 % en 2023 y al 5,8 % en 2024.
En el informe se analiza en detalle los datos que el organismo pronostica de crecimiento a nivel global y de las diferentes regiones, revisando en profundidad los principales fenómenos que afectan a las economías a nivel global y cuáles son las explicaciones de estas importantes debilidades en términos de tasas de crecimiento. En concreto, se especifica que la pandemia sigue teniendo sus efectos y que estamos en un mundo con más debilidades y más divergencias entre países y regiones. Si bien luego del shock grande del Covid en el 2020 se dio en 2021 un repunte importante en 2022, de ahora en más el crecimiento será muy débil y además se mantendrán divergencias que se acentuaron con la pandemia y con la guerra en Ucrania, entre otros aspectos que son parte de las dificultades a nivel de la geopolítica actual.
En concreto, en el informe se destaca que a pesar de los signos de resiliencia económica a principios de este año y avances en la reducción de la inflación general, el crecimiento es a tasas menores que en 2019, especialmente en las economías menos desarrolladas.
La economía con mayor recuperación prevista en este momento es EE.UU., la zona euro no logra recuperarse y en China viene bajando su crecimiento. Por otro lado, los conflictos bélicos tienen un gran efecto. Las divergencias son entre todas las regiones, pero se ve claramente que los menos desarrollados son los más afectados y se ven en diferentes planos y mercados: commodities, energía, empleo, entre otros.
Las acciones y los marcos de política monetaria son clave en la coyuntura actual para mantener ancladas las expectativas de inflación y de hecho se han tenido importantes políticas de restricciones con el objetivo de control de la inflación. El organismo destaca el papel complementario de los marcos de política monetaria, incluidas las estrategias de comunicación, para ayudar a lograr la desinflación con un menor costo para el producto mediante la gestión de las expectativas de inflación de los agentes. Pero a su vez se ha dado una gran preocupación por la fragmentación económica y se destaca que las perturbaciones en el comercio mundial y en los flujos comerciales han sido tal a nivel de materias primas y energías que hoy se constituyen como trabas terribles para el crecimiento la actividad económica y la transición a la energía verde tan necesaria.
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