Conexión Ganadera se funda en 1999 por parte de Gustavo Basso y del Ing. Agr. Pablo Carrasco. En la columna anterior describíamos el crecimiento económico con base en el trabajo duro de Basso, que comenzó como empleado en un escritorio rural, luego abrió con Walter Abelenda otro escritorio para más tarde independizarse y tener su escritorio propio: Gustavo Basso Negocios Rurales, con un staff de más de 30 personas. Luego vendría la compra de Badimal SA, frigorífico lanar en Paso de los Toros, que impulsó el consumo de cordero premium, como también lo haría luego con Stradivarius en bovinos. Un gran trabajador, honesto, con un talento natural y una gran visión para los negocios rurales.
Su socio, el Ing Agr. Pablo Carrasco, quien empieza a estudiar arquitectura, termina trabajando como asesor ganadero para su padre en Cerro Chato. Luego vendría la asociación con Gustavo Basso para crear Conexión Ganadera (CG). Pablo viene de una familia ligada al campo, al igual que su esposa. Familias de trabajo, honestas. Hoy van juntos a ferias internacionales de alimentos y recorren los campos arrendados.
Los productores rurales uruguayos siempre se quejaban de la baja rentabilidad, del atraso cambiario y de ser el motor que sostiene la burocracia montevideana. Basso y especialmente Carrasco rompen con ese discurso.
Gustavo era el cerebro financiero, Pablo el cerebro operativo, por llamarlo de alguna forma. Como ya sabemos, el pasado 28 de noviembre Basso murió en un accidente de tránsito en la ruta 5. CG quedaba sin su cerebro financiero: duelo, sucesión, mucho trabajo por hacer y gente que buscaba respuestas.
Veníamos de la caída de Grupo Larrarte y de las complicaciones con República Ganadera. Más detalles en las columnas anteriores “Grupo Larrarte y República Ganadera, el dominó de los bonos ganaderos” y “Conexión Ganadera, la ficha más grande del dominó”.
Todas las empresas que reciben capital para ser administrado lo que venden es confianza. Basso y Carrasco la tenían desde 1999. Una vez que se pierde la confianza, se pierde el verdadero valor de la empresa. Por ejemplo, si yo mañana digo que los bancos no tienen dinero, la gente haría colas para retirar sus ahorros y eso provocaría una corrida bancaria que haría quebrar bancos.
Una vez que fallece Basso, CG comete, a mi entender, un error grave: no comunicar, cerrar la oficina y no responder mails ni llamadas. Esto llevó a la gente a pensar lo peor. Si Ricardo que tiene U$S 12.000 en novillos para engordar y está a pocos días de que se venza su contrato y por dos semanas no puede comunicarse con la empresa se pregunta: “¿Será lo mismo que República Ganadera o Grupo Larrarte?”. Busca información en las redes, donde se habla de un “suicidio” de Basso porque veía venir la caída de sus negocios. O lee que “Emilio” perdió los ahorros de su vida en Conexión Ganadera.
El lunes 13 de enero de este año, luego de semanas de no responder el teléfono, a los clientes les llega un mail cuyo asunto es “Noticias de Conexión Ganadera” y dice: “Ante distintas versiones que se han hecho públicas sobre la situación de la empresa Conexión Ganadera SRL, queremos informarles que nos encontramos realizando una actualización de la situación económica, financiera y de gestión productiva de la empresa con la finalidad de brindarles información actualizada a nuestros inversores para su tranquilidad. Oportunamente se comunicará la dirección de streaming a realizarse este mes, para poder participar e informarse”.
El mensaje está enviado de una casilla de mailing, sin el logo de la empresa ni firma de un director, gerente, ejecutivo, etcétera. Habla de una actualización de información que están realizando. No se sabe si es una consultora externa, si es porque al fallecer Basso no tienen idea de qué patrimonio tienen. Y tampoco dan una fecha para el streamming. Este mail, lejos de tranquilizar a los inversores, lo que hizo fue preocuparlos más y así lo hicimos saber en nuestra columna anterior y en las redes sociales.
Dos días después llega otro mail a los inversores con el logo de la empresa, donde se convoca a una “reunión informativa a realizarse el día 23 de enero de 2025 a las 18:00 horas, para la cual, enviaremos oportunamente el link de acceso”, Y se da una explicación de por qué la empresa estuvo cerrada sin comunicarse: “Para cumplir con el trabajo que implica esta anticipación es que hemos decidido mantener cerrada nuestra oficina de Montevideo hasta ese día y dedicar todos los recursos humanos a la tarea, para entregarles la información lo más exacta posible”.
El mismo día comenzaron a responder algunos mails de clientes. A los que tienen un contrato de engorde de novillos que no se haya vencido y que el capital sea bajo se les preguntó si iban a renovar el contrato. Si la respuesta es no, los ejecutivos les comunican que van a pasar la liquidación y podrán retirar en fecha.
Por otro lado, tenemos a Fiore, con un capital de U$S 90.000, también de engorde de novillos y frente a la misma respuesta, de no renovar, no le respondieron hasta el día de hoy. El contrato venció el 10 de enero, no ha cobrado los intereses ni el capital, pidió que se le devolvieran parte del capital y no ha tenido respuesta.
Ali tiene US$ 310.000 en dos colocaciones, una venció el 2 de enero y la otra vence el 5 de marzo de este año. El 2 de enero, al no recibir la renta pactada, pidió que se le devolviera el capital. La respuesta fue que el 7 de enero la contactarían por Zoom, cosa que no pasó.
Hay clientes con capitales grandes en ganado a su nombre que estarían dispuestos a renovar los contratos, manteniendo su inversión contra una garantía y aceptando una renta incluso menor a la que estaba pactada. La mayoría son extranjeros y tienen esta inversión como parte de un portafolio.
La comunicación es mala y ha dañado la confianza. Pablo Carrasco ha repetido que quiere seguir y no hacer un concurso de acreedores. Habrá que esperar a mañana a las 18 horas.
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