Durante el tercer trimestre de 2021, el PIB de EE.UU. se incrementó un 2% anual en torno al crecimiento potencial de la economía y marcando una desaceleración respecto al año anterior. El crecimiento del PIB durante este período se explica en su totalidad por una menor reducción de inventarios, ya que el crecimiento del consumo fue débil y la inversión empresarial en equipamiento y estructuras disminuyó.
La demanda interna final durante el período fue solo 0,9% inferior a su tendencia anterior a la pandemia. Pero la producción estadounidense no pudo satisfacer este nivel de demanda, por lo que la diferencia fue cubierta con la reducción de inventarios y un aumento en el déficit comercial, ya que las exportaciones se desviaron hacia la demanda doméstica y aumentaron las importaciones. Además, el aumento de los precios ha absorbido gran parte del incremento de la demanda, ya que la producción real se ha encontrado con cuellos de botella en las cadenas de suministro y escasa oferta de mano de obra. En general, la economía está considerablemente mejor de lo que se esperaba a principios de año, pero sus resultados han decepcionado en relación con las expectativas más optimistas de la primavera y el verano (NDR: del hemisferio norte).
Jason Furman, Peterson Institute for International Economics
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