Justin Mankin es un científico climático dedicado a investigar los impactos de la variabilidad y el cambio climático sobre las personas y los ecosistemas, y actualmente ejerce como profesor de Geografía en Dartmouth College. En una conversación que mantuvo con La Mañana, el experto profundizó al respecto de su área de estudio y explicó cómo el calentamiento global interactúa con el fenómeno de El Niño. Además, respondió qué puede hacer un país como Uruguay para mitigar los efectos de este último.
Usted es experto en la variabilidad y el cambio climático y sus efectos en la sociedad. ¿Cómo puede afectar el cambio climático a nuestras sociedades? ¿Puede mencionar una experiencia histórica similar con la que podamos identificarnos?
El clima es un factor entre muchos que dan forma a las sociedades; determina el entorno en el que reside una sociedad, qué alimentos cultivamos, cómo construimos nuestras estructuras, de dónde obtenemos nuestra energía y recursos y cómo gastamos nuestro ocio y actividades como el turismo. También supone un shock para estas prácticas cotidianas, nuestro bienestar y nuestras economías. Ya sea una tormenta o una inundación, una ola de calor o una sequía, el clima y su variación en el tiempo pueden desafiar nuestras estrategias de resiliencia. Este es particularmente el caso cuando el clima no simplemente varía a través del tiempo, sino que también tiene tendencias; esto significa que las oscilaciones en el clima pueden ser mayores que las experimentadas por generaciones anteriores, enfrentando nuestras infraestructuras a riesgos novedosos para los cuales no fueron diseñadas. Edificios sin aire acondicionado, represas hidroeléctricas sin agua o muros contra inundaciones demasiado cortos son ejemplos de cómo nuestra infraestructura está codificada según un clima histórico en lugar de un clima actual o futuro.
Recientemente usted publicó en Science junto con el Dr. Callahan un estudio sobre El Niño y sus impactos. ¿Cómo interactúa la tendencia del calentamiento global con el efecto cíclico El Niño?
El Niño y su interacción con las condiciones climáticas promedio –o lo que llamamos el “estado medio”– es un tema de mucho estudio en la comunidad científica del clima. Nuestro estudio –con mi estudiante de posgrado Chris– examinó el costo macroeconómico de El Niño y profundizó sobre cómo dicho fenómeno y el calentamiento interactúan entre sí. El Niño, en sentido general, amplifica los impactos más amplios que esperamos del calentamiento global: más inundaciones, sequías, calor extremo y tormentas.
Un Pacífico Oriental cálido aumenta la energía del sistema climático, razón por la cual en los años de El Niño tendemos a tener eventos climáticos más extremos y las temperaturas promedio tienden a ser más altas; 2016, por ejemplo, fue el año más caluroso registrado. También fue un año de El Niño y eso no es coincidencia. Esperamos que 2023 y 2024 estén entre los años más calurosos, nuevamente, porque El Niño interactúa con el calentamiento global de tal manera que amplifica sus impactos.
Es importante señalar, sin embargo, que El Niño ocurriría sin calentamiento global y el calentamiento global ocurriría incluso si El Niño no fuera una variación innata en el sistema terrestre. Al mismo tiempo, hay evidencia de modelos climáticos que sugieren que el calentamiento global podría actuar para aumentar la variabilidad de El Niño en el futuro, haciendo que las magnitudes de El Niño y La Niña sean más severas.
En su estudio cuantifica los impactos económicos esperados del efecto de El Niño. ¿Podría compartir sus principales conclusiones? Usted señala una “firma persistente” de crecimiento económico desacelerado más de cinco años después de un episodio de El Niño.
Nuestra principal conclusión es que El Niño es mucho más costoso de lo que entendíamos anteriormente, y que cada evento extremo cuesta muchos billones de dólares a nivel mundial. Implica que actualmente estamos mal adaptados al clima que tenemos, y mucho más al que se desarrolla con el calentamiento global. La razón por la que El Niño tiene tanto impacto es porque deprime el crecimiento subyacente de una economía durante cinco años o más, lo que significa que las sociedades no parecen recuperar el crecimiento anterior al evento. La intensificación de El Niño impulsada por el calentamiento global podría aumentar las pérdidas en más de 84 billones de dólares para 2100.
Es importante destacar que los impactos de El Niño no se sienten por igual. Los países tropicales altamente “teleconectados” sufren mayores pérdidas que los países de latitudes altas cuyo clima está menos influenciado por dicho fenómeno. Estas cargas desiguales profundizan la división entre el Norte Global y el Sur Global tanto en las causas como en las consecuencias del cambio climático.
Estos resultados subrayan en primer lugar el imperativo de apuntalar nuestras economías y nuestro bienestar ante las variaciones naturales del clima, que pueden ser increíblemente costosas, como documentamos aquí. También necesitamos invertir más en la predicción de El Niño para dar a los países plazos para gestionar sus riesgos, ya sean sequías, inundaciones, deslizamientos de tierra, fallas agrícolas y pesqueras, entre otros. Por último, debemos mitigar rápidamente el cambio climático descarbonizando nuestras economías.
¿Existe el riesgo de que un evento de El Niño produzca acontecimientos políticos desestabilizadores en Centroamérica o el Sudeste Asiático? ¿Cuáles podrían ser los efectos sociopolíticos en general?
Existe un conjunto considerable de investigaciones sobre las diversas causas y formas de violencia política, que incluyen trabajos sobre el papel que podría desempeñar la variación del clima. En general, tiene sentido que las sociedades que ya están estresadas puedan ser más vulnerables a los impactos climáticos. El suministro de recursos y la resiliencia climática son emblemáticos de sociedades fuertes donde las personas y sus gobiernos respetan el contrato social. En muchos lugares, el bienestar humano está al margen y la degradación ambiental y los peligros climáticos pueden actuar como aceleradores de la agitación social. Pero yo diría que esto no es determinante. Hay muchos lugares donde los extremos climáticos no generan resultados violentos y muchos lugares donde la escasez de recursos genera cooperación en vez de competencia. El contexto importa.
¿Qué puede hacer un país pequeño como Uruguay para mitigar los efectos de El Niño?
Hay que mitigar los riesgos de El Niño y también el cambio climático. En primer lugar, creo que se comienza documentando los efectos de El Niño. Diferentes sectores y personas dentro de los países son más o menos vulnerables al fenómeno. Saber dónde priorizar las inversiones y los recursos es crucial y debe basarse en una comprensión profunda de los impactos diferenciales que tiene El Niño en Uruguay. Cabe señalar, no obstante, que la gente se ha estado adaptando a los impactos de El Niño durante siglos; considere a los productores de papa peruanos que alteraron sus fechas de siembra y cosecha en función de sus predicciones de El Niño. Por tanto, la idea de que estos impactos están destinados a ser inevitables no es cierta. Disponemos de herramientas para gestionar los riesgos y peligros climáticos. Los países pequeños pueden buscar bonos de catástrofe como medio para obtener rápidas inyecciones de capital tras los actuales eventos de El Niño, con la esperanza de que el dinero se invierta en adaptaciones que hagan que los eventos futuros sean menos dañinos.
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