El dólar ha subido un 12% frente al euro en el último año y, a 0,93 euros, se acerca a la paridad. Si los precios del petróleo y otras materias primas nos parecen hoy altos en dólares, parecen aún más altos en euros. Con el alza del billete verde y la inflación de muchos países en máximos históricos, puede que estemos entrando en una “guerra de divisas a la inversa”, en la que los países compiten por fortalecer el valor de sus monedas para frenar la inflación. Esto podría describir lo que ocurre a partir de 2021, cuando la inflación volvió a ser un problema grave en la mayoría de los países.
Nadie acusa hoy a las autoridades estadounidenses de utilizar la intervención cambiaria para apreciar el dólar. La queja es más bien que las actuales subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal atraen capital hacia los EE.UU. y fortalecen el dólar, obligando al resto del mundo a reaccionar subiendo las tasas de interés, lo que induce a una tasa de crecimiento mundial por debajo del potencial. En efecto, algunos ven un paralelo con lo ocurrido a principios de la década de 1980, cuando la Reserva Federal, dirigida por Paul Volcker, subió agresivamente las tasas de interés. El consecuente fortalecimiento del dólar provocó un nuevo impulso inflacionario en los países subdesarrollados, al cual inicialmente respondieron subiendo sus propias tasas de interés. La apreciación del dólar en la época también aumentó el peso del servicio de la deuda en moneda local. La combinación de un aumento de los tipos de interés mundiales y un dólar más fuerte puede desencadenar una crisis de deuda, como las ocurridas en México en 1982 y 1994 (ndr: en ambos casos desencadenaron una crisis en toda América Latina).
Jeffrey Frenkel, Project Syndicate
TE PUEDE INTERESAR: