Jorge Caumont es una de las voces autorizadas para analizar la realidad económica actual y lo proyectado por el gobierno electo para el período 2025-2030. En entrevista concedida a La Mañana, Caumont se refirió a los posibles cambios en materia económica y sus consecuencias.
A falta de casi dos meses para la asunción del nuevo gobierno surgen expectativas en lo que refiere a la política económica. Desde su visión, ¿cuáles serían?
Yo por lo general hago como cuando uno va al médico, trato de hacer un diagnóstico de lo que está ocurriendo desde el punto de vista macroeconómico y analizo la situación y sus características. Me concentro en la parte macroeconómica y analizo la situación y los problemas que tiene nuestro país y cuáles son los adelantos que ha hecho el gobierno electo a partir de su inauguración.
Desde el punto de vista macroeconómico, la situación muestra que la actividad económica y el empleo, el comportamiento de los precios y la cuenta corriente de la balanza de pagos en un país que flota su moneda aparecen con buenos resultados al cabo de la administración de gobierno actual. Desde el punto de vista del nivel de actividad, la información nos dice que el país está relativamente bien tras haber sido afectado por la pandemia, por el aumento de la inflación mundial durante la recuperación de la pandemia, tras las consecuencias de la guerra de Rusia con Ucrania y tras la sequía que tuvo. Está relativamente bien porque va a terminar el año con un crecimiento en orden del tres y algo por ciento, tal vez más cercano a cuatro y porque el empleo ha mejorado considerablemente frente a lo que era al inicio de la gestión de gobierno que termina. Lejos de haber aumentado en 70 mil personas, como se ha dicho por parte del gobierno, de acuerdo con el Instituto de Estadística el aumento de personas trabajando ha sido de 226 mil desde febrero de 2020, al final de la administración que en marzo vuelve al gobierno. En relación con el indicador de la inflación, hoy la tasa se ubica levemente por encima del 5%, y se ha mantenido durante 17, 18 meses dentro del rango meta, es decir, de 3 a 6%, y eso significa que el diagnóstico desde el punto de vista de la inflación está bien. Ante todo esto, será difícil para el nuevo gobierno poder generar mejoras significativas de la situación actual, en especial cuando se analiza el tipo de políticas e instrumentos que se desarrollarán para lograr objetivos de crecimiento con estabilidad, ya que lo que se infiere de lo poco que se conoce sobre las medidas a instrumentar es que serán similares a otras que en el pasado de la misma coalición de izquierdas terminaron con resultados poco alentadores: economía en declinación, desempleo en aumento e inflación en alza.
En una de las declaraciones del futuro ministro Gabriel Oddone, dijo que se había encontrado con una política económica mucho más restrictiva que la que él pensaba, ¿cómo lo ve usted?
Bueno, yo no lo miro desde el punto de vista político, lo miro desde el punto de vista técnico y entonces lo que veo es que encontró una política económica más restrictiva de lo que pensaba porque el conjunto de políticas macroeconómicas que ha usado el gobierno que deja su lugar en marzo se ha instrumentado para lograr los resultados que he mencionado. Ahí es donde yo encuentro que tenemos algunas restricciones para actuar y mantener el crecimiento porque la política monetaria ha sido y es sumamente restrictiva, lo que genera problemas con el nivel del tipo de cambio y veo que la política monetaria restrictiva se enfrenta a una política fiscal expansiva que se anuncia que será aún más expansiva por el lado del gasto público. Pero no se pueden hacer muchas estimaciones sobre lo que hará la nueva conducción económica porque por el momento solo conocemos intenciones y esas intenciones creo que van a ir por el lado de modificar la política monetaria y la fiscal y, quizás también, la cambiaria con alejamiento de la flotación pura.
Desde el gobierno entrante se anuncia la creación, por ejemplo, de nuevos ministerios. ¿Cómo impacta en lo que es la realidad económica?
Ya estamos dentro de lo que ha dicho el gobierno electo. Se trata de determinadas medidas que obviamente tienen que ver con esfuerzos fiscales, gastos mayores a los que habitualmente se venían teniendo, porque más ministerios implica nuevas infraestructuras y nuevos gastos. Y hay que ver cómo se financian esos gastos, si se financian con nuevos impuestos o si se financian con menores gastos en otros ministerios y entidades públicas siendo más eficientes en esas instituciones, pero esta alternativa es muy difícil que sea la que se aplique.
Por lo tanto, uno debería esperar que haya algún cambio estructural en la parte fiscal. Es decir, que haya nuevos impuestos a pesar de que no lo han mencionado como tal o que hagan algún cambio en los que ya hay. En Uruguay tenemos dos tipos de impuestos, los que aplican sobre la riqueza y el ingreso, que son los directos, y los indirectos como el IVA y el Imesi. Hasta que se introdujo el impuesto a la renta de las personas físicas y el IASS durante el primer gobierno del Dr. Tabaré Vázquez, los impuestos directos representaban el 22% de la recaudación total y hoy tras esos cambios y ajustes realizados a posteriori, los impuestos directos, IRPF, IASS, IRAE, Patrimonio, Primaria y otros por el estilo representan el 42% del total de la recaudación tributaria. El esfuerzo fiscal que se exija para las actividades que desee lanzar el nuevo gobierno seguramente será afectando al alza, nuevamente, la recaudación de los tributos directos, pues es muy conocido por repetido que el que tiene más debe pagar más.
Sobre la propuesta del IVA personalizado, ¿están esperando el momento justo para poder aplicarlo?
El Frente Amplió lo que está diciendo es que está estudiando su aplicación y que encuentra dificultades para generarlo, para instrumentarlo. Eso es lo que yo leo en la prensa pues no tengo acceso a ninguna otra explicación. Pero veo en el horizonte que el IVA con esa característica se va a implantar y aplicar. Yo creo que el impuesto personalizado es un disparate porque el que gasta más es el que tiene más y el que más paga el impuesto. Por ejemplo, ¿quiénes son los que más gastan en Uruguay? Los que compran autos, los que gastan nafta, los que salen a comer afuera, los que compran más vestuario y calzado, y otros bienes y servicios por el estilo. Los que pagan más el IVA sin necesidad de personalizarlo son los que cuentan con más recursos financieros, los que más ingresos tienen y los que cuentan con relativamente más riqueza. Así que ya naturalmente existe en el país una forma de IVA personalizado en el sentido de la recaudación absoluta. Los que más pagan son los que más gastan, y los que más gastan son los que más tienen. El impuesto personalizado es un verso absoluto, es decir, no sirve para nada, y generaría, como está generando esto otro, esta estructura tributaria que hay hoy, dificultades para la inversión. Después nos quejamos de que la economía no crece lo que debería crecer. Y es obvio que así suceda, pues si se grava tanto al ingreso se reduce al ahorro que se pueda invertir y al disminuir la inversión disminuye o es menor el empleo y la retribución salarial.
Jorge Caumont es licenciado en Economía por la Udelar (1972), master of Arts en la University of Chicago (1976), profesor grado 5 de Microeconomía Avanzada (Udelar, 1979-2000), profesor de Entorno Macroeconómico de la Empresa en postgrado de Finanzas de Universidad ORT 2000-2024, con publicaciones como Macroeconomics in the Open Economy (1990), Política económica y distribución del ingreso (1985)
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