Pluna (Primeras Líneas Uruguayas de Navegación Aérea) nace el 20 de noviembre de 1936. Los hermanos Alberto y Jorge Márquez le plantearon la idea al entonces embajador del Reino Unido, sir Eugen Millington-Drake, quien colaboraría con la financiación de esta aerolínea uruguaya.
Entre 1940 y 1947 Pluna se fue acercando a la esfera estatal. Ya en 1947 el 94,4% de su paquete accionario pertenecía al Estado. El 12 de noviembre de 1951 se creó Pluna Ente Autónomo, la empresa pasó a ser la aerolínea oficial del Estado uruguayo.
En 1995 Pluna entregó el 49% de sus acciones y el control de la empresa a Varig. Diez años después, finalizada esta asociación, Pluna fue devuelta al Estado con saldo negativo. Varig había dado quiebra.
Entre los años 2000 y 2007 la empresa atravesó un proceso de ampliación de flota, operando las rutas regionales con Boeing 757-200, Boeing 737-200 y un Boeing 737-300. A dicha flota, Pluna incorporó un Boeing 767-300ER de mayor comodidad para los pasajeros y gran capacidad de carga, el fin, entonces, era cubrir las rutas intercontinentales. El Estado apostaba a que Pluna volase a España y Estados Unidos.
El 4 de enero de 2007, Pluna se “asoció” con Leadgate Investment, quien, a través de Latin American Regional Aviation Holding Corporation, quedó como socio mayoritario (75% del capital) de Pluna SA. Leadgate tomó el control de la compañía el 1º julio de 2007. En función del contrato, el Estado uruguayo debió aportar US$ 28 millones para dejar a la empresa con patrimonio positivo y, además, salir de garantía para la compra de los nuevos aviones. Ambas cosas se hicieron. El gobierno uruguayo conseguía un socio “capitalista” que no aportaba capital ni compartía riesgos.
Pluna cambió sus Boeings por aviones pequeños pensados para viajes cortos, los Bombardier CRJ900. Se dejó de viajar a España y Estados Unidos con la idea de convertirse en una aerolínea hub del Cono Sur.
En abril de 2010 se vendió el 33,33% del paquete accionario de Latin American Regional Aviation Holding Corporation (Larah) al fondo de inversión canadiense Jazz Air Income Fund. La transacción supuso un desembolso de US$ 15 millones, condicionado al cumplimiento de ciertas acciones por parte del gobierno uruguayo, entre las cuales se encontraba el desembolso de otros US$ 5 millones por parte del Estado. Pluna perdió su primer juicio por US$ 1,5 millones contra sus empleados.
En junio de 2012 Matías Campiani, presidente de Leadgate y Pluna, se fue con su familia a Alemania. Se despidió en una carta de esta forma: “Les deseo lo mejor a todos y nos estamos viendo en los ‘cielos de Pluna’”, y con una buena noticia: Ledagate le cedía al Estado uruguayo sus acciones sobre Pluna a cambio de que renunciara al derecho de realizarle acciones legales. La empresa abandonaba el país dejando a Pluna con un pasivo superior a los US$ 320 millones. La aerolínea dejaría de volar el 12 de julio de 2012.
El remate
Pluna debía pagar el préstamo que pidió a Scotiabank para comprar los aviones. Se necesitaban US$ 137 millones y se decidió rematar los aviones y las frecuencias con base en ese valor. Se encontraban varios interesados, el Grupo Macri de Argentina, Cutcsa, SOL de Brasil y BQB (Buquebus Airlines). A este último, solo le interesaban las frecuencias aéreas ya que encontraba a los aviones “caros de precio y poco rentables”.
El 1º de octubre de 2012 se remataron los aviones de Pluna. Lo extraño es que solo se permitió que estuviera presente un medio periodístico, Tenfield, empresa de comunicaciones cercana al gobierno de la época (Presidencia de José Mujica). A la hora de ofertar, había una sola empresa, el remate duró entre siete y ocho minutos. La empresa beneficiada fue Cosmo Airlines, su representante, un supuesto español de nombre Antonio Sánchez.
Recuerdo que me llevó menos de 24 horas averiguar que Cosmo Airlines era una empresa con ocho meses de vida, con un solo avión (que no estaba pago) y que tenía su página web “en construcción”. Que el señor Antonio Sánchez no solo no era español, sino que se llamaba Hernán Antonio Calvo Sánchez, argentino y amigo de José López Mena, dueño de Buquebus. El capital de Cosmo declarado es de 7 millones de euros y se comprometía, vía un aval del BROU, a pagar US$ 137 millones.
Diego Battiste de El Observador fotografió en una reunión privada al ministro de Economía uruguayo, Fernando Lorenzo, al dueño de Buquebus, Juan Carlos Lopez Mena, a su hijo Juan Patricio López, a su amigo Hernán Antonio Calvo Sánchez (alias Antonio Sánchez) y a un asesor del Ministerio de Economía horas después del remate.
El cierre
El fiscal de crimen organizado, Juan Gómez, declaró culpables de abuso de funciones al exministro de economía Fernando Lorenzo y al expresidente del BROU Fernando Calloia por el aval bancario otorgado de forma irregular a Cosmo el día del remate.
Frente a la posibilidad de que la exaerolínea recibiera juicios desde el exterior, el 15 de diciembre de 2017 el Parlamento aprobó por unanimidad la liquidación de Pluna Ente Autónomo.
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