En un nuevo libro –del cual publicó un borrador para revisión–, Olivier Blanchard aporta su visión de la política fiscal, afirmando que durante la última década se ha hecho evidente que la caída en las tasas de interés reales obliga a revisar su alcance y su rol futuro.
Cuando la tasa de interés es baja y la misma es inferior a la tasa de crecimiento de la economía, se hacen sostenibles mayores niveles de deuda. Según Blanchard, no alcanza simplemente con observar los niveles de déficit fiscal y ratios de deuda para sacar conclusiones sobre la sostenibilidad de la deuda a futuro. En concreto, sostiene que en la medida que promueva la expansión de los ingresos fiscales en el futuro, un aumento en la inversión pública financiada con deuda no necesariamente deteriora la sostenibilidad de la deuda, e incluso podría contribuir a mejorarla. Según Blanchard, con demasiada frecuencia se observa que la aplicación de reglas simples lleva a recortes ineficientes en la inversión pública. Pero advierte que esto es válido mientras que los proyectos de inversión pública generen ingresos fiscales suficientes, no bastando con que generen importantes retornos sociales.
Blanchard analiza el tema de la deuda también desde otro ángulo interesante. A menudo la deuda pública es percibida por la ciudadanía de un país como una carga para las generaciones futuras. Sin embargo, advierte que esta afirmación pierde validez cuando la tasa de interés es inferior a la de crecimiento ya que en ese contexto un aumento en el nivel de deuda puede aumentar el consumo presente y el futuro al mismo tiempo. Visto de manera práctica, la implicancia de ese razonamiento es que la deuda “no es buena, pero tampoco muy mala, y cuando más baja es la tasa neutral, menos mala es”.
La evidencia sobre los llamados multiplicadores—es decir, los efectos del gasto, los impuestos o el nivel de deuda sobre el producto—, es que, en la mayoría de los casos, una expansión fiscal aumenta la demanda agregada, y el efecto es más fuerte cuando la política monetaria se encuentra en el límite inferior efectivo. En efecto, cuanto más cerca se encuentre la tasa de interés del límite inferior efectivo, menor es el margen para que la política monetaria estabilice el producto y más importante es el uso de la política fiscal para la estabilización macroeconómica. Dicho de otra manera, cuanto más débil sea la demanda privada y, por tanto, menor sea la tasa neutral de interés, menores serán los costos y mayores los beneficios de un mayor déficit y más deuda.
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