Con un sistema de reparto con más pasivos que activos, pensiones por encima del promedio y una elevada expectativa de vida, la Caja Bancaria ha llegado a una situación crítica y “pronto se va a quedar sin fondos”, alertó Bárbara Mainzer, quien representa a ABPU en la comisión de trabajo que busca soluciones a este problema. Entrevistada por La Mañana, sostuvo que el régimen es “insostenible” porque al tener los bancos costos de seguridad social tan altos, se desestimula la contratación de empleados.
La ABPU emitió un comunicado en el que advierte que la Caja Bancaria transita una situación “límite”, por lo que se está trabajando para que pueda lograr un camino de sustentabilidad. ¿Cuál es la realidad actual de la caja?
Fue un comunicado que enviamos a todos los colaboradores de los bancos para contarles lo que está pasando. La caja está en una situación límite nuevamente, con el agua al cuello, y es de público conocimiento que pronto se va a quedar sin fondos. ¿Cuán pronto? Depende de que se liquiden algunos activos que tiene o no, pero esa es la situación. Lo que se plantea desde la ABPU es que hace décadas que estamos hablando de que hay que reformar, que el régimen es insostenible. Vino la reforma del 95 y dijeron que había que reformar las paraestatales y eso no se hizo, y vino la otra reforma de 2008, también con el agua al cuello, que supuestamente iba a garantizar la sustentabilidad por décadas, pero poco tiempo después ya estaba de vuelta con déficit. La actual situación es muy compleja, pronto no va a poder hacer frente a sus erogaciones y va a precisar auxilio.
¿Cuáles son los mayores impactos que tiene esto en el sector bancario?
Tiene un impacto enorme porque es el sistema de seguridad social más costoso que hay en el mundo, entonces, eso deriva en costos de funcionamiento altísimos para todo el sistema financiero, los más altos que hay en la región, además de la incertidumbre de que cada tantos años hay un salvataje y tenés que agregar más todavía. Hoy los aportes generales son 7,5% y los de los bancos son 25,25%, a lo cual se le suma la PCP (Prestación Complementaria Patronal). Si uno suma esos dos, los aportes del sistema de seguridad social de los bancos son seis veces más altos que los del régimen general. Entonces, como decía, esto encarece enormemente la estructura de costos y atenta contra el empleo, porque es tan oneroso contratar recursos humanos que se desestimula fuertemente la contratación, y eso al final atenta contra la sostenibilidad del sistema –porque al tener menos aportantes recaudás menos, y eso es lo que ha pasado–. En definitiva, este régimen tan costoso atenta contra la sustentabilidad de la Caja Bancaria.
¿Ahora la idea es implementar una reforma pensando más en el largo plazo?
La reforma del 2008 no resolvió el tema de fondo. Ahora, con la reforma de la seguridad social recientemente aprobada, en la medida en que la Caja Bancaria va a ingresar a tener una porción en el sistema de capitalización individual, ya a largo plazo una parte del problema se resuelve. Es decir, un sistema de capitalización te resuelve el problema del desfinanciamiento, por eso en Uruguay hay pilar mixto, un régimen solidario de reparto para tener una amplia cobertura y otro de capitalización, entonces, inherentemente la reforma que se hizo ya nos pone en un camino de sustentabilidad. La reforma prevé una convergencia muy gradual, el tema es que la situación de la Caja Bancaria no permite una convergencia gradual porque la situación es crítica, pero lo que planteamos desde el lado de ABPU es que es necesario por los bancos, por toda la población, que la caja logre un camino de sustentabilidad.
Decía que esto desestimula la contratación de recursos humanos y en el comunicado, de hecho, hablan de “rigideces” en la relación laboral. ¿Hay posibilidades de flexibilizarlas?
Acá tenés dos partes, una es el costo enorme de la seguridad social, y después hay un tema que estamos conversando con AEBU (Asociación de Bancarios del Uruguay) ahora mismo, por lo cual no quiero entrar en detalles, pero lo que sí puedo decir es que en el sistema bancario se han otorgado históricamente beneficios que tuvieron sus comienzos en otra época, pero el mundo cambió, y en la medida en que el mundo cambia, las relaciones laborales también tienen que adecuarse. El costo de las relaciones laborales más la enorme rigidez desestimula fuertemente la contratación de personal. Tener un sistema menos rígido y más adecuado a la realidad actual incentivará el empleo.
¿A qué se refiere cuando dice que el mundo cambió?
Cambiaron los clientes, que son más exigentes y usan cada vez más los canales digitales; hay muchos más competidores –entre ellos, las fintech y las compañías de crédito al consumo– que son más ágiles y tienen menores costos. Los bancos deben adaptarse a este nuevo mundo. Cada vez tenemos menos bancos en Uruguay. Prueba de esa creciente dificultad de competir y de una rentabilidad que no satisface a los accionistas es que el número de bancos en Uruguay ha ido cayendo.
En el comunicado asumen que esta situación era previsible. ¿Se debieron haber tomado medidas antes de llegar a esto?
Sin duda. La situación era completamente previsible. Con un sistema de reparto con más pasivos que activos, con pensiones por encima del promedio y una elevada y creciente expectativa de vida –la Caja Bancaria tiene el colectivo más longevo del país, por lo que tenés gente jubilada por muchos años, aportan 30 años y están jubilados por 40 años y luego dejan una pensión–, era evidente que esto iba a pasar. (N. de R.: Según informó El Observador, la Caja Bancaria paga las jubilaciones más altas de todo el sistema en promedio, en el orden de $ 120.000 nominales –cuatro veces más que en el BPS–, e incluso, según consignó El País, hay jubilaciones que rondan los $ 500.000).
¿Cuáles son las propuestas de la asociación para resolver esta crisis?
Yo no puedo entrar en detalles ya que integro el grupo de trabajo que está justamente trabajando para encontrar una solución. Pero te lo puedo responder desde el punto de vista conceptual: la Caja Bancaria tiene activos y ha decidido liquidarlos para poder financiar parte del déficit. Por otro lado, también puede contribuir mejorando su gestión. Nosotros planteamos que no se le puede pedir a la población un aporte para resolver este tema. El gobierno lo que puede hacer es garantizar alguna emisión de deuda de la caja, y después están los activos, los pasivos y las empresas. En la comisión se han hecho planteos y propuestas y se está trabajando sobre las mismas. El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, dijo que esperaba para julio un proyecto de ley.
¿Cómo ha sido el trabajo en esa comisión?
Impecable. Allí está el gobierno representado por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, el Ministerio de Economía, el Ministerio de Trabajo; tenemos representantes de los bancos y de AEBU. La relación es excelente y es bien a la uruguaya: con diálogo, buen relacionamiento y lento. Es un tema muy complejo, el déficit es muy grande y es muy difícil llegar a financiar todo eso. No es una tarea fácil y sin embargo el espíritu de diálogo, la cordialidad y el objetivo común siempre se conservan y es una cosa que hay que destacar. Eso jamás estuvo en riesgo, en ningún momento alguien se retiró o se ofendió, y las posiciones a veces son duras, pero las relaciones personales hasta te diría que se fortalecen en esas situaciones. Somos conscientes de la gravedad del asunto y sabemos que hay que encontrar una solución.
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