Nicholas Bloom es doctor en Economía y profesor en el Departamento de Economía de Stanford. Su investigación se ha centrado en las prácticas gerenciales en diferentes organizaciones y países, y en el efecto de las tecnologías de la información en impuestos, comercio y regulaciones, entre otros temas. En entrevista con La Mañana, se refirió a los impactos de la pandemia en la estructura de las empresas y los patrones de trabajo, y aseguró que el teletrabajo se mantendrá a largo plazo.
Recientemente, publicó un estudio sobre la descentralización de las empresas y sus efectos sobre la resiliencia de las empresas a las turbulencias y los tiempos de crisis, como el que enfrentamos hoy con la pandemia. ¿Cuáles fueron sus principales conclusiones? En su opinión, ¿qué podemos esperar con respecto a la estructura de la empresa como resultado de la pandemia?
La mayor lección de esta pandemia es que las empresas con buenas prácticas de gestión, en particular las prácticas de gestión del desempeño, lo están haciendo mucho mejor. La razón es que trabajar desde casa necesita buenas prácticas de gestión del rendimiento. Los empleados ya no están en la oficina todo el tiempo, por lo que usted no puede administrarlos simplemente observándolos.
En su lugar, las empresas necesitan recopilar datos sobre el desempeño, realizar revisiones periódicas, obtener comentarios –todos los pasos que forman parte de sistemas sólidos de gestión del desempeño-. Las empresas que tienen esto han sido capaces de administrar eficazmente a sus empleados remotos durante la pandemia, y las empresas que no lo tienen, que tradicionalmente dependían de la “administración vigilando”, han tenido problemas.
Ha publicado una investigación junto con Daron Acemoglu sobre innovación y crecimiento. ¿Cuál es su visión de la política industrial? ¿Cuáles son los pros y los contras? ¿Qué puede hacer un país con una población pequeña como Uruguay para impulsar la I+D?
El documento más relevante es mi artículo titulado “La difusión de tecnologías disruptivas”, donde mostramos que las nuevas tecnologías y los trabajos altamente calificados tienden a comenzar y permanecer en áreas con universidades sólidas y mucha gente altamente calificada. Entonces, la mejor política industrial es probablemente invertir dinero en investigación STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por su sigla en inglés) en universidades de élite para construir la base de investigación. Como hemos visto en Silicon Valley, esto se extiende a las startups de tecnología y otras industrias, generando a largo plazo riqueza y empleo.
¿Cómo han cambiado los patrones de trabajo como resultado de la pandemia? ¿Hay más efectos intra o interurbanos?
Sí, absolutamente. En Estados Unidos y el norte de Europa se ha pasado de tener alrededor de 5% de personas que trabajan desde la casa de forma regular a aproximadamente el 50%. Esto ha tenido un impacto masivo en empresas y ciudades. Por ejemplo, en Estados Unidos cerca del 15% de la gente abandonó el centro de las ciudades –esto se muestra en mi documento llamado “Efecto donut”-. La mayoría de estas personas se mudaron a los suburbios de la misma ciudad, ya que todavía necesitan ir a trabajar con regularidad, pero generalmente dos o tres días a la semana en lugar de cinco, como antes. Así que ciudades como Nueva York y San Francisco han visto grandes movimientos desde el centro de la ciudad hacia los suburbios.
¿Cuál es su opinión sobre el trabajo desde casa? ¿Se mantendrá o desaparecerá después de que termine la pandemia? ¿Cuál será el efecto en la organización de la empresa? ¿Y sobre la innovación y el crecimiento?
El trabajo desde casa definitivamente se mantendrá y, de hecho, tengo un documento llamado “Por qué trabajar desde casa se mantendrá” que explica todas las razones. Para resumir, es probable que esto aumente unas cinco veces entre antes y después de la pandemia, desde cerca del 5% hasta aproximadamente el 25% de todos los días hábiles. Esto se mantendrá a largo plazo, por lo que es un impacto masivo de la pandemia.
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