El espacio fiscal, en términos generales, puede generarse a través de medidas que no solo aumenten los ingresos, sino que también mejoren la progresividad, por ejemplo, incrementando los impuestos a los individuos acaudalados y a las empresas muy rentables, relativamente menos afectadas por la pandemia, cerrando las lagunas fiscales que las benefician, reduciendo los costos fiscales y mejorando la administración de los ingresos. Los esfuerzos nacionales deberán complementarse con una fuerte cooperación internacional para limitar el traslado de beneficios y la evasión y elusión fiscal. Estas iniciativas pueden reforzarse por el lado del gasto mejorando la eficiencia y la gobernanza de la inversión y la contratación pública, reduciendo las subvenciones mal orientadas y racionalizando el gasto recurrente. Comprometerse a volver a cumplir los objetivos fiscales, o pre-aprobar en el presente las reformas fiscales que serán aplicadas una vez que la pandemia haya sido contenida en forma duradera, podría reforzar la credibilidad de los esfuerzos fiscales necesarios.
Informe de Perspectivas de la Economía Mundial, FMI, abril 2021
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