En plena crisis del comercio de alimentos y riesgos para la seguridad alimentaria mundial, se reavivan el conflicto entre Estados Unidos e India en torno a las políticas de precios mínimos, que apoyan la producción de arroz y trigo.
Como ocurre en el resto del mundo, India ha sido también afectada por las consecuencias del conflicto en Ucrania. India ha sido históricamente un gran productor de alimentos y viene ganando posiciones en los rankings mundiales de exportadores de materias primas. En el caso del arroz, India se convirtió en el primer exportador mundial en términos netos, desplazando a Tailandia. Esto hace que algunos observen el crecimiento del país asiático como potencia exportadora con desconfianza, como ocurre con algunos grupos políticos relevantes en los Estados Unidos.
Grupos de empresarios y sus representantes en el Congreso estadounidense han denunciado históricamente las políticas de subsidios y precios mínimos aplicadas por India en productos como arroz, trigo y algodón. Este enfrentamiento ha retomado fuerza recientemente a raíz de una carta que parlamentarios estadounidenses hicieron llegar al presidente Biden, en el cual plantean su preocupación por lo que consideran constituye una reiterada violación de las normas de la OMC, a las cuales los dos países adhieren.
Creada en 1995, la OMC es un organismo integrado por 164 países miembros, encargado de formular las normas que regulan el comercio mundial. Su principal función es velar por la fluidez de las corrientes comerciales, asegurando la máxima previsibilidad y libertad posibles. Todos los miembros se comprometen a cumplir con una serie de principios, existiendo un sistema de mecanismos de control, aclaración de discrepancias y sanciones que contribuyen a su cumplimiento. Pero el sistema no está exento de dificultades, habiendo entrado recientemente en crisis como resultado de la guerra comercial entre EE.UU. y China.
Para algunos grupos de interés estadounidenses, con sus políticas de precios mínimos de apoyo India ha violado en forma reiterada los principios de la OMC, que prohíben apoyo que superen en un 10% el valor de producción del cultivo en cuestión. Según los críticos estadounidenses, los apoyos de India a su agricultura superan el 50%, mientras que los indios aseguran que ese nivel se encuentra por debajo del 10%, y dentro del margen permitido por la OMC.
La magnitud de la diferencia llama la atención, y es atribuible a la moneda de aplicación para el cálculo de precios mínimos de apoyo como porcentaje del valor de producción. Mientras en India este guarismo se calcula en dólares, en los EE.UU. se calcula en moneda local. Según un artículo recientemente publicado por B. Dhar, India está siendo injustamente atacada utilizando una metodología “profundamente defectuosa” prescrita por la OMC.
En resumidas cuentas, los criterios de medición aplicados pueden exhibir distorsiones, pero lo cierto es que, ante la crisis alimentaria mundial, las principales potencias mundiales procuran asegurarse la competitividad en su producción doméstica de alimentos. En lugar de bajar aranceles para que los alimentos importados le compitan a la producción nacional, las potencias que se precian de tales buscan proteger a su agricultura nacional bajándoles los costos mediante mecanismos diversos. Los precios mínimos de apoyo han demostrado ser una herramienta muy útil para la India, que transita bien este nuevo episodio de crisis alimentaria mundial.
TE PUEDE INTERESAR