La designación del Ec. Gabriel Oddone como ministro de Economía y Finanzas, quien cuenta con la opinión favorable del sector empresarial, genera expectativas. El atraso cambiario, el déficit fiscal, la posibilidad de nuevos impuestos y el IVA personalizado son algunas de las propuestas que provocan opinión entre los especialistas. El Ec. Kenneth Coates, doctor en Economía por la Universidad de Stanford, economista por la Universidad de Long Island, Brooklyn Center, y docente en el área de Economía en la Facultad de Ciencias Empresariales y Economía, en nota concedida a La Mañana analizó el presente y el futuro de la economía de nuestro país.
¿Qué opinión le merece la designación del economista Gabriel Oddone como ministro de Economía y Finanzas?
Es muy prematuro aún formular un juicio, pero obviamente el señor Oddone tiene una trayectoria muy respetable en el medio local y eso inspira tranquilidad en el mercado, justamente entre la gente que es activa económicamente. Tengo la impresión de que la gestión va a ser seria y no habrá sorpresas ni desaciertos pronunciados. Ahora bien, eso es un poco la expectativa y al mismo tiempo la esperanza. Sabemos que la interna del nuevo gobierno no deja de ser compleja. No hay una unidad en cuanto a los puntos de vista del manejo de distintos aspectos de la economía y siempre existe la posibilidad de que el enfrentamiento entre las distintas partes lleve a situaciones de estancamiento, de falta de iniciativa y, digamos, simplemente de manejo de la economía sin demasiada ambición en cuanto a atacar los problemas en cuenta.
Según su experiencia, a un ministro de Economía que no tenga respaldo de un sector político, que es el caso de Oddone, ¿cuál puede ser la realidad que le toque vivir?
Siempre puede haber problemas. El tema es cómo se manejan, si se manejan públicamente o si se manejan internamente, en la cocina. Realmente es una situación en la que hay que esperar a ver cómo se presentan. El propio Frente en el pasado ha tenido otros gobiernos donde ha habido un enfrentamiento bastante notorio entre distintas alas. Durante las épocas del ministerio de Danilo Astori y la Presidencia de Mujica no hubo una visión única de cómo proceder con la economía y eso siempre es algo desafortunado. El tema es si el equipo económico funciona en armonía con la Presidencia y sin que le estén serruchando el piso otros sectores del gobierno.
¿La suba del dólar resolvió el tema del atraso cambiario?
No lo resolvió en el sentido de que no se ha recuperado todo el atraso cambiario que se ha producido. Para eso yo creo que faltaría que en las próximas semanas o meses continúe la actual tendencia, que me parece que es un ajuste muy tranquilo y con perspectivas de lograr un tipo de cambio real más provechoso, tanto para las industrias manufactureras como para los exportadores del país. Uno no quiere apuntar a una cifra específica porque lo que importa en última instancia no es el nivel del dólar en sí mismo, sino cuál es su nivel relativo al de la creación. Obviamente este aumento en la cotización del dólar, que responde a una situación tanto global como regional, en una primera instancia es favorable a los intereses de los sectores ya mencionados, pero sabemos que con el tiempo va a tener una filtración, un pass-through como le dicen, de la cotización del dólar hacia los precios internos. Entonces hay que ver qué grado de filtración se va a producir, si va a ser algo manejable. Eso va a depender mucho de la gestión fiscal del gobierno. Si se ve que el gobierno está haciendo bien las cosas, la filtración va a ser baja. Si no existe esa confianza, puede ser que las variables no se porten de la forma deseada.
De todas maneras, el cierre del año anuncia un aumento en la inflación que va a estar por encima del rango meta. ¿Esto está vinculado a lo anterior?
Sí, está vinculado a que ha habido aumentos de precios que se habían suspendido, por decirlo así, y que ahora con el acto electoral ya en el pasado hay algunos ajustes que está haciendo el gobierno actual y habrá otro que hará el gobierno entrante. Yo pienso que no va a ser muy impactante. Creo que acá tenemos que ver que lo que se está produciendo con el dólar es algo favorable y queremos que continúe. Esto es atribuible en gran parte al fortalecimiento de la imagen de Estados Unidos en cuanto al nuevo gobierno que responde a Trump y al hecho de que se está tomando un rol más impactante respecto a los aranceles con otros países, no solo con China, sino con socios comerciales como México, Canadá y los europeos. Pero en todo momento de incertidumbre política y económica, como el que hoy existe a nivel global, el dólar siempre actúa como refugio, como puerto seguro para quienes quieren poner a salvo sus ahorros. Y Estados Unidos tiene una gran ventaja en este sentido porque es el país menos dependiente del comercio internacional del mundo.
Con los anuncios que hace el nuevo gobierno de la creación de nuevos ministerios, ¿cómo se maneja un déficit fiscal que se dice que ha sido bastante más elevado de lo que el gobierno actual ha manifestado?
Creo que ese es el talón de aquiles, de lo que hemos visto hasta ahora en cuanto a anuncios y proclamaciones. Evidentemente, Uruguay tiene un problema de exceso de Estado en cuanto a su impacto en el nivel de empleo, hay demasiada burocracia, hay demasiado gasto que no produce absolutamente nada. Y yo creo que hasta que no se ataquen estos temas a fondo, Uruguay va a seguir siendo el mismo país con el que venimos conviviendo durante muchas décadas. El economista Javier de Haedo ha hecho unos esbozos de qué podría eliminarse en materia de duplicación de instituciones y organismos del sector público, y es impresionante el impacto que eso tiene en el déficit fiscal; por ejemplo, gasto que no produce absolutamente nada. Entonces hay un aspecto ahí que muestra otro punto que mencionaba Javier de Haedo en cuanto a la necesidad o la posibilidad de la instalación de un IVA personalizado.
¿Es aplicable a nuestro país un IVA personalizado como el que se aplica, por ejemplo, en Cuba y en Venezuela?
En teoría podría ser aplicable. La idea es entendible en cuanto a que hoy, con toda la tecnología que tenemos, sería posible que distintos sectores de la población tuviesen descuentos en distintas compras, con IVA que se derogaría total o parcialmente. Sería una manera más concentrada de poder dar los subsidios al consumo a los sectores más pobres de la sociedad. Pero el tema es que no está tan claro si la clase media está en condiciones, por ejemplo, de que se vuelva a imponer el IVA a productos que hoy no lo tienen y que solo se derogara para un grupo pequeño de la sociedad. Eso podría tener un impacto sobre los ingresos reales de consumo de una gran parte de la población. Entonces, acá estamos en peligro de tomar unas medidas que parecen inocuas y bien intencionadas, pero que terminarían teniendo consecuencias imprevistas. Cuando se decidió imponer el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas, la estimación de la recaudación fue un tercio de lo que hoy realmente se recauda por ese impuesto. O sea, de la idea de que era un impuesto que iba a recaudar solo en las capas superiores de los ingresos laborales, resultó un impuesto al trabajo que está afectando a la gran mayoría de la gente y aun con niveles de ingresos, por decirlo así, no tan altos. Entonces, yo creo que esto hay que verlo con mucha tranquilidad, cómo va a funcionar, si es una tarjeta del Mides, quién lo va a diseñar. Hay muchos aspectos. Es un tema que tiene en el fondo un atractivo, que sería justamente que los subsidios caigan donde tienen que caer: en las capas de menores ingresos del país. Pero hay que tener mucho cuidado con las consecuencias imprevistas, por las que se podría terminar apretando a sectores de la sociedad que no están en condiciones de enfrentar ese impuesto adicional.
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