Si bien las fronteras permanecen cerradas mediante acuerdos para protegernos y contrarrestar los efectos del nuevo coronavirus, debemos seguir analizando la diferencia de precios respecto a los países limítrofes que nos permitan crear propuestas para favorecer al comercio nacional.
Empresas de todo el país están cerrando sus puertas o viviendo con lo justo. En muchos casos esto se ha debido a un menor consumo dado que los uruguayos deciden trasladarse hacia la frontera para realizar sus compras diarias. Claramente esto es producto de la diferencia de precios que mantenemos hoy en día en relación con nuestros vecinos.
El factor pandemia
Sin dudas esta pandemia ha beneficiado a varios sectores del comercio local ya que la imposibilidad de la salida de uruguayos ha provocado que tengan que hacer sus compras dentro del país. En el sector de alimentos e higiene en general las ventas se han incrementado entre un 30% y un 50%, mientras que en el caso de productos más transables, tanto con Argentina como con Brasil, el aumento se estima en alrededor de 100%.
Muchos negocios tuvieron que hacer una modificación en la composición de su mercadería debido a que la demanda cambió prioridades de un día para el otro. Los autoservicios, por ejemplo, pasaron en su mayoría a eliminar los alimentos elaborados para consumir de paso, ya que la población comenzó a cocinar en sus hogares; pero por otro lado tuvieron que adquirir mayor cantidad de artículos de higiene que quizá antes no comercializaban en tal proporción.
El rubro ’barracas’ se vio beneficiado en las primeras semanas con una suba en sus ventas de hasta un 30% hasta culminada la semana de turismo, cuando decayeron nuevamente posicionando a dichos comercios en la situación en que se encontraban después de la llegada del virus. Probablemente la causa fue que la gente aprovechó su tiempo libre (con motivo del confinamiento) para realizar reparaciones en sus hogares, pero una vez que retomaron sus actividades o notaron que la situación se extendería, optaron por ahorrar o invertir en productos más esenciales.
Pese al hecho de que las ventas han aumentado sustancialmente por causa del cierre de fronteras, tenemos en claro que una vez abierto el paso el problema seguirá afectando la economía de nuestro país.
Sin dudas ya se están elaborando diferentes propuestas que supongan una solución a dicho problema. Algunas dirigidas hacia el Estado y otras por parte de las mismas empresas que buscan la manera de poder hallar un punto en el que ambos (comerciantes y consumidores) salgan beneficiados.
Gobierno
Los empresarios locales se encuentran siempre en posición de desventaja por los elevados costos que deben afrontar. Por ello la principal propuesta se basa es la creación de leyes con políticas de frontera que tomen en consideración la diferencia de precios que existe de un lugar a otro.
Hay quieres consideran que la medida a tomar es a través de una disminución de impuestos (IVA e IMESI), no solo para el comerciante -que adquiere la mercadería o la materia prima a un precio muy caro sin poder ofrecer un producto que intente estar a la par con los de frontera- sino que también para el consumidor. Sería una medida como la de la rebaja de 2 puntos de IVA para aquellas ventas que se cobren en un único pago con tarjetas de débito o instrumentos de dinero electrónico establecido por la Ley de Inclusión Financiera.
Lo mismo sucede si nos remitimos a los valores de UTE, OSE, alquileres, remuneraciones a los empleados, los cuales no tienen comparación. ¿Cómo se supone que se compita con tantas desventajas cargadas al hombro? En fin, este proyecto se basa en medidas económicas que traten de disminuir la brecha cambiaria y que de esta manera se torne más justo el comercio.
También se sugirió que se debería reestablecer la regulación de los organismos del Estado, con todo a lo que refiere con a la venta en los espacios públicos. Un claro ejemplo es el del ‘bagashopping’ en la ciudad de Salto. El mismo no cuenta con habilitación de UTE, ni bromatología, no existe la DGI y tampoco el BPS.
Sector privado
Si bien se espera que el Estado tome riendas sobre el tema y logre acuerdos que favorezcan al comerciante nacional, los mismos también están trabajando para revertir esta situación. No obstante hay que tener en cuenta que el objetivo jamás será cerrar las fronteras, ya que cada ciudad que las posee se crio y convive con ella, meramente desean ser más competitivos.
Principalmente todos concuerdan con que es necesario negociar con proveedores de multinacionales que ayuden al comerciante local a enfrentar los altos costes que estos les imponen. Es el caso del valor de la mercadería; es imposible competir cuando en relación a un mismo producto se le cobra hasta en un 300% más caro al empresario nacional respecto al argentino o brasilero. ¿Parece viable una baja en los precios frente a esta posición? Claramente no. Algunas empresas están intentando involucrarse y toman en consideración la situación, como es el ejemplo de Coca Cola que ya aplica esta política de una baja en los precios que se reclama.
Asimismo se está planeando actualmente una campaña abocada a la demanda. La misma consta de la elaboración de un spot publicitario que los represente como comercios formales exponiendo los distintos beneficios que estarán gozando los ciudadanos a través de comprar en el país; entre ellos, la opción de obtener mejores calles y una mejor iluminación. En esta publicidad no se pretende hablar de precios ni de establecer comparaciones con los productos en demás países, simplemente enfatizar en el fruto que surgirá de hacer las compras dentro de la región. Mariela Moura, propietaria de “Barraca Mariela” situada en la ciudad de Cerro Largo aseguró: “Con esto aspiramos a recuperar la identidad que hemos perdido, porque a la gente le da lo mismo que el producto sea uruguayo o brasilero. Y eso nos perjudica diariamente”.
Por último, resulta de suma importancia comenzar a invertir en la formalización. Con esto el sector privado trabajaría mejor y a la larga se obtendría un beneficio en la recaudación fiscal.
Podemos concluir en que hay varias propuestas sobre la mesa que podrán luego verse reflejadas en cambios para intentar mejorar la situación que se vive actualmente. Y a pesar de que varios factores nos juegan en contra, un trabajo en conjunto entre las empresas y el Estado logrará sin dudas formular acuerdos que ayuden a revertir tal preocupación.
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