Nos encontramos ante una nueva turbulencia en los mercados financieros a nivel global con la quiebra del famoso Silicon Valley Bank (SVB), luego de Signature Bank –entre otros dos bancos en EE.UU.–, a lo que se agregan los anuncios de Credit Suisse de pedido de rescate que generan preocupación en los mercados europeos. Los bancos centrales del mundo, liderados por la Reserva Federal de los EE.UU., venían tomando medidas para combatir la inflación con una política sostenida de suba de las tasas de interés, y esto es una de las causas del actual problema a nivel bancario.
Parte de este proceso no es nuevo y existen puntos en común entre la crisis del 2008 y la de la década de 1980 que sería bueno tener en consideración a la hora de analizar lo que pasa, las diferencias, las consecuencias y la importancia de la impronta que se tome de política económica.
Como consecuencia del aumento sostenido de las tasas de interés por parte de la FED, la rentabilidad de los bancos comerciales de los EE.UU. se veía socavada por la baja en la calidad de los activos y en los volúmenes de crédito, mientras aumentaban los depósitos. Las pérdidas de los bancos venían en aumento y los más afectados fueron los bancos regionales sujetos a regulaciones más laxas. En particular el caso de SVB Signature Bank fueron únicos en el sentido de que gran parte de sus bases de depósito provenían de los sectores de tecnología y una criptografía en dificultades. Con tasas de interés bajas, los bancos habían sido el soporte del financiamiento del crecimiento del sector tecnológico. No estimaron en sus proyecciones aumentos de la magnitud que se dieron en los intereses y tenían un parte muy importante de los depósitos de los clientes en bonos del Tesoro, bonos que tuvieron una importante baja de su valor con la suba de los niveles de interés por la Reserva Federal.
A pesar del anuncio por parte del presidente Biden de mantener todos los depósitos asegurados, la confianza siguió afectándose y hoy han llegado hasta los mercados europeos. Está el caso de la caída de Credit Suisse y el reciente anuncio de su adquisición en US$ 3.250 millones por parte del UBS, su principal competidor.
La respuesta por parte de la regulación es clave a la hora de ver cómo sigue la crisis y cuáles serán las principales consecuencias y los principales afectados. Hay que considerar la importante consecuencia que va a tener la crisis de los mercados financieros en los mercados reales y en particular más allá de las grandes economías donde se ha generado. Las altas tasas de interés tendrán otra ola de consecuencias a nivel de las economías en desarrollo por los altos niveles de endeudamiento y los costos que se generarán no sustentados en la economía real.
Esta historia no es nueva, hubo turbulencias financieras anteriores como fue el caso de los años 80. A fines de la década de 1970 y principios de la de 1980, las tasas de inflación y las tasas de interés aumentaron dramáticamente. Este aumento tuvo consecuencias nefastas en los mercados de ahorro y prestamos, acotando los intereses a pagar lo que llevó a procesos de retiros y con hipotecas que cayeron sustancialmente de valor.
Como señala Kenneth J. Robinson del Banco de la Reserva Federal de Dallas en su artículo “Savings and Loan Crisis” (Crisis de ahorro y préstamo), sobre la situación financiera en los años ochenta: “La concentración relativamente mayor de préstamos de S&L (ahorro y préstamos) en hipotecas, junto con la dependencia de depósitos con vencimientos cortos para su financiamiento, hizo que las instituciones de ahorro fueran especialmente vulnerables a los aumentos en las tasas de interés. A medida que la inflación se aceleró y las tasas de interés comenzaron a aumentar rápidamente a fines de la década de 1970, muchas S&L comenzaron a sufrir grandes pérdidas. Para salir de la crisis no existió una política clara de atención y se tendió a una desregulación buscando que por si solos o esperando un milagroso cambio de condiciones se pudiera ir solucionando la situación. En cambio, la mayor flexibilización hizo que se pudieran generar más créditos en condiciones no deseables y la situación fuera empeorando hasta que se necesitó a fines de los 80 de un importante salvataje”.
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