Las principales agencias calificadoras (Fitch, Moody’s y S&P Global) asignan grado inversor a la mayoría de los países ricos y a muchos países de renta media-alta, pero colocan debajo del grado inversor a casi todos los países de renta media-baja y a todos los países de renta baja. Moody’s, por ejemplo, califica actualmente con grado inversor a sólo dos países de renta media-baja (Indonesia y Filipinas). Billones de dólares de fondos de pensiones, seguros, bancos y otros fondos de inversión son restringidos por ley, regulaciones o prácticas internas a invertir en valores con grado inversor. Una vez perdida, la calificación soberana de grado inversor, es extremadamente difícil de recuperar, a menos que el país cuente con el respaldo de algún banco central importante. Durante la década de 2010, 20 gobiernos –entre ellos Barbados, Brasil, Grecia, Túnez y Turquía– perdieron el grado de inversión. De los cinco que lo han recuperado desde entonces, cuatro están en la UE (Hungría, Irlanda, Portugal y Eslovenia), y ninguno está en América Latina, África o Asia (el quinto es Rusia). Por lo tanto, es urgente y necesaria una revisión del sistema financiero mundial. Los países en desarrollo con buenas perspectivas de crecimiento y necesidades urgentes de desarrollo deberían poder obtener préstamos en condiciones decentes de mercado.
Jeffrey Sachs, en Project Syndicate
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