Las personas toman decisiones financieras todos los días, pero no las preparan para eso. Es así como muchos hogares terminan con grandes deudas y no saben cómo superar esa situación. La solución que plantea Mainzer, presidenta de CFA Society Uruguay y directora de la consultora MainAdvice, es atacar la causa del problema, con educación financiera. Eso la motivó a escribir el libro Educación financiera: asignatura pendiente, para enseñar a tomar decisiones de manera más informada y así construir un futuro mejor.
¿De qué forma, a través de la educación financiera, se puede ayudar a que la gente no llegue a endeudarse a tasas de 150%-200%, que hoy son legales en Uruguay?
La educación financiera es la herramienta para evitar eso, porque si la gente toma decisiones más informada a la hora de endeudarse, y lo hace con mayor conciencia, probablemente tome menos deuda. Con educación financiera, las personas van a entender mejor el costo de la deuda y van a saber si realmente la pueden afrontar.
A ese nivel de tasas se llega solo con tasas de mora, es decir, cuando se incumple el compromiso. Las tasas de interés que se cobran van desde menos de 30% hasta niveles cercanos a 150% o más. Lo que hay que evitar a toda costa es incumplir los pagos, entonces, es importante que sepan estimar el costo, que evalúen si pueden hacer frente a sus obligaciones y que tengan claras las consecuencias sobre el incumplimiento. Esto lo lográs con educación financiera.
¿A través de qué medios se puede acceder a esa formación? ¿Debería incluirse en la educación formal?
Sí, totalmente. Nosotros tomamos decisiones financieras todos los días de la vida y no nos preparan para eso. ¿Dónde lo aprendemos? Con el ejemplo, en la familia, en la historia que vivimos, por lo tanto, sería muy bueno que se incluyera todo lo que tiene que ver con economía doméstica y educación financiera; tienen que actualizarse las currículas.
Cuando uno le pregunta a la gente qué cosas le preocupan, seguro que una de ellas es lo que tiene que ver con el dinero. ¿Qué significa estar educado financieramente y defender el salario de uno, sin importar cuánto sea? Es prepararse en forma adecuada para que, cuando venga la próxima crisis, por lo menos tenga algún pesito guardado.
Es importante aprender esto a todas las edades. Yo sé que hay muchos esfuerzos que se hacen, pero son aislados. Llegar al público masivo es un desafío, por eso me embarqué en este proyecto de educación financiera, primero en VTV y ahora en el Canal 4. Después escribí el libro, como una contribución.
¿Hay una edad clave para incorporar estos conocimientos?
Cuando uno analiza por qué las personas toman determinadas decisiones en la adultez, encuentra que tiene mucho que ver con lo que aprendieron a determinadas edades, sobre todo, entre los 16 y los 24 años. Además, es una etapa donde están por entrar al mercado laboral o por decidir qué quieren estudiar, tienen toda la vida por delante, y las decisiones que se toman a edades tempranas tienen muchas consecuencias.
A los niños de dos años ya se les puede enseñar contando moneditas. Cuando te sobra una moneda, que la guarden o que vayan a comprar algo y entiendan. Con unos añitos más, les das unos pesitos y pueden entender para qué les alcanza y para qué no. A diferentes edades hay distintas responsabilidades que ya pueden ir adquiriendo.
Por otro lado, muchas veces sucede que personas mayores van a cobrar la jubilación y no tienen nada porque ayudaron a familiares, extendieron crédito y no lo entendieron.
A su vez, hoy en día es impresionante la cantidad de fraudes que hay, y si hubiera un poquito más de educación financiera, la gente entendería que, si es demasiado bueno para ser cierto, no es cierto, que hay cosas que son fraude y hay muchísimas pérdidas por ese motivo.
¿El marco jurídico para proteger a la gente es el adecuado?
Es una pregunta muy delicada. Imaginate que, como las tasas son muy altas, se decide ponerles un tope. ¿Sabés lo que va a pasar? Hay empresas que no le van a querer prestar a determinado tipo de gente, porque quizás haya un grupo de personas cuyo riesgo no compense las tasas topeadas. ¿Qué va a hacer esta gente que no acceda al crédito? Se va a ir al mercado informal, que es complicado de verdad, y no solamente tiene otro tipo de tasas, sino que además tiene otro tipo de reglas: la plata la recuperan de otra forma, como podés imaginar. Es muy complejo. Si se regula más, se puede llegar a terminar con un problema peor.
¿El Banco Central (BCU) podría hacer algo más en ese aspecto?
El BCU no es quien establece las leyes, sino que las hace cumplir. Básicamente, ¿qué le dicen? “Esto es lo que tenés que calcular, esta información tenés que divulgar y, cuando haya incumplimientos, tomá cartas en el asunto”, y eso es lo que hace. La ley dice una cosa y el BCU la cumple. Ese es el cometido del regulador. ¿Puede hacer algo más? Yo creo que ha trabajado en educación financiera y lo que puede hacer es ahondar en eso, pero quiero dejar claro que tiene un cometido y lo está cumpliendo.
¿Es necesario que haya otro organismo regulador que pueda velar por la salvaguarda de los deudores?
No sé si es necesario que haya otro. Para todo lo que sea resguardar al usuario más débil, ya tenemos un regulador. Lo que implique proteger sin poner trabas excesivas es bienvenido, lo que pasa es que el equilibrio es muy fino, o sea, es fácil decir “topeá”, pero después las personas no acceden a crédito o acceden a uno mucho más caro y en otras condiciones.
Lo mejor es atacar la causa del problema, con educación financiera, para que la gente sepa qué información tiene que considerar y tomar mejores decisiones. Si una persona se organiza bien, arma un presupuesto y planifica, va a ser mucho menos probable que salga corriendo a tomar un crédito. Por lo general, la gente toma crédito para cancelar otro –la famosa calesita-, y es un problema; tenemos muchos hogares endeudados, con cuentas pendientes, y que pasan gran angustia por este tema.
¿Qué piensa acerca del ingreso de los deudores al Clearing?
Es muy bueno que haya información y que alguien que realmente hace las cosas bien pueda sacarle provecho. En la medida que el Clearing muestre quién tiene una buena historia crediticia y quién no, al que la tenga se lo va a premiar con mejores tasas, y al que no, se le van a cobrar mayores tasas.
Y cuando una institución presta, es bueno que lo haga con datos, entonces, todo lo que conduzca a dar información –sin pasar un límite de violar la privacidad, obviamente- y a generar los incentivos adecuados, es sano.
Yo sé que, si incumplo, eso se va a saber y va a tener efectos, y está bien que nosotros nos enfrentemos a las consecuencias de las decisiones que tomamos. En ese sentido me parece adecuado que haya ese tipo de servicios.
¿Qué opinión tiene sobre el proyecto de ley de Cabildo Abierto relativo a la reestructura de deuda privada?
Sin entrar en detalles sobre el proyecto, en general, todo lo que sirva para dar soluciones a problemas, es muy bueno. Las empresas quiebran y reestructuran su deuda, y que las familias también puedan salir de ese lío, como pasa en otros países del mundo, es positivo. Hay que ver bien cómo hacerlo y que el remedio no sea peor que la enfermedad, pero tenemos un problema que atender. La educación financiera lleva tiempo y hay personas que ya están con esa complicación, y hay que resolverla.
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