Si no se controla la tendencia de aumento del proteccionismo, el mundo podría repetir la experiencia del decenio de 1930, cuando la producción industrial disminuyó casi un 40%, el desempleo se disparó y la actividad económica se mantuvo anémica durante la mayor parte de la década.
Entonces, como ahora, las barreras comerciales no causaron los problemas, pero una vez instaladas, podrían afectar la recuperación, especialmente dada la importancia actual de las cadenas de suministro globales. (…) Gran parte del sector manufacturero europeo se cerró para limitar los efectos del coronavirus. Pero la asincronía de la pandemia a nivel mundial puede significar que países en el resto del mundo abran sus economías antes que Europa, inundando la región con bienes de bajo precio. La industria europea seguramente reaccionará exigiendo protecciones arancelarias contra el ataque del comercio “desleal”. Además, China podría tratar de reactivar su deprimida economía subvencionando la fabricación de la manera que llevó a Europa, los Estados Unidos y otros países a quejarse de prácticas comerciales desleales en primer lugar. Dado que China tiene hoy restricciones para colocar productos en Estados Unidos, la reacción de Bruselas será un importante indicador del futuro del comercio internacional.
Chad P. Brown, en Foreign Affairs
Cuando los otrora adalides del libre comercio empiezan a cerrar sus fronteras
La pandemia añade un nuevo impulso a la tendencia hacia la desglobalización. La OMC ha pronosticado que el comercio mundial disminuirá entre el 13% y el 32% en 2020, mucho más que la caída prevista del PIB mundial. La pandemia ha reforzado la preocupación sobre las cadenas de suministro y, como resultado, se han impuesto prohibiciones a las exportaciones de equipos médicos, ante la preocupación de que la producción nacional no sea suficiente. Estas políticas exacerbarán la escasez, al contrario de lo que se pretende, ya que el proteccionismo ha demostrado no ser un sustituto al almacenamiento y la preparación, que claramente han sido inadecuados en los últimos años… Pero la experiencia sugiere que el temor lleva a los países a encerrarse, y muchos países ya se están replanteando su apertura comercial. Phil Hogan, el comisario de la Unión Europea para el comercio, ha declarado que “tenemos que pensar en cómo asegurar la autonomía estratégica de la UE”. Scott Morrison, primer ministro de Australia, dijo al parlamento: “El comercio abierto ha sido una parte fundamental de nuestra prosperidad durante siglos. Pero igualmente, tenemos que observar cuidadosamente nuestra soberanía económica interna.”
Douglas A. Irwin, en columna publicada en Petersen Institute for International Economics