El Marco Económico Indo-Pacífico (IPEF) lleva poco más de un año desde su creación. Si bien surge ante la necesidad de dinamizar las cadenas de suministro, es necesario entender su naturaleza y las herramientas que requiere para que sea una realidad
La guerra comercial y tecnológica, el COVID, la guerra en Ucrania, la importante ola de proteccionismos, así como el crecimiento de los capitales globales y sus efectos sobre sectores y logística, han generado impactos muy negativos en las cadenas de suministros afectando el comercio y el transporte, y generando costos desmedidos, desabastecimiento y cortes en las cadenas de producción. Se vuelve necesario generar un tipo de acuerdo que viabilice la cadena de suministros y la logística. Fue así como en el mes de mayo de 2022 se da por instalado el Marco Económico Indo-Pacífico (IPEF). Se trata de un acuerdo que lo integran 14 países entre los que se encuentran Estados Unidos, Japón, Australia e India, para la búsqueda de mecanismos que contribuyan a que sus economías sean más resilientes, limpias, justas y conectadas.
A poco más de un año de instalado este Marco Económico Indo-Pacífico (IPEF) se analiza su verdadero avance como tal y la importancia estratégica que tiene en la configuración actual para las economías que lo integran y como referencia para el resto.
La realidad es que no solo se depende de los mecanismos financieros internacionales y del comercio, la cadena de suministros se ha vuelto un aspecto mucho relevante y crítico para las economías nacionales, inclusive potencias como EE.UU., que hoy tienen problemas relevantes en términos del acceso a materiales e insumos críticos para sectores claves de producción, afectados por la guerra comercial y tecnológica sumado a los conflictos bélicos junto.
En un artículo de diciembre pasado del Peterson Institute of Economics, Chad P. Bown (PIIE) y Barbara Weisel, exrepresentante comercial adjunta de EE.UU. para el Sudeste de Asia y el Pacífico, explicaban las principales características y los pilares de este acuerdo y su relevancia. Pero las dificultades no tardaron en verse y ahora surge la necesidad de revisar la naturaleza de este mecanismo. En la misma publicación de PIIE hace pocos días, Yeo Han-koo publica un análisis en el que analiza y presenta recomendaciones para que el acuerdo deje de ser solo una firma y pase a la acción afirmando que los países deben tomar medidas sobre la resiliencia de la cadena de suministros.
Lo primero a considerar es que no es un acuerdo comercial como los que conocemos, es mucho más complejo y profundo, y por lo tanto debe ser visto desde otras dimensiones. Si bien tienen objetivos bien planteados, le falta herramientas para abordar los temas sustantivos y para crear compromisos efectivos para permitir que se concrete los intercambios para los cuales fue creado. En este sentido es que Yeo Han-koo se refiere a tres dimensiones a considerar para poder avanzar y que el acuerdo se concrete. En primer lugar, se necesita mayores niveles de especificidad, se deben visualizar y definir sectores y acciones concretas y los países miembros deben tener dimensionados los mismos para entender dónde estas las disponibilidades, las necesidades y cómo hacer efectivos los mecanismos de cooperación. Se debe ir sobre lo concreto y lo real y no liberar una norma a la voluntad de interpretación. Sin la concreción nunca se podrá llegar a acciones tangibles.
Vinculado a lo anterior se hace necesario que se puedan concretar herramientas que sean incentivos que no existen pero que sean accesibles para los países que lo integran. Que sean reales instrumentos para eliminar riesgos que puedan paralizar la cadena de suministro y permitir la diversificación y complementariedad.
Pero en tercer lugar un aspecto que es fundamental tiene que ver con los actores que definen las reglas de los acuerdos y que participan. Ya no es un acuerdo entre Estados porque los privados son parte de las definiciones y los criterios y con capitales globales o que van más allá de las fronteras nacionales.
Más allá del caso concreto, las cadenas de suministro no son ajeno a nadie y comprender este proceso y sus dificultades tiene que ver con dimensionar la función clave que tienen las cadenas de suministro para las economías y cómo los acuerdos económicos pueden llegar hoy a dimensiones mucho más que el comercio y las finanzas con nuevos actores en la definición de reglas.
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