“Respecto a las perspectivas, y a pesar que la relajación de las distorsiones relacionadas con la pandemia debería seguir ejerciendo alguna presión a la baja sobre la inflación, es probable que la política monetaria restrictiva desempeñe un papel cada vez más importante. Para que la inflación vuelva a situarse en el 2% de forma sostenible será necesario un periodo de crecimiento económico por debajo de la tendencia, así como algún debilitamiento de las condiciones del mercado laboral”.
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, durante su discurso de apertura en Jackson Hole (Wyoming, EE.UU.) el viernes 25 de agosto.
Una característica inquietante de la Reserva Federal dirigida por Jerome Powell es lo centrada que se ha vuelto en Estados Unidos. A la hora de aplicar su política de tasas de interés basada en datos, la Fed hace escasa referencia a la evolución económica mundial en general y a la de China en particular. Y ello a pesar de que esos acontecimientos podrían afectar materialmente a nuestra economía. Esto es tanto más sorprendente en un momento en que China, la segunda economía mundial y, hasta hace poco, su principal motor de crecimiento, atraviesa profundos problemas económicos. También es sorprendente cuando ese país parece estar al borde de la deflación y está provocando una marcada caída de los precios internacionales de las materias primas. En el centro del actual deterioro económico de China se encuentran una serie de graves errores de política económica cometidos bajo la presidencia de Xi. Estos errores incluyen una excesiva dependencia de un mercado inmobiliario impulsado por el crédito y un modelo de crecimiento económico basado en las exportaciones. También incluyen una política de tolerancia cero al Covid, desastrosa desde el punto de vista económico, y una mano dura contra el importantísimo sector tecnológico que ha minado la confianza de los inversores. La profundidad de los problemas económicos de China queda de manifiesto por las dificultades que atraviesa en su sector inmobiliario y exportador. Según un estudio de Kenneth Rogoff, de la Universidad de Harvard, la actividad inmobiliaria representa casi el 30% de la economía china. Por su parte, el FMI calcula que las exportaciones chinas representan casi el 20% del PIB del país. Esto implica que al menos la mitad de la economía china está en graves problemas. En un momento en que la segunda mayor economía del mundo muestra signos preocupantes de que pronto podría estar exportando presiones deflacionarias al resto de la economía mundial, ¿no podría la Reserva Federal estar arriesgándose demasiado aferrándose a su agresiva política de subas en las tasas de interés?
Desmond Lachman, American Enterprise Institute, Estados Unidos
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